Lo veros¨ªmil y lo inveros¨ªmil
En Euskadi llevamos demasiado tiempo manejando hip¨®tesis veros¨ªmiles sobre nuestro presente y su repercusi¨®n en el futuro: el fin de la violencia etarra; la continuidad de la violencia callejera de los movimientos radicales; la persistencia del lenguaje abertzale ultrarradical que combina, deliberada o inevitablemente, por azar o por necesidad, la agresi¨®n con la vaciedad; la vigencia del Estatuto y su superaci¨®n; el impulso al derecho de autodeterminaci¨®n; la independencia o el encuentro paulatino de la soberan¨ªa en una Europa de los pueblos, y a¨²n en la Europa de las tribus que se dibuja en las antiguas Yugoslavia y Uni¨®n Sovi¨¦tica; si ETA quiere una tregua y el Gobierno no y si el Gobierno, quiere una tregua y ETA no; si se puede hablar de tregua cuando no hay guerra; si ETA se est¨¢ reponiendo de las detenciones o ganando tiempo para salvar a sus cuadros supervivientes; y otros muchos, variados y repetitivos planteamientos que en creencia de un sector amplio de la sociedad vasca son probablemente eternos, pues estamos olvidando el principio y quiz¨¢ no veamos el fin.Casi todas las hip¨®tesis manejadas en torno al final de la violencia y la crisis del movimiento radical a plazos variables son veros¨ªmiles; lo que es inveros¨ªmil es la realidad, sobre la que esas hip¨®tesis operan y de la que dicen nutrirse. Si se habla de tregua cuando no hay guerra las hip¨®tesis sobre esa tregua son todas ellas veros¨ªmiles: ETA no mata porque no puede; ETA no mata porque no quiere y busca una salida digna; ETA puede matar pero no tiene fuerza suficiente como para una acci¨®n espectacular, puede asesinar polic¨ªas o manejar un coche bomba, pero no ha tenido capacidad para montar en Barcelona un atentado que demostrase su poder y eso hubiera permitido valorar su debilidad. Las tres hip¨®tesis son veros¨ªmiles pero s¨®lo han servido como se?ales par¨¢sitas superpuestas a las se?ales informadoras de la realidad de la violencia armada y callejera, f¨ªsica y verbal, introduciendo desorden en una realidad convertida en inveros¨ªmil frente a esas hip¨®tesis que desdibujan la se?al a percibir.
Es veros¨ªmil la hip¨®tesis de que Herri Batasuna y otros componentes del movimiento radical tengan problemas internos y algunos de sus dirigentes quieran plantear un debate con las debidas precauciones para no ser purgados antes de que sus opiniones abonen el terreno militante; pero la realidad es que tras sus conversaciones con el PNV, Herri, Batasuna insulta a sus interlocutores, mantiene su duro lenguaje de tautolog¨ªas, agresivas, considera a la- direcci¨®n del PNV mamporreros del PSOE y destruye locales sociales de sus interlocutores privilegiados, aun afirmando que es probable que las conversaciones prosigan, lo que confirma la direcci¨®n peneuvista. Y cuando HB asegura que Eusko Alkartasuna es un partido errante y le dedica calificativos a¨²n m¨¢s ¨¢speros, EA acepta la cita que a pesar de todo le ofrecen los radicales. La hip¨®tesis de una conversaci¨®n para poner las bases de un frente nacionalista es veros¨ªmil, lo Inveros¨ªmil es la realidad en que esas conversaciones y ese frente se asientan. Es veros¨ªmil que EA considere que el Pacto de Ajuria Enea no merece cr¨¦dito pero es inveros¨ªmil que en cambio se lo merezca HB.
