?Sputnik espa?ol!
ERA POR estas fechas, a comienzos del curso escolar: los sovi¨¦ticos, cuya consigna iba a ser pronto la de la "emulaci¨®n pac¨ªfica", se hab¨ªan adelantado a los norteamericanos en lo que ya se llamaba "carrera espacial" consiguiendo colocar en ¨®rbita un artefacto cuyo nombre,, Sputnik, fue la palabra m¨¢s popular de aquel invierno de 1957. Para quienes vivieron el momento, hay un peque?o. motivo de orgullo en la noticia de que desde la madrugada de ayer un sat¨¦lite espa?ol se est¨¦ desplazando a 6.000 kil¨®metros por hora en una ¨®rbita situada a 30.000 kil¨®metros de la superficie terrestre.Modesto motivo, porque se trata de un artefacto construido con tecnolog¨ªa francesa y puesto en el espacio por una nave lanzada desde una base de la Guyana. Pero motivo de orgullo por la significativa participaci¨®n de la industria nacional en el proyecto y por la satisfactoria marcha de la operaci¨®n, que desde poco despu¨¦s del despegue est¨¢ siendo controlada desde la estaci¨®n de seguimiento de Arganda. Pero, ante todo, por lo que significa que, 35 a?os despu¨¦s del lanzamiento del Sputnik, y del abandono de la autarqu¨ªa, Espa?a se sume a los pa¨ªses, apenas una decena, que cuentan con un sistema propio de telecomunicaciones por sat¨¦lite.
En dos o tres meses estar¨¢ en condiciones de prestar servicio el ahora fletado, y otro le seguir¨¢ en primavera. Los principales objetivos son completar la cobertura. nacional de las televisiones privadas, ampliar el n¨²mero de canales por sat¨¦lite, establecer un mecanismo especial de comunicaci¨®n de la Defensa, y, en general, mejorar y abaratar el actual sistema de comunicaciones. Pero el sat¨¦lite ha costado mucho dinero, cerca de 60.000 millones, y no faltan voces que estiman desproporcionada esa inversi¨®n para las posibilidades de la econom¨ªa espa?ola. El tiempo dir¨¢ si tienen raz¨®n, pero el consenso existente sobre la importancia creciente de las telecomunicaciones en el mundo que viene es, en principio, una garant¨ªa tranquilizadora. El hecho de que los cuatro pa¨ªses m¨¢s poderosos de la CE hayan precedido al nuestro en la iniciativa ser¨ªa un aval complementario de no ser por la competencia que ello puede implicar a la hora de rentabilizar la inversi¨®n. Al fin y al cabo, la apertura al exterior de la econom¨ªa espa?ola que Ullastres y Navarro Rubio propugnaron tras su entrada en el Gobierno, en aquel 1957 del Sputnik y de la firma del Tratado de Roma, tambi¨¦n implica que los dem¨¢s puedan vender aqu¨ª los bienes y servicios que producen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Sat¨¦lites militares
- URSS
- Material militar
- Sat¨¦lites comunicaciones
- Franquismo
- Bloques pol¨ªticos
- Uni¨®n Europea
- Gobierno
- Historia contempor¨¢nea
- Organizaciones internacionales
- Bloques internacionales
- Administraci¨®n Estado
- Historia
- Espa?a
- Armamento
- Relaciones exteriores
- Telecomunicaciones
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Defensa
- Comunicaciones