A vueltas con la privatizaci¨®n
Pol¨¦mica en torno a la nueva ofensiva de venta de empresas p¨²blicas
El Gobierno anunci¨® la pasada primavera que iba a poner en marcha una nueva ofensiva de privatizaciones de empresas p¨²blicas como soluci¨®n parcial para reducir el d¨¦ficit p¨²blico y ponerlo en niveles de convergencia con la CE. Se lleg¨® a cifrar en m¨¢s de 200.000 millones de pesetas los ingresos que podr¨ªan obtenerse por esa v¨ªa, afectando, principalmente a las mejores empresas p¨²blicas, la petrolera Repsol, la el¨¦ctrica ENDESA y el grupo financiero Argentaria. Nadie de la ¨®rbita del Gobierno rechist¨®. Sin embargo, ahora, han surgido voces de oposici¨®n a dichas medidas desde dentro mismo del entorno p¨²blico.
La pol¨¦mica est¨¢ servida y radica en si es bueno desprenderse de empresas rentables, si el Estado debe participar en la empresa y si, en caso de privatizar masivamente (como pide el PP), se perder¨¢ la oportunidad de constituir un gran n¨²cleo industrial en un pa¨ªs donde no existen grandes grupos privados.La llama ha prendido desde que algunos altos ejecutivos de grupos p¨²blicos, presidentes de empresas y expertos han advertido, sin tapujos, del peligro que entra?a la venta de empresas rentables con el ¨²nico objetivo de cubrir el d¨¦ficit p¨²blico. El vicepresidente del Instituto Nacional de Industria (INI), Miguel Cuenca, puso el dedo en la llaga el pasado mi¨¦rcoles en un curso sobre empresa p¨²blica en San Lorenzo de El Escorial. "Ahora se habla menos de gesti¨®n y, sin embargo, se apoya la privatizaci¨®n como panacea econ¨®mica ante la necesidad de reducir el d¨¦ficit p¨²blico", dijo. Para apostillar: "Si se vende lo rentable y se mantiene lo deficitario el efecto ser¨¢ disminuir el d¨¦ficit un a?o y elevarlo los futuros".
Era la primera vez que alguien directamente relacionado con el Gobierno pon¨ªa en tela de juicio una decisi¨®n del propio Gobierno. Pero desvel¨® que existen discrepancias sobre el futuro que debe tener la empresa p¨²blica. Las tesis de Cuenca, adem¨¢s, fueron reforzadas por el catedr¨¢tico Julio Segura, director gerente de la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica y consejero del Banco de Espa?a, y por el presidente de ENDESA, Feliciano Fuster. Segura, quien subray¨® que lo que hay que buscar con las privatizaciones es la eficiencia, mantiene que ¨¦sta no se consigue con la venta de empresas rentables como Repsol o ENDESA. Por su parte, Fuster fue claro al decir, con palabras medidas, que "no recomendar¨ªa a mi accionista [el INI] vender una parte de la sociedad para aliviar el d¨¦ficit".
Mientras tanto, los ministros de Industria, Claudio Aranzadi, y de Econom¨ªa, Carlos Solchaga parecen m¨¢s preocupados en la elaboraci¨®n de unos presupuestos fuertemente restrictivos.
La decisi¨®n de privatizar es apoyada, sin embargo, a tumba abierta por ?scar Fanjul, presidente de otra de las joyas de la Corona, Repsol. Fanjul, adem¨¢s de pedir que el Estado rebaje su participaci¨®n a menos del 50% -ahora tiene el 64,5%- aunque no pierda el control, ha predicho "la privatizaci¨®n masiva de empresas p¨²blicas en Europa" como consecuencia de los acuerdos de Maastricht y las necesidades de convergencia. Italia, que ha anunciado la privatizaci¨®n de varias sociedades, es un ejemplo.
La anunciada nueva oleada de privatizaciones empez¨® a cristalizar con la emisi¨®n de bonos convertibles en acciones de Repsol por valor de 50.000 millones, lo que supone algo m¨¢s del 5% de su capital. La el¨¦ctrica ENDESA -a trav¨¦s de la que el Estado ha formado un importante grupo con la compra de acciones en el¨¦ctricas privadas- alcanzaba un acuerdo para intercambiar el 10% del capital con la alemana RWE, lo que reduce la participaci¨®n p¨²blica al 65%.
Es posible que, en ambos casos, como pudiera ocurrir tambi¨¦n en el Banco Exterior (controlado a trav¨¦s de Argentaria) no importe perder la mayor¨ªa si se mantiene el control. Es una de las opciones que m¨¢s contundentemente han defendido desde el Gobierno. Pero, la principal cuesti¨®n radica en si este proceso puede llevar a que se pierda la oportunidad de constituir un gran grupo espa?ol. Con ese objetivo, seg¨²n sus responsables, se constituy¨® la sociedad Teneo con las empresas rentables -"o con futuro"- del INI.
Aunque los directivos de Teneo y el propio Aranzadi nunca han rechazado la posibilidad de que se privaticen algunas empresas, la interrogante se centra en qu¨¦ suceder¨ªa si ese grupo Teneo o el propio INI se quedan ¨²nicamente con las empresas menos rentables. Su vicepresidente, Cuenca, se lo pregunta: "Si desaparece la empresa p¨²blica industrial o se venden grandes participaciones lo que habr¨¢ desaparecido es la empresa quedando dos alternativas a nuestro futuro industrial: o no habr¨¢ grandes grupos, industriales o si existen estar¨¢n en manos extranjeras". Lo cierto es que, de las principales ventas de empresas p¨²blicas, la mayor parte ha pasado a depender de multinacionales.
Desde 1983, Espa?a ha vivido un fuerte proceso privatizador de empresas p¨²blicas, la mayor parte de las cuales hab¨ªan ido a parar a Estado por incapacidad de la iniciativa privada para sostenerlas. Un caso concreto de r¨¢pida ejecuci¨®n fue la expropiaci¨®n y reprivatizaci¨®n de las empresas del grupo Rumasa. Sea como fuere, el caso es que Espa?a, donde el peso de las empresas p¨²blicas es el 10% del PIB por el 12,6% de la CE, ha sido, tras el Reino Unido, el pa¨ªs que m¨¢s ha privatizado.
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