El nuevo invernadero municipal supera al de Atocha en variedad de plantas y tecnolog¨ªa
Hace seis meses Madrid no ten¨ªa invernadero. Ahora tiene dos. El que Renfe abri¨® en abril, en la antigua estaci¨®n de Atocha, con 7.000 plantas de 400 especies en 1.500 metros cuadrados. El Ayuntamiento no se ha quedado atr¨¢s y ha transformado la vieja nave de las patatas del matadero de Arganzuela en un invernadero de 7.100 metros cuadrados con 9.000 plantas ex¨®ticas de 800 especies. El jard¨ªn municipal vence en tecnolog¨ªa al ferroviario. La humedad, temperatura y radiaciones solares est¨¢n controladas por ordenador, como la m¨²sica que anima el crecimiento de la masa verde.
En la nave del viejo matadero de Legazpi (Arganzuela), donde antes se guardaban patatas, ahora crecen, al ritmo de m¨²sica pop, la flor del amor de la India, la papaya, el bamb¨² o la planta del chicle. El nuevo invernadero, un ejemplo de la arquitectura industrial de principios de siglo, fue, en los a?os veinte, matadero; luego, almac¨¦n, y, por ¨²ltimo, se utiliz¨® como plat¨® para pel¨ªculas y local sindical.La recuperaci¨®n del antiguo matadero y de los terrenos que lo rodean ha costado algo m¨¢s de 1.800 millones de pesetas y a¨²n no ha terminado. En otra nave del complejo, donde se recog¨ªa el ganado, se instalar¨¢ una escuela de danza.
Museo verde
"La restauraci¨®n fue complicada", explica el arquitecto t¨¦cnico Jos¨¦ Luis Rojas. "Las juntas de los pilares que soportan el techo acristalado estaban oxidadas, y hubo que sustituir las bases de las columnas".
Las obras han durado poco m¨¢s de un a?o. A finales de mayo ya estaba terminado el proyecto y las plantas en su sitio. El Ayuntamiento ha retrasado la apertura del invernadero, a la espera de que lo inaugure la Reina, que se ha interesado por este museo verde. En principio, la entrada tendr¨¢ un precio "simb¨®lico" para "seleccionar al p¨²blico".
El recinto est¨¢ dividido en cuatro zonas aisladas del pasillo central con puertas paravientos dobles. Dos de ellas est¨¢n dedicadas a plantas tropicales, otra a subtropicales y la cuarta a cact¨¢ceas.
Cada uno de los espacios necesita unas condiciones diferentes de humedad y temperatura que un ordenador central se encarga de regular. Unos vaporizadores suministran la humedad necesaria a las ex¨®ticas especies tropicales, rodeadas poi un r¨ªo artificial con peces de colores. La zona de cactus se mantiene caliente mediante un sistema de calefacci¨®n que enga?a a las plantas del desierto.
S¨®lo tres o cuatro plantas de las m¨¢s de 9.000 del invernadero han muerto en el trasplante El resto se ha aclimatado sir problemas y las arafias ya har comenzado a tejer su trampa entre las orqu¨ªdeas. Aunque proceden de lejanas latitudes, la mayor¨ªa se importaron de Holanda, donde se centraliza el grueso del mercado de plantas y flores de Europa. El ejemplar del que el encargado de jardiner¨ªa, Vicente Olmos, se siente m¨¢s orgulloso es un Pandamus utilis, que tiene alrededor de 30 a?os y mide m¨¢s de 2,5 metros, una planta muy fr¨¢gil y de gran envergadura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.