"La salvaci¨®n de Italia ser¨¢ la unidad europea"
Cesare Romiti, de 68 a?os, renunci¨® hace unos meses a la presidencia de la Confindustria (la patronal italiana), cargo para el, que era el candidato plebiscitario, para permanecer en Fiat junto a Giovanni Agnelli como persona de su absoluta confianza. Como hombre fuerte de la empresa privada de mayor envergadura en Italia, el consejero delegado de Fiat sigue estos d¨ªas con inter¨¦s y aprensi¨®n la crisis que sacude a su pa¨ªs.Pregunta. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando realmente en Italia?
Respuesta. El pa¨ªs atraviesa, como ya hab¨ªa acaecido otras veces en el pasado pero ahora. de forma m¨¢s devastadora, un momento de profunda desorientaci¨®n que esta vez atenaza a todos: j¨®venes y adultos, pobres y menos pobres. Y todo ello se debe al hecho de que, al contrario de lo que pude palpar en Barcelona durante la inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos, que fueron algo ejemplar, aqu¨ª la gente no tiene ni el orgullo ni el sentido de ser Estado que, por otra parte, nos gustar¨ªa tener y que se advierte cuando triunfa alguno de nuestros deportistas.
P. ?Y qui¨¦n tiene la culpa?
R. El curso pol¨ªtico de estos ¨²ltimos a?os, que ha sido delet¨¦reo en relaci¨®n con este estado de animo y no ha hecho m¨¢s que empeorar las cosas. A ello hay que a?adir la gravedad de la situaci¨®n mundial, que se mezcla con la crisis econ¨®mica de un pa¨ªs como el nuestro, ya de por s¨ª muy d¨¦bil. No se. olvide de que, a diferencia de Francia, Alemania o Espa?a, nosotros nos hemos formado como pa¨ªs s¨®lo a finales del siglo pasado.
P. ?Entonces es verdad que Italia tiene dif¨ªcil remedio?
R. S¨ª tiene remedio. Porque, dicho lo anterior, yo no estoy de acuerdo con los catastrofistas. Pienso que nuestra salvaci¨®n va a ser la unidad europea, de la que me siento un defensor empedernido. Los italianos ven en la construcci¨®n de una Europa unida y fuerte la posibilidad de corregir los errores de la clase pol¨ªtica y al mismo tiempo de la exaltaci¨®n de las cualidades espec¨ªficas, que los otros pa¨ªses nos envidian tanto, porque adem¨¢s Italia lleva a Europa en la sangre. Sin contar con que los italianos sabemos muy bien que los europeos, hoy m¨¢s que nunca, necesitamos estar unidos, porque si Alemania se quedara sola podr¨ªa verse tentada a repetir los tristes errores que ya conocemos del pasado.
P. Una pregunta que se hacen muchos analistas pol¨ªticos es si Italia, que fue capaz de acabar con el terrorismo, podr¨¢ un d¨ªa vencer el c¨¢ncer de la Cosa Nostra.
R. La Mafia es, sin duda, distinta y m¨¢s compleja que el terrorismo. Pero estoy profundamente convencido de que si el Estado quiere puede acabar con ella. Lo dej¨® dicho en ese bell¨ªsimo libro-entrevista con Marcelle Padovani, antes de ser asesinado, el juez Giovanni Falcone. Y lo est¨¢n repitiendo los otros jueces que han recogido su bandera. Y, como dec¨ªa Falcone, la Mafia puede ser derrotada simplemente con aplicar las leyes del Estado, como se hizo con el terrorismo, y no con el principio de bomba por bomba. Por eso la responsabilidad es sobre todo pol¨ªtica. Cuando el Estado quiere capturar a los mafiosos, lo hace.
P. Y en cuanto a la crisis econ¨®mica que est¨¢ condicionando la misma vida pol¨ªtica, ?piensa que Italia podr¨ªa finalmente salir de la crisis?
R. Lo que yo advierto es que el Gobierno actual presidido por Giuliano Amato, un socialista joven, culto, inteligente y con experiencia internacional ha empezado con buen pie al estar dispuesto a tomar decisiones dr¨¢sticas y dolorosas, pero inevitables. Y Amato se halla en un estado de gracia, porque la situaci¨®n es tan, dram¨¢tica que precisamente por ello es tambi¨¦n m¨¢gica. Est¨¢ todo tan mal que tiene una gran libertad para actuar.
