Autov¨ªa y atentado
LA MODIFICACI?N del trazado de la autov¨ªa del Norte a su paso por Navarra, dif¨ªcil de justificar en cualquier caso, hubiera requerido, como minimo, un consenso m¨¢s amplio que el conseguido en su d¨ªa por el proyecto oficial, ratificado el pasado mes de mayo por 41 de los 50 diputados forales. La propuesta de modificaci¨®n no s¨®lo carece de un apoyo comparable, sino que ni, siquiera cuenta con garant¨ªas de ser apro bada por la mayor¨ªa del Parlamento foral: por la divi si¨®n existente al respecto en las filas del propio parti do gobernante en esa comunidad, Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN), y por la negativa de Eusko Alkarta suna (EA) de comprometerse por adelantado a res paldar la modificaci¨®n planteada por el Ejecutivo que preside Juan Cruz Alli. En ausencia de ese compromiso, la aprobaci¨®n del trazado alternativo depend¨ªa del voto de Herri Batasuna: demasiado para una formaci¨®n como UPN, fusionada con el Partido Popular (PP) y que naci¨® como reacci¨®n frente a la influencia del nacionalismo vasco en ese territorio. La decisi¨®n adoptada ayer por el Gobierno foral de no enviar el proyecto de modificaci¨®n al Parlamento de Navarra y de ordenar la reanudaci¨®n de las obras de acuerdo con el dise?o oficial resultaba, por ello, obligada. En este asunto de la autov¨ªa, lo menos discutible es que la gente est¨¢ m¨¢s que harta, y que lo que quiere es que los pol¨ªticos encuentren alguna soluci¨®n que permita acabar de una vez la dichosa carretera. El presidente del Gobierno navarro, Juan Cruz Alli, se apoya en ese sentimiento para sostener la conveniencia de aceptar algunas modificaciones respecto al proyecto oficial, impugnado en su d¨ªa por ETA alegando motivos ecol¨®gicos. Pero quienes, dentro y fuera de su partido, se oponen a ese planteamiento argumentan que ceder al chantaje de los violentos, por m¨¢s que la modificaci¨®n se disfrace de "mejora t¨¦cnica" y se presente como iniciativa de las empresas constructoras, s¨®lo servir¨ªa para desplazar la amenaza a cualquier otra obra p¨²blica socialmente pol¨¦mica.Es un argumento dif¨ªcilmente rebatible: la idea de que cediendo se quitan a ETA motivos para seguir matando, defendida en su d¨ªa por el PNV, se ve contrapesada con la razonable sospecha de que regalando esa baza a los violentos se les proporcionan tantos pretextos para seguir interviniendo como conflictos sociales puedan surgir. De hecho, la cesi¨®n producida en Guip¨²zcoa provoc¨® la extensi¨®n del chantaje al tramo navarro, hasta entonces no directamente amenazado: Lurraldea no tard¨® ni una semana en considerar que el acuerdo logrado demostraba "la rentabilidad pr¨¢ctica de su trabajo" (avalado por 160 atentados, con el balance de tres personas muertas y m¨¢s de mil millones de p¨¦rdidas) y en emplazar a las fuerzas navarras a explicar por qu¨¦ "en Guip¨²zcoa se puede cambiar el trazado, mientras que en Nafarroa se considera inadmisible la introducci¨®n de las mejoras que propone Lurraldea".
Arzalluz reconoci¨®, meses despu¨¦s del acuerdo sobre Leizar¨¢n, que con ello se pretend¨ªa una distensi¨®n en las relaciones con HB y favorecer las posiciones de los sectores de ETA m¨¢s proclives al abandono de las armas. Ayer mismo, horas'antes del atentado que acab¨® con la vida de dos guardias civiles en Oiartzun, el l¨ªder del PNV se hab¨ªa mostrado convencido de que si ETA no mataba -el anterior atentado se produjo a comienzos de junio- era por voluntad de los terroristas, no porque no pudieran hacerlo.
El doble asesinato de ayer ha venido a dar la raz¨®n a los portavoces del entorno de ETA que negaban la existencia de una tregua y ¨²ltimamente multiplicaban sus advertencias de que "todos los frentes segu¨ªan abiertos". Pero si, pese a ello, fuera cierta la intuici¨®n de Arzalluz de que en ETA se est¨¢ produciendo un debate interno en el que se plantea la hip¨®tesis del abandono de las armas, no parece que la forma de ayudar a los sectores que eventualmente defiendan esa posici¨®n sea realizar concesiones como la pretendida respecto a la autov¨ªa, que s¨®lo servir¨ªa para reforzar a quienes sostienen que nada resulta tan eficaz para sacar rentabilidad pr¨¢ctica como unas cuantas bombas destinadas a achantar a los pol¨ªticos vacilantes.
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