El montaje en Alcobendas del pabell¨®n de Madrid se aplaza por necesidades de Cartuja 93
El futuro del pabell¨®n de Madrid en la Expo est¨¢ claro: ir¨¢ al Arroyo de la Vega, zona de Alcobendas que ha sido objeto de presuntas especulaciones urban¨ªsticas. El m¨¦todo a emplear para el traslado y la fecha es algo a¨²n desconocido. Desmontar la instalaci¨®n o derribarla y construirla de nuevo cuesta lo mismo: unos 300 millones. La Comunidad, el Ayuntamiento de Alcobendas y directivos de Cajamadrid, propietaria del recinto, tienen que despejar antes de que acabe el mes estos interrogantes y decidir si aceptan una oferta de la sociedad Cartuja 93 para quedarse m¨¢s tiempo en Sevilla.
El Consejo de Administraci¨®n de la Sociedad Estatal Cartuja 93 aprob¨® el pasado mi¨¦rcoles una lista de m¨¢s de 30 pabellones de la Expo susceptibles de quedarse en Sevilla cuando termine la muestra. La lista, por ahora, es secreta.Los pabellones auton¨®micos, y entre ellos el de Madrid, han recibido una oferta para permanecer en la capital andaluza unos meses m¨¢s de lo previsto. El objetivo es formar parte del futuro complejo o, en cualquier caso, contribuir a dar una imagen del recinto m¨¢s apropiada para su promoci¨®n que la que podr¨ªa reflejar si las gr¨²as comienzan a trabajar en su desmontaje, como estaba programado, el 13 de octubre.
Por estas razones es por lo que ya se sabe que el plazo marcado no se cumplir¨¢, a pesar de que a partir de esa fecha el pabell¨®n deber¨ªa empezar a vaciarse. En teor¨ªa, seg¨²n lo pactado antes de la muestra, el 31 de marzo de 1993, el terreno donde se levant¨® este edificio deber¨ªa tambi¨¦n quedar totalmente limpio. El personal finaliza sus contratos el 30 de octubre pr¨®ximo.
Cerca del museo
Los m¨¢ximos responsables del pabell¨®n de Madrid se reunir¨¢n antes de que acabe este mes para ponerse de acuerdo en el futuro a m¨¢s largo plazo de la instalaci¨®n. El convenio firmado por la Comunidad con Cajamadrid se?ala que el edificio es propiedad de esta entidad bancaria a partir del 12 de octubre, tras haber pagado para su construcci¨®n unos 350 millones de pesetas, y que debe ubicarse en el t¨¦rmino municipal de Alcobendas.
El alcalde de esta localidad, Jos¨¦ Caballero, ha decidido instalar el pabell¨®n de Madrid en el Arroyo de la Vega, zona promovida por el Ayuntamiento socialista y en la que se produjeron presuntos fraudes fiscales que investiga la fiscal¨ªa de Madrid. El pabell¨®n estar¨¢ cerca, quiz¨¢, del Museo de la Ciencia. Pero antes de que llegue a Alcobendas habr¨¢ que pronunciarse tambi¨¦n sobre la viabilidad del traslado.
Las partes implicadas han encargado varios estudios a la constructora Cubiertas y a los arquitectos que realizaron la obra para cargarse de argumentos en el momento de tomar la decisi¨®n. La parte desmontable (escaleras mec¨¢nicas, ascensor, aire acondicionado, paneles de los cubos y los sistemas el¨¦ctricos y de telecomunicaci¨®n) se ha valorado en 43 millones de pesetas.
El coste del desmontaje y posterior traslado se ha cifrado en 300 millones, cantidad similar a lo que valdr¨ªa demoler el edificio (de siete plantas y con una estructura muy abierta) y levantar otro nuevo similar en Alcobendas.