P. ?Y piensa que los italianos est¨¢n dispuestos a hacer sacrificios?
R. Yo quiero decir aqu¨ª, con gran sinceridad, que la gente en Italia, y quiz¨¢ pueda valer ya en parte para Espa?a, tiene que entender que ha estado viviendo por encima de sus posibilidades. Y qu¨¦ en el futuro ser¨¢ inevitable que todos -cada uno en su medida, y los que m¨¢s recursos poseen deber¨¢n soportar un peso mayor- deberemos ser algo m¨¢s pobres y volver a algunos valores ideales que hemos perdido. Hay que tener el coraje de saber renunciar a mucho de lo superfluo, empezando por coches demasiado lujosos, ropa siempre de marca y viajes innecesarios, para poder apreciar mejor el gusto por la vida, para que en el mundo no sea tan descarada la victoria de los pillos y desaprensivos en detrimento de los honrados. ,
P. ?Qu¨¦ opina de la corrupci¨®n que ha sacudido Mil¨¢n y en la que se han visto involucradas por primera vez incluso las grandes empresas?
R. Lo peor es que no es s¨®lo Mil¨¢n. Toda la naci¨®n est¨¢ infestada de lo que llamo el mal oscuro de este pa¨ªs. Desde el ciudadano privado hasta las empresas est¨¢n ya hartos de tener que pagar a alguien para obtener lo que te pertenece por justicia. Hemos visto empresas que no eran nada inflarse del d¨ªa a la noche hasta que se ha descubierto que detr¨¢s estaba un pol¨ªtico al que se pagaba. Para acabar con este mal, la justicia debe seguir su curso procesando a los culpables, pero sobre todo es ya inaplazable una acci¨®n pol¨ªtica seria y decisiva. De lo que no hay duda es de que as¨ª este pa¨ªs no puede continuar. La sociedad ya no se resigna y podr¨ªa explotar.
P. ?Cu¨¢l es, a su juicio, el problema m¨¢s grave que tiene que afrontar en la econom¨ªa?
R. La p¨¦rdida impresionante de competitividad, porque los costes de los servicios son m¨¢s altos que en otros pa¨ªses, porque no funcionan las infraestructuras, porque los intereses bancarios actuales son insostenibles, porque los intereses del d¨¦ficit p¨²blico equivalen a la deuda anual del Estado italiano. Es evidente que una situaci¨®n as¨ª, que exige medidas muy severas, no se resolver¨¢ de hoy a ma?ana. Har¨¢n falta algunos a?os, pero lo importante es que se empiece a hacer algo, que se vea una voluntad de cambiar el rumbo de las cosas.
P. A muchos les gustar¨ªa o¨ªr de sus labios si est¨¢n contentos en Fiat de haber vuelto a Espa?a y qu¨¦ planes tienen para el futuro.
R. Nosotros no s¨®lo no nos hemos arrepentido de haber tomado Pegaso, sino que estamos dispuestos a que nuestra presencia en Espa?a, donde tenemos ya 29 empresas, sea cada vez mayor. La situaci¨®n que nos encontramos al hacernos cargo de Pegaso era peor de lo que hab¨ªamos imaginado. Y sufrimos mucho, y seguimos sufriendo. Pero no nos arrepentimos. La vida del mundo industrial est¨¢ hecha de riesgos. Estamos convencidos de que el nuevo n¨²cleo de producci¨®n es para nosotros muy importante, y las cosas han empezado incluso a mejorar. Queremos seguir haciendo nuevos esfuerzos incluso en el campo del autom¨®vil, empezando por revitalizar el mercado de nuestras marcas italianas. Por otra parte -y lo digo con toda sinceridad, aunque podr¨ªa acus¨¢rseme de emitir un juicio interesado-, estamos muy contentos de nuestro trato con el Gobierno espa?ol y con su Administraci¨®n, que a nivel europeo nos parece excelente. Para m¨ª, Felipe Gonz¨¢lez es un l¨ªder pol¨ªtico europeo indiscutible al que admiro de verdad.
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