Francia, entre el "s¨ª" de la raz¨®n y el "no" del coraje
Se termin¨®. La larga y dura campa?a del refer¨¦ndum franc¨¦s concluy¨® oficialmente ayer con llamamientos a la raz¨®n por parte de los defensores del tratado de Maastricht, que han gastado 22 millones de francos (m¨¢s de 400 millones de pesetas) y al coraje por parte de sus enemigos, que han desembolsado 14 millones. Y tambi¨¦n con una subida de la Bolsa de Par¨ªs, del 1,63%, interpretada como un signo de confianza de los medios financieros franceses e internacionales en la victoria del s¨ª. Durante toda la jornada de ayer, por la Bolsa de Par¨ªs circularon informaciones sobre las encuestas "secretas" y todas daban como favorito al campo de los partidarios del tratado de Maastricht.
La tormenta desencadenada sobre el Sistema Monetario Europeo sigui¨® ocupando el papel central del debate pol¨ªtico sobre la ratificaci¨®n del tratado de Maastricht en el refer¨¦ndum de ma?ana. El franco franc¨¦s, atacado por un movimiento especulativo desencadenado por la posibilidad de una victoria del no, resisti¨® con firmeza, merced al empleo por parte de las autoridades monetarias francesas de medios contundentes y al apoyo decidido del Bundesbank alem¨¢n. La batalla del franco se sald¨® con el mantenimiento de la paridad de esa moneda y las promesas de su posible revaluaci¨®n en caso de victoria del s¨ª.La resistencia del franco y el optimismo del mercado de valores parisiense fueron interpretados como signos de buen augurio para los l¨ªderes que ayer clausuraron su campana a favor del s¨ª. No obstante, ¨¦stos remacharon hasta el ¨²ltimo minuto sus principales argumentos. "Si Francia dice s¨ª, reforzar¨¢ su posici¨®n de liderazgo en Europa", dijo Jacques Chirac, el solitario defensor neogaullista del tratado de Maastricht. Tras ofrecer esa esperanza, Chirac atiz¨® el miedo a las consecuencias del no. "Si nuestro pa¨ªs dice no, se encontrar¨¢ debilitado, aislado y empobrecido", afirm¨®.
El voto de centro y derecha
El resultado depende en gran medida de la actitud de los electores tradicionales de los partidos de centro y derecha. El s¨ª ganar¨¢ si ¨¦stos han escuchado a Chirac y al ex presidente centrista Val¨¦ry Giscard d'Estaing, un s¨®lido y convincente partidario de Maastricht. Pero el no triunfar¨¢ si siguen encantados por el discurso nacionalista y anti-mitterrandiano de los gaullistas Charles Pasqua y Philippe S¨¦guin y el populista Philippe de Villiers.
Giscard sali¨® una vez m¨¢s al paso de la masiva tentaci¨®n de votar no para castigar al poder socialista. Repiti¨® su ya c¨¦lebre par¨¢bola del matrimonio. "Cuando un chico y una chica se casan, no responden no porque les parezca antip¨¢tico el cura, el juez o el alcalde que oficia la ceremonia". Los novios son, en la par¨¢bola giscardiana, Francia y Europa, y el oficiante, el presidente socialista, Fran?ois Mitterrand.
Con la misma idea pero distintas palabras clausur¨® Laurent Fabius, primer secretario del Partido Socialista, su carripa?a a favor del s¨ª. "Que nadie se equivoque: la cuesti¨®n que se plantea a los franceses es si est¨¢n a favor o en contra ?le la construcci¨®n europea", dijo. De hecho, la pregunta que ma?ana deben contestar 38 millones de franceses es la siguiente: "?Aprueba usted el proyecto de ley sometido al pueblo franc¨¦s por el presidente de la rep¨²blica en el que se autoriza la ratificaci¨®n del tratado de Uni¨®n Europea
Fabius dijo que adoptar¨¢ en las pr¨®ximas semanas las "medidas que procedan" en relaci¨®n al hecho de que su camarada Jean-Pierre Ch¨¦v¨¨nement haya estado haciendo campa?a a favor de "un no republicano y de izquierdas" a Maastricht.
El tono de la campana se agri¨® en su jornada final. El gaullista S¨¦guin tild¨® al socialista B¨¦r¨¦govoy de "tramposo" e "impostor" por decir que la victoria del no supondr¨¢ una cat¨¢strofe econ¨®mica para Francia. B¨¦r¨¦govoy acus¨® a los enemigos de Maastricht de "manique¨ªsmo simplista". Ro land Dumas, ministro de Exteriores, calific¨® a su camarada Chev¨¦nement de "nauseabundo cocinero". En uno y otro bando, casi todo el mundo llam¨® "canalla" y "fascista" a Jean-Marie Le Pen por haber dicho que Mitterrand program¨® su operaci¨®n de pr¨®stata con el objetivo de ganar simpat¨ªa para su persona y la causa de Maastricht.
Como no hab¨ªa ocurrido desde la revuelta de Mayo del 68 y la primera elecci¨®n presidencial de Mitterrand, en 1981, el refer¨¦ndum ha dividido a Francia en dos campos casi irreconciliables. A favor del s¨ª est¨¢n la mayor¨ªa de las ¨¦lites pol¨ªticas, econ¨®micas y culturales, los cuadros socialistas, las profesiones liberales, los burgueses, los m¨¢s j¨®venes y los m¨¢s viejos. El no es mayoritario entre obreros, agricultores, empleados, artesanos y gentes de edad intermedia.
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