Son veros¨ªmiles los acuerdos entre algunos ayuntamientos y los radicales para que las Fiestas de verano en las capitales vascas transcurran en paz; pero es inveros¨ªmil que esos ayuntamientos se lo crean y retiren las polic¨ªas de los centros festivos mientras los radicales siguen sus tradiciones no cumpliendo los acuerdos y consiguiendo que as fiestas -sobre todo las de Bilbao este a?o- terminen en una apoteosis de los v¨¢ndalos, probablemente en coalici¨®n con los suevos y los alanos. Es inveros¨ªmil la sorpresa con que se acoge esa agresi¨®n: las autoridades municipales frenan a las polic¨ªas para no crear problemas mientras una cafeter¨ªa emblem¨¢tica de la ciudad es destrozada, una tienda desvalijada, varias calles arrasadas y un veh¨ªculo de las obras del metro bilba¨ªno lanzado a gran velocidad por el centro sin que esas autoridades se decidan a reaccionar, siguiendo la hip¨®tesis veros¨ªmil de que las polic¨ªas pod¨ªan provocar a¨²n m¨¢s a los a lborotadores.
Es veros¨ªmil la hip¨®tesis de una posible independencia; es inveros¨ªmil considerar que la independencia es mayoritariamente aceptada por la poblaci¨®n. Y es inveros¨ªmil pensar en un desarme voluntario de ETA cuando ni la banda armada ni sus soportes pol¨ªticos -si es que en este momento se puede distinguir qui¨¦n es qui¨¦n aceptan la democracia, el estatuto y los procedimientos democr¨¢ticos para reformarlo o sustituirlo. Es veros¨ªmil la conveniencia de que el fin de ETA se produzca a trav¨¦s de razones pol¨ªticas que completen la acci¨®n policial, pero es inveros¨ªmil que incluso dirigentes y ex dirigentes pol¨ªticos equilibrados acepten que s¨®lo la acci¨®n policial no es conveniente. Quiz¨¢ no sea posible, pero no habr¨ªa nada que objetar a un fin de la violencia como consecuencia de los procedimientos policiacos propios de un Estado de derecho. Muy al contrario.
Se ha invertido la situaci¨®n a analizar. Se ha sustituido la informaci¨®n por el ruido, y el ruido hace creer en la verosimilitud de determinadas hip¨®tesis sobre una realidad convertida as¨ª en inveros¨ªmil. Vista desde esas hip¨®tesis realistas responde como no debe. Hace tiempo que todos los ayuntamientos creen que no son las obras p¨²blicas las que molestan a los ciudadanos, sino los ciudadanos quienes molestan a las obras p¨²blicas; y hace tiempo que nos empe?amos en una realidad poco veros¨ªmil mientras enlazamos, una tras otra, hip¨®tesis veros¨ªmiles.
Tras la hip¨®tesis de que el aislamiento de los radicales por parte de los partidos democr¨¢ticos firmantes del Pacto de Ajuria Enea era el medio id¨®neo para ir quitando el agua de la pecera etarra, los mismos que la hab¨ªan formulado se han apresurado a dialogar con HB para sacarla de su aislamiento y convertir su elementalidad te¨®rica en el centro de la pol¨ªtica vasca. Se puede decir que en nuestra novela las hip¨®tesis son la ciencia y la realidad la ficci¨®n; s¨®lo aceptando ese principio se puede intentar entender la pol¨ªtica en Euskadi. Cuando el ex consejero de Interior del Gobierno de Vitoria y actual presidente del PNV vizca¨ªno, Luis Mar¨ªa Retolaza, asegura que ETA es el ¨²ltimo ramalazo de la guerra del 36 -lo que permite comprender algunas de sus razones-, es complicado plantear el fin de la violencia, pese a la verosimilitud de las hip¨®tesis manejadas sobre la cuesti¨®n. De esa disfunci¨®n procede la dificultad para concebir el fin de ETA como un proceso de disoluci¨®n, lento pero inevitable, de su protagonismo en nuestra sociedad.
Pese a todo, en la sociedad vasca se ha desarrollado una conciencia subversiva frente al conservadurismo radical y etarra, que sigue rapitiendo f¨®rmulas acerca del presente y el futuro de una realidad imaginaria; y esa conciencia se est¨¢ transformando en conducta.
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