Los especialistas han llegado a evaluar que cada corte de una viga supondr¨ªa destrozar una sierra y perder¨ªa medio metro de estructura. La Comunidad, en cualquier caso, no est¨¢ dispuesta a gastarse ning¨²n dinero en esta operaci¨®n, por lo que el peso de la decisi¨®n correr¨¢ a cargo de Cajamadrid y del Ayuntamiento de Alcobendas, que tendr¨¢n que financiarla. Mientras tanto, los responsables de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y Cultura -que ha gestionado el pabell¨®n en la Expo- se muestran satisfechos del rendimiento que ha dado el inmueble sobre todo en relaci¨®n con lo que cost¨® (una de las inversiones m¨¢s bajas de todas las comunidades aut¨®nomas).
Un muestreo sobre el libro de visitas, donde firman las autoridades y dejan su sello los m¨¢s atrevidos, reparte la cal y la arena al 50%. Los piropos y palabras de afecto, especialmente los de los pol¨ªticos de todas las ideolog¨ªas, se mezclan con intervenci¨®nes cr¨ªticas mucho m¨¢s creativas: "?Leguina, tas pasao!", escribi¨® a buen seguro un contribuyente madrile?o.
Una sevillana fue mucho m¨¢s expl¨ªcita al terminar su recorrido: "Lo mejor son las vistas, pero joderos, que son nuestras".
Aqu¨ª tambi¨¦n hay colas
Para sorpresa de los propios mandatarios de la Comunidad de Madrid, su pabell¨®n se ha convertido en uno de los m¨¢s visitados de los auton¨®micos. El emblem¨¢tico espacio abierto concebido por sus proyectistas para representar el esp¨ªritu de los madrile?os soporta algo que parec¨ªa impensable y casi arquitect¨®nicamente imposible: ?Colas!El pabell¨®n de Madrid, como el resto de los auton¨®micos, menos el de Andaluc¨ªa, no instal¨® en un principio ning¨²n control de acceso al edificio, por lo que las cuentas sobre visitantes se elaboraban sobre el n¨²mero de programas distribuidos. La Sociedad Estatal oblig¨® a cambiar este sistema y ahora la entrada, para facilitar la contabilidad, se realiza ¨²nicamente por las escaleras mec¨¢nicas. ?ste es uno de los motivos de las esperas. Otro es que est¨¢ al lado el de Andaluc¨ªa, uno de los m¨¢s populares.
Casi un mill¨®n de personas (937.576 hasta el pasado 11 de septiembre) han pasado por el edificio representativo de Madrid. Las visitas se han duplicado en las ¨²ltimas semanas con respecto a las efectuadas en junio y julio.
Los responsables del pabell¨®n han definido un perfil, por meses, de los interesados por el contenido del pabell¨®n madrile?o. En mayo, al coincidir con el puente de la Comunidad y el fin de semana de San Isidro, los visitantes llegaron fundamentalmente del foro. En junio abundaron los grupos escolares y de la tercera edad. En julio, los extranjeros -sobre todo franceses-, y en agosto ha predominado el turismo nacional y familiar.
Cotizada terraza
A falta de otros reclamos m¨¢s espectaculares, el restaurante madrile?o La Taberna del Alabardero se ha convertido en el lugar de cita de las personalidades de cualquier pa¨ªs o comunidad de paso por la Expo. Las reservas se cotizan porque la terraza del pabell¨®n es la mejor situada de todas las que se ofrecen alrededor del lago, donde por la noche. comienza el espect¨¢culo de im¨¢genes sobre el agua, fuegos artificiales y rayos l¨¢ser.
Las colas para entrar en el edificio s¨®lo tienen sentido en el contexto de la Exposici¨®n Universal de Sevilla, donde ahora se montan para comprar un helado o mirar la carta de un men¨². Las exposiciones podr¨ªan estar en Madrid en cualquier centro cultural de barrio, y el v¨ªdeo es tan interesante y bien hecho, y est¨¢ tan cargado de referencias directas (sencillas) como la mayor¨ªa.
La apuesta es por la originalidad del espacio arquitect¨®nico, pero es una originalidad bastante compartida.
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