La emoci¨®n del manso
Al menos, la corrida no fue aburrida. Fue emocionante, como corresponde al variado comportamiento del toro manso que desarrolla casta. Hubo momentos bellos protagonizados por Finito de C¨®rdoba ante dos mansos nobles; otros, muy toreros, de Espartaco, y momentos dram¨¢ticos ocasionados por el segundo toro, muy peligroso, que cogi¨® espectacularmente al subalterno Guillermo Guti¨¦rrez, El Ecijano, aunque sin graves consecuencias. Pero hubo, sobre todo, sensaci¨®n de peligro, sensaci¨®n de fiesta de toros. Y la hubo pese a que los toreros no fueran capaces de cortar una sola oreja, y pese a que gran parte de los espectadores no se enterara de lo que pasaba.El primero de Espartaco fue un manso de solemnidad; un mulo que desarroll¨® peligro a medida que avanzaba la lidia. Hu¨ªa de los capotes, de los caballos y hasta de su sombra. Incomprensiblemente, el p¨²blico inici¨® una ruidosa protesta pidiendo su devoluci¨®n. El toro no fue picado convenientemente, porque los picadores de hoy s¨®lo saben picar el toro tonto. Lleg¨® entero abanderillas y dispuesto a coger por la espalda a quien osara acerc¨¢rsele. Y la loter¨ªa le toc¨® a El Ecijano, a la salida de un par, al que volte¨® y busc¨® con sa?a. El torero, desmadejado y sin conocimiento, ingres¨® en la enfermer¨ªa donde los m¨¦dicos le apreciaron una fuerte conmoci¨®n y un varetazo en el pecho. Mientras tanto, los espectadores -los no aficionados- se quer¨ªan comer al presidente, y llenaron el ruedo de botellas, latas y numerosas almohadillas. Entre tan variados objetos, Espartaco plant¨® cara al peligroso toro y le indic¨® con autoridad qui¨¦n mandaba . No fue, porque no pod¨ªa serlo, una lidia est¨¦tica, pero s¨ª muy torera. En el mismo tono estuvo ante el quinto, otro manso que se negaba a embestir. Sin grandes alardes, fue capaz de dominar la situaci¨®n, y ense?arle al toro el camino de unos buenos naturales, hasta que el animal entendi¨® que no ten¨ªa futuro.
D¨¢vila / Capea, Espartaco, Finito
Cinco toros de Sancho D¨¢vila, (uno rechazado en el reconocimiento), mansos y flojos; 2? y 5?, peligrosos; 3? y 6?, nobles; 4?, inv¨¢lido, y uno de los Herederos de Jos¨¦ Luis Oshorne, flojo y noble. Ni?o de la Capea: pinchazo y estocada (vuelta); pinchazo y bajonazo (silencio). Espartaco: pinchazo y casi entera baja (ovaci¨®n); cuatro pinchazos y estocada baja (palmas). Finito de C¨®rdoba: tres pinchazos y casi entera (ovaci¨®n); media tendida (vuelta). Plaza de toros de M¨¢laga, 21 de agosto. Lleno.
Finito tuvo m¨¢s suerte. Lo m¨¢s noble fue para ¨¦l. Tambi¨¦n fueron suyos los momentos m¨¢s bellos. M¨¢s animado que otras veces, tuvo la oportunidad de "romper" la Malagueta en su primer toro y no lo hizo. Con gusto, porque lo tiene, pero por debajo de la extraordinaria calidad del toro. Elegante y tard¨ªo en el sexto, que se raj¨® pronto.
Suficiente Capea, sin emocionar, ante su primero, de embestida noble e incansable. Breve y expeditivo ante el inv¨¢lido cuarto.
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