Legitimidad
El se?or L¨®pez Rod¨® necesita legitimar la cruzada de Franco porque as¨ª legitima su largo colaboracionismo con un r¨¦gimen tan represivo como legitimado. Durante 20 a?os de su vida, el se?or L¨®pez Rod¨®, valido de Carrero Blanco, a su vez valido de Franco, evidenci¨® un inmenso est¨®mago donde cupieron todas las violaciones de los derechos humanos perpetradas por el franquismo, desde la tortura hasta la persecuci¨®n sistem¨¢tica de la oposici¨®n, pasando por el l¨ªmite incluso del espacio a¨¦reo del r¨¦gimen, porque m¨¢s de un perseguido se tir¨® o se les cay¨® por la ventana o por el hueco de la escalera.Mientras tales cosas suced¨ªan, el se?or L¨®pez Rod¨® redactaba leyes importantes. Cualquier atasco legislativo producto de un pique entre las familias del r¨¦gimen lo resolv¨ªa L¨®pez Rod¨®, que era un estajanovista de leyes fundamentales. A L¨®pez Rod¨® le constaba el leguleyismo de Franco, ejercido o por decreto, o con el refrendo de las instituciones legislativas tan representativas como las Cortes, y lo cultivaba elogiando siempre que pod¨ªa esta caracter¨ªstica de su caudillo. Mientras los responsables directos de la represi¨®n ejerc¨ªan la leg¨ªtima violencia del Estado -que, no lo olvidemos, tiene el monopolio de la violencia-, L¨®pez Rod¨® les escrib¨ªa las leyes que necesitaban. Ten¨ªa tomada la medida e incluso pasaba por alto algunas bromas que le gastaban en los c¨ªrculos m¨¢s pr¨®ximos a Franco; por ejemplo, el m¨¦dico personal del caudillo, Vicente Gil, sosten¨ªa que el voto de castidad perjudicaba al valido del valido, y le intrigaba al bueno de Vicent¨®n d¨®nde llevaba puesto el cilicio don Laureano.
Y es que, al franquismo m¨¢s cruzado y legitimado, don Laureano siempre le pareci¨® un animal anfibio infiltrado en la cruzada. Pero era un franquista leg¨ªtimo. Con todas las de la ley que ¨¦l mismo escrib¨ªa.
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