El 'no' a Maastricht gana adeptos en Francia
El 7 de febrero de 1992 Fran?ois Mitterrand firm¨® el Tratado de Maastricht. Entonces los sondeos mostraban que la opini¨®n p¨²blica francesa era ampliamente favorable al proceso de unificaci¨®n europea. Poco despu¨¦s, el s¨ª rondaba el 69% de partidarios y el modesto 31% del no hermanaba una extra?a coalici¨®n de comunistas neofascistas de Le Pen, populistas de Philippe de Villiers y las fracciones m¨¢s conservadoras del neogaullista RPR. En suma, un extravagante Gobierno de concentraci¨®n nacional. Dos meses despu¨¦s, cuando faltan poco m¨¢s de veinte d¨ªas para el refer¨¦ndum del 20 de septiembre, el s¨ª oscila entre el 53% y el 50%, seg¨²n las encuestas, y al no le prometen entre el 47% y el 49%.
La ins¨®lita cofrad¨ªa del no ha recuperado 15 puntos y puede cosechar un ¨¦xito sorprendente en las urnas de consecuencias imprevisibles.?Qu¨¦ ha sucedido para que buena parte de los franceses cambie de opini¨®n?. Primero los daneses dijeron no e hicieron m¨¢s plausibles las argumentaciones contrarias a los "federastas" -neologismo de Le Pen- y a la "eurocracia de Bruselas". Luego se descubri¨® que el proceso de convergencia pod¨ªa significar, a corto y medio plazo, estancamiento y aumento del paro. Por ¨²ltimo, la televisi¨®n ha mostrado las consecuencias de un r¨¦gimen de limpieza ¨¦tnica. De pronto resulta que lo insoportable est¨¢ ah¨ª, a menos de dos horas de vuelo de Maastricht. El alcalde de Valenciennes, ¨¦l independiente y populista Jean Louis Borloo, ha anunciado: "Yo, en la papeleta, escribir¨¦ una sola palabra: Sarajevo".
El ministro de Exteriores, Roland Dumas, admite: "Europa transmite una imagen de cacofon¨ªa y par¨¢lisis". Y el ex ministro socialista Jean Pierre Chev¨¨nement, partidario del no, es tajante: "Pocas semanas despu¨¦s de la firma de Maastricht, Alemania reconoc¨ªa Eslovenia y Croacia sin haber resuelto el problema de las minor¨ªas. En aquel momento Maastricht dio luz verde a la guerra en Bosnia".
Los defensores del s¨ª relativizan la impotencia europea en los Balcanes. Para Roland Dumas "si el tratado hubiese estado firmado desde hace cuatro o cinco a?os no nos encontrar¨ªamos en esta situaci¨®n".
El presidente Mitterrand se remonta en la historia: "Si la CE no existiese, cada pa¨ªs habr¨ªa obedecido a la historia y a sus intereses directos". Y, concluye, "habr¨ªan resurgido las posiciones que precedieron la guerra de 1914-1918".
Mayor unidad
Para evitar lo que pasa en Bosnia-Herzegovina hay que incrementar la unidad europea, disponer de un ej¨¦rcito propio y una pol¨ªtica exterior com¨²n, tal es la conclusi¨®n racional de quienes apoyan Maastricht. Pero el secretario general de los socialistas, Laurent Fabius, que se ha declarado favorable a una intervenci¨®n europea y a bombardear selectivamente objetivos serbios, es desautorizado por el presidente.
[El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, se mostr¨® el s¨¢bado confiado en el triunfo del s¨ª, informa Reuter. "No me preocupa. S¨¦ que los franceses se dominan en las grandes ocasiones", dijo].
Mientras, el ministro de Cultura, Jack Lang, dirige la campa?a gubernamental en favor de "un s¨ª alegre y comunicativo". Los cantantes Johnny Hallyday, Charles Trenet y Patrick Bruel, los actores Alain Delon, Catherine Deneuve y Victoria Abril, los cineastas Costa-Gavras o Pedro Almod¨®var, escritores, premios Nobel o restauradores forman parte de las m¨¢s de 300 personalidades que aportan su firma a la construcci¨®n europea. ?Alegre y comunicativa?. Costa-Gavras es quien mejor relativiza el entusiasmo: "He le¨ªdo el tratado, he reflexionado y creo que las consecuencias de un voto negativo son peores que las del voto positivo". Entre dos males, el menor.
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