Un clima infame
"HE COMETIDO el error de aceptar un sistema, aunque no acepto que se me llame ladr¨®n". Estas dram¨¢ticas palabras de despedida, previas a su suicidio, del diputado Sergio Moroni ponen de manifiesto los dilemas planteados en Italia por la investigaci¨®n judicial sobre la financiaci¨®n corrupta de los partidos.La cadena de detenidos -80 ya- en la investigaci¨®n llamada de manos limpias indica hasta qu¨¦ punto se encuentra contaminada la vida pol¨ªtica italiana. La cadena de suicidios -cuatro, tres pol¨ªticos socialistas y un constructor- revela la profundidad de esa corrupci¨®n. Lo grave, sin embargo, es que, por lo que a los implicados respecta, parecen considerarse individualmente libres de tacha. Habr¨ªa as¨ª un doble rasero: la honradez personal que todos reivindican hasta el suicidio y la deshonestidad institucional -robar o aceptar comisiones para alimentar la glotoner¨ªa sin fondo de la maquinaria pol¨ªtica-, que muchos consideran, si no justificada, s¨ª inevitable.
Detr¨¢s de estas posturas se esconde un argumento perverso: que la corrupci¨®n es un. mal necesario para mantener a los partidos, sin los cuales la democracia no ser¨ªa posible. ?Qu¨¦ clase de fin puede justificar la imposici¨®n de un impuesto revolucionario que no es aportaci¨®n m¨¢s o menos voluntaria, sino condici¨®n imprescindible para conseguir contratos? No se trata ya de la compra de favores pol¨ªticos; se trata de la compra de la supervivencia empresarial. Un sistema de partidos no desborda sus l¨ªmites financieros en defensa del sistema, sino en la persecuci¨®n incontrolada e inmoral del poder. La financiaci¨®n que el Estado presta a los partidos est¨¢ concebida para evitar las corruptelas: un refer¨¦ndum convocado en Italia hace algunos a?os para decidir la supresi¨®n de la financiaci¨®n estatal fue rechazado por abrumadora mayor¨ªa.
La segunda perversi¨®n de la pol¨¦mica suscitada en Italia nace de las acusaciones del l¨ªder socialista, Bettino Craxi, y del ministro de Justicia, Claudio Martelli, responsabilizando de los cuatro suicidios a la persecuci¨®n individual emprendida por la prensa y los jueces. El clima que han creado, asegura Craxi, "es infame". Como si la persecuci¨®n por un juez o la exposici¨®n por un peri¨®dico fueran m¨¢s delictivas o m¨¢s da?inas que el delito que se investiga.
?Se ha convertido Italia en una corte de los milagros sin esperanza? No. Pero est¨¢ tocando fondo, y acaso merezca la pena preguntarse si la campa?a lanzada a finales del a?o pasado por el dimisionario Cossiga en pro de la refundaci¨®n de la Rep¨²blica, con todo su histrionismo, no ten¨ªa fundadas razones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.