Marino retoma el reto del pedal
Lejarreta reapareci¨® en la Vuelta a La Rioja para borrar la imagen del "ciclista accidentado"
El 12 de abril de 1992 ya es historia. Ayer, 21 de septiembre cinco meses despu¨¦s de coleccionar homenajes, medallas, honores y dem¨¢s dispendios sentimentales, Marino Lejarreta volvi¨® a ser el cicloturista que siempre quiso ser y que asegura haber sido, a pesar de figurar en la ¨¦lite del ciclismo profesional durante m¨¢s de una d¨¦cada. "He vuelto pensando sobre todo en la gente, para que vean que estoy recuperado. Si no, siempre me recordar¨ªan por el accidente, y como no soy masoquista, prefiero que, tras unas cuantas carreras, me recuerden montado sobre una bicicleta".El orgullo del Junco de B¨¦rriz se erigi¨® nuevamente en La Rioja. Tras cinco meses de recuperaci¨®n, con 3.700 -kil¨®metros de entrenamiento y los mismos kilos (62) sobre la osamenta de aquel fat¨ªdico 12 de abril, cuando se quebr¨® en una curva de Autzagane (Vizcaya), Marino Lejarreta retom¨® en Logro?o el pulso de la bicicleta, el murmullo del pelot¨®n y el cosquilleo de los debutantes. "Tengo miedo al rid¨ªculo, a las ca¨ªdas y al agua en la carretera", manifestaba en los d¨ªas previos a su deb¨², "pero quiero volver a montar en bicicleta. ?se es mi ¨²nico reto".
Tanto miedo y tanta tensi¨®n tuvieron una respuesta fisiol¨®gica: "Al menos seis o siete veces se ha bajado de la bicicleta para orinar", explicaba Santi Garc¨ªa, segundo director de la ONCE, que ayer tom¨® las riendas del equipo. "Ha estado terriblemente nervioso desde la noche anterior a la carrera. Parec¨ªa un juvenil", a?ad¨ªa, feliz por el desenlace de la prueba.
La Vuelta a La Rioja se hab¨