El ejemplo de Truman
En su primera intervenci¨®n, el lunes, al llegar a la convenci¨®n republicana de Houston, George Bush utiliz¨®, curiosamente, a un ex presidente dem¨®crata, Harry Truman, como modelo de la l¨ªnea de acci¨®n que impondr¨¢ en su campa?a electoral. Hace 45 a?os, Truman afront¨® tambi¨¦n su reelecci¨®n en situaci¨®n de desventaja, y la gan¨® gracias a sus denuncias sobre la actuaci¨®n del Congreso.Como ¨¦l, Bush tambi¨¦n ten¨ªa previsto dirigir su dedo acusador en direcci¨®n al Parlamento, al efectuar, en su importante discurso de aceptaci¨®n de candidatura de esta madrugada, un an¨¢lisis de las razones por las que su gesti¨®n ofrece el peor saldo econ¨®mico que ning¨²n presidente norteamericano ha presentado en muchas d¨¦cadas. Era de esperar que Bush culpara a los dem¨®cratas, que controlan ambas C¨¢rriaras, de haber obstaculizado sus principales reformas, y amenazara, con gobernar en los pr¨®ximos cuatro a?os sin contar con el, Congreso.
George Bush se jugaba mucho en este envite. Los expertos advierten que el candidato pres¨ªdencial debe ganar, al menos, entre diez y quince puntos como consecuencia de su discurso en la convenci¨®n. Esta ser¨¢ la ¨²ltima vez, en lo que resta de campa?a, en la que el presidente tenga toda la atenci¨®n del pa¨ªs concentrada en sus palabras. Todos los canales de televisi¨®n ten¨ªan previsto transmitir la alocuci¨®n y analizar, seguidamente, sus efectos entre el electorado.
En 1988, en su discurso de aceptaci¨®n como candidato en la convenci¨®n de Nueva Orleans, Bush tuvo ¨¦xito con un discurso en el que consigui¨® presentar su propio perfil, diferente del de su antecesor, Ronald Reagan. La tarea ahora es mucho m¨¢s complicada. Bush debe esforzarse en transmitir la idea de que el hombre que dirigi¨® los espectaculares cambios internacionales de los ¨²ltimos cuatro a?os es el m¨¢s adecuado para conducir las transforrriaciones que se necesitan en la propia sociedad norteamericana.
Los ultraconservadores
Los ultraconservadores del Partido Republicano piden, adem¨¢s, que el presidente pida disculpas por haber subido los impuestos en 1990, y que prometa que nunca m¨¢s lo volver¨¢ a hacer. El presidente se resiste a ofrecer esta irnagen de debilidad, pero no tiene m¨¢s remedio que reconocer que la,situaci¨®n econ¨®mica es rnala y que la clase media est¨¢ sufriendo las consecuencias de estas dificuldades.
"El discurso estar¨¢ dedicado a explicar cuales son las nuevas ideas que el presidente tiene para el pa¨ªs en los pr¨®ximos cuatro a?os; tendr¨¢ un tono muy positivo", anunci¨® poco antes de la intervenci¨®n el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater.
Adem¨¢s del contenido, Bush ten¨ªa que cuidar la forma y encontrar el tono adecuado para acercarse al coraz¨®n de los norteamericanos. El presidente, al que se acusa frecuentemente de ser un hombre distante, excesivamente fr¨ªo y pragm¨¢tico, no pod¨ªa permitirse, en esta ocasi¨®n, el error de transmitir esa misma sensaci¨®n.
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