"Por el f¨²tbol me olvid¨¦ de vivir"
Catorce t¨ªtulos, mundiales y otros, son la historia del profesor Bilardo, llegado de Argentina a Sevilla y a su club. Al tel¨¦fono, ya se present¨®: "Venga cuando quiera, yo estoy entrenando o en el hotel".Pregunta. ?Su f¨²tbol tiene que ver con la torre del Oro?
Respuesta. Pienso que s¨ª; soy uno de los t¨¦cnicos del mundo que m¨¢s gusta del f¨²tbol malabarista.
P. ?C¨®mo explica su f¨²tbol?
R. Inspiraci¨®n y trabajo.
P. ?Hay ejemplos?
R. Argentinos, el tenista Vilas, el premio Nobel de Fisiolog¨ªa Bernardo Houssay...
'P. ?Su filosof¨ªa liga con la mujer?
R. Se parece mucho, porque la mujer es fuerza. La mujer cura al enfermo, la mujer sufre al parir, sufre...
P. Luego, su filosof¨ªa del f¨²tbol y la mujer es maravillosa.
R. No, mi filosof¨ªa del f¨²tbol tiene algo que no me gusta, como en la mujer: la mujer es revanchista, no perdona...
P. ?Qu¨¦ dice del hombre?
R. Que perdona, se olvida.
P. ?Y el calor y el color de Sevilla le van?
R. Con mi vida, no; con mi f¨²tbol, s¨ª; impongo disciplina.
P. ?Qu¨¦ es Espa?a?
R. El trabajo del Norte m¨¢s
la alegr¨ªa del Sur.
P. ?Qui¨¦n es m¨¢s conocido en el mundo: Sevilla, Maradona o usted?
R. Creo que Maradona, sin duda ninguna.
P. ?Qui¨¦n es Maradona?
R. Sin¨®nimo de Argentina.
P. Dicen que el Sevilla le ofrece 600 millones por dos a?os, ?es dinero eso? .
R. No, ¨¦l lo produce; es una m¨¢quina de hacer dinero.
P. ?Le ser¨¢ m¨¢s provechoso a Sevilla que la Expo?
R. Son dos cosas distintas: la Expo acabar¨¢ y Maradona puede seguir.
P. ?Por qu¨¦ Maradona se li¨® con la droga?
R. Vivi¨® para ser el mejor, y tanto se le presion¨®... Pero est¨¢ saliendo; tiene voluntad.
P. ?Habl¨® con ¨¦l estos d¨ªas?
R. S¨ª, coment¨® sus posibilidades aqu¨ª.
P. ?Vino al Sevilla a entrenarlo o a traer a Maradona?
R. Ni hablamos de ¨¦l.
P. Bilardo, despu¨¦s de tantos ¨¦xitos, ?puede usted fracasar en el Sevilla?
R. Es lo que pienso ahora.
P. ?Qu¨¦ ser¨ªa triunfar?
R. Jugar la UEFA.
P. ?Qu¨¦ teme en la vida?
R. El fracaso.
P. ?Matar¨ªa a una mujer por un gol decisivo?
R. No, siempre me culpo a m¨ª mismo.
P. ?Y s¨®lo sufre usted?
R. No, mi familia y mi entorno tambi¨¦n.
P. ?Qu¨¦ es el f¨²tbol en tiempos del ordenador?
R. Deporte y el medio de llegar a todos los sectores.
P. ?Ve claro eso? .
R. Mire, un partido del Mundial lo ven, en diferido, varios miles de millones de personas.
P. Valdano y Floro, a su manera cada cual, ?son otra civilizaci¨®n del t¨¦cnico?
R. Como t¨¦cnicos no lo.s conozco. Adem¨¢s, no hablo de los colegas por ¨¦tica.
P. ?Por qu¨¦ no ejerci¨® su profesi¨®n de m¨¦dico?
R. Me cansaba vivir en un hospital.
P. ?Por qu¨¦ se saben pocas cosas de usted?
R. Por el f¨²tbol me olvid¨¦ de vivir.
- P. ?No ser¨¢ que el f¨²tbol esconde su vida?
R. El f¨²tbol es mi vida.
P. ?Su vida es una tragedia una cierta obsesi¨®n sexual?
R. Es una forma de ser; me fijo objetivos a observar.
P. ?Duerme en su casa?
R. En 10 a?os, 10 veces.
P. ?Cu¨¢l es su man¨ªa m¨¢s excelsa?
R. El orden.
P. ?Qu¨¦ es el odio en el f¨²tbol?
R. Para m¨ª no existe.
P. ?Cu¨¢nto manda el f¨²tbol en Argentina?
R. Yo dir¨ªa que todo; es el tema primero en todas partes.
P. ?Es capaz de la pasi¨®n?
R. En este momento, por el Sevilla.
P. ?Cu¨¢ntos amigos tiene?
R. Creo que muchos.
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