Cien bodas bajo sospecha
La Polic¨ªa sigue el rastro de matrimonios entre hondure?as y agricultores y ganaderos espa?oles
Marta Ant¨²nez Castro, de 37 a?os, una hondure?a de La Ceiva, en el departamento de la Atl¨¢ritida, en el Caribe, estaba acostumbrada a recibir cientos de visitas y llamadas telef¨®nicas en su casa de Cuevas de Provanco (Segovia), donde hombres de varios lugares se interesaban por contraer matrimonio con hondure?as. Pero lo que nunca se imagin¨® esta mujer, nacionalizada en Espa?a despu¨¦s de su matrimonio, hace 13 a?os, con el segoviano Jos¨¦ Mar¨ªa Melero, ganadero de 51 a?os, con quien tiene dos hijas, es que su caravana de mujeres llegara a interesar a la polic¨ªa, que tambi¨¦n lleg¨® a la puerta de su humilde vivienda, en uno de los pueblos m¨¢s deprimidos de la sierra norte segoviana.As¨ª, Marta, que viv¨ªa feliz estableciendo contactos entre hondure?as de 20 a 25 a?os y espa?oles muy por encima de los 40, generalmente de baja cultura, ganaderos y agricultores y con su sombra como ¨²nica compa?¨ªa, est¨¢ acusada como presunto miembro de una red de inmigraci¨®n clandestina.
Cuando alguno llegaba a Cuevas de Provanco, de 150 habitantes, preguntando por Marta, la extranjera, ella le mostraba una colecci¨®n de fotos de compatriotas y vecinas suyas, con la edad, talla, peso y n¨²mero de hijos al dorso. El futuro contrayente le daba otra foto y comenzaba la ruta del matrimonio. La polic¨ªa ha entregado en el juzgado 94 fotograf¨ªas de hondure?as y 37 de espa?oles. Marta recibi¨® en un a?o m¨¢s de mil visitas de pretendientes, cristalizadas en 200 contactos y casi un centenar de bodas.
La boda le costaba al futuro marido unas 500.000 pesetas si se celebraba en Espa?a y 800.000 si era en Honduras, seg¨²n fuentes policiales. Elegida la esposa, el hombre entregaba a Marta entre 50.000 y 60.000 pesetas para las necesidades de la joven en Honduras; una cantidad similar para que arreglara sus papeles; un billete- de ida y vuelta para regresar si no congeniaban y 2.000 d¨®lares (unas 200.000 pesetas) para poder entrar como turista hasta la boda. Otras veces, Marta viajaba con cuatro o cinco hombres, que se casaban en La Ceiva por 15.000 pesetas. Pero el sistema cambi¨® cuando la polic¨ªa del aeropuerto de Madrid-Barajas puso dificultades ante la masiva entrada de hondure?as.
Seg¨²n ella, s¨®lo pretend¨ªa hacer un favor a sus compatriotas y actuaba ante la insistencia de los hombres solitarios. A su juicio, las hondure?as buscan un marido que no las abandone, sin importarles la edad.
La polic¨ªa investiga ahora la cadena de matrimonios y comprueba si funcionan o han sido realizados s¨®lo para la legalizaci¨®n. Sin embargo, s¨®lo hubo dos abandonos del domicilio conyugal. Un vecino de Burgos denunci¨® uno de estos casos. Abandonado por su esposa a los pocos meses de casarse y obtener la residencia, se siente estafado porque antes ten¨ªa 2,8 millones de pesetas y ahora le quedan 40.000. Eso s¨ª, tiene 210 ovejas, que compr¨¦ para montar un negocio con su nueva mujer, para lo que Marta le prest¨® 900.000 pesetas, que, seg¨²n ¨¦sta, a¨²n le adeuda.
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