No tan ins¨®lita
Si el teatro hay que considerarlo con arreglo a la actualidad y el entorno de su representaci¨®n, parece necesario ver con la vista de ahora La casa de Bernarda Alba. Pero puede verse mal, con ciertas creencias, con prejuicios sobre nuestro tiempo. Creemos muchos que ciertos sucesos como el de esta obra est¨¢n erradicados de nuestra sociedad, y que han perdido sentido. Pero lo creemos quienes vamos a los estrenos de teatro, vivimos en una zona social donde la permisividad es antigua -incluso m¨¢s que la casa-, en unas profesiones muy abiertas, o en unos barrios donde peque?os centros convocan a una juventud m¨¢s que tolerada. En un pa¨ªs hay estratos que viven en distintos tiempos de la historia de la sociedad, y los sucesos de cualquier peri¨®dico nos ilustran con supuestos arcaismos que ocurren cada d¨ªa. Digo supuestos porque lo que est¨¢ ocurriendo, es siempre moderno.No es tan extempor¨¢nea esta obra. Ni lo son otras dimensiones que Lorca sent¨ªa como b¨¢rbaras en el tiempo de escribirla (1936): "el sentido doloroso de la vida de la mujer ¨¦n los pueblos de Espa?a", como dice en su denominaci¨®n; ni la fuerza ciega y brutal de la represi¨®n, que no es s¨®lo de las dictaduras oficiales, nacionales, sino que se producen como en esta casa cerrada (abierta, literalmente: el muro es invisible; es el de la Orden, el Dictado, la Persona, la Autoridad). Personalmente har¨ªa dos a?adidos, como espectador actual: que. la brutalidad del suceso represor no es espa?ola ni, desgraciadamente, caracter¨ªstica de aquella ¨¦poca, sino m¨¢s larga y m¨¢s universal; y que la tragedia del hombre no est¨¢ representada.
La casa de Bernarda Alba
De Federico Garc¨ªa Lorca. Int¨¦rpretes: Mar¨ªa Alfonsa Rosso, Mar¨ªa Galiana, Asunci¨®n S¨¢nchez, Nanna S¨¢nchez, Magdalena Barbero, Matilde ,Flores, Consuelo Trujillo, Mar¨ªa Jes¨²s Lara, Carmen Troncoso, Isabel de Osca, Lola Botello, Gloria de Jes¨²s, Reyes Ruiz. Escenografia: Sim¨®n Su¨¢rez. Vestuario: Pedro Moreno. Iluminaci¨®n: Teo Escamilla. M¨²sica: Manuel Balboa. Direcci¨®n: Pedro ?lvarez-Ossorio. Centro Andaluz de Teatro, Centro Dram¨¢tico Nacional, Teatro Mar¨ªa Guerrero. 1 de septiembre.
Acento andaluz
En el primer aspecto, la direcci¨®n de escena de Pedro ?lvarez Ossorio tiende a empeque?ecerla por su uso del acento -la m¨²sica, el tono- andaluz, cuando el autor la agrandaba'ha¨¦ia los pueblos de Espa?a; por otra parte alguien con sabidur¨ªa me dijo que ve¨ªa en ella -en un decorado mic¨¦nico, en palabras del programa- un emparentamiento con la tragedia griega, con la que no tiene ninguna relaci¨®n. La tiene con el existencialismo: la doble angustia del espacio que no se abre y el tiempo que pasa sin alivio la clasifica as¨ª antes de Sartre, de Camus.Puede ser que el localismo y la ambici¨®n de tragedia eterna no sean demasiado graves. Sobre todo porque la obra pasa por encima. He visto bell¨ªsimas direcciones de la "Berriarda", las he visto malas (aquella que estaba interpretada por un hombre: una barbarie, de la que aparto. la inocencia y la calidad del actor) y el hecho es que van aparte de la obra: son elementos distintos. Aqu¨ª lo que llamo la barbarie est¨¢ en algunas cosas; Significativamente en la interpretaci¨®n de la abuela (y tambi¨¦n separo la inocencia de la actriz), convertida en esperpento; seg¨²n algunos espectadores, imitaci¨®n de Lindsay Kemp. Pierde su grandeza, su serenidad y hasta su palabra: hace incomprensible la belleza de sus mon¨®logos, anula la ¨²nica poes¨ªa deliberada y verbal -el di¨¢logo es directo, entero, seco que se deja a la obra. No creo que la interpretaci¨®n en general sea peor que otras. Gustaron m¨¢s al p¨²blico -por la longitud de los aplausos-, Consuelo Trujillo (pienso que porque su personaje, Adela, que es el que rompe, el que busca la libertad jug¨¢ndose la vida: el papel de hero¨ªna), Isabel de Osca (Prudencia) y naturalmente Mar¨ªa Alfonsa Rosso, en Bernarda: sin brillo, pero con exactitud.
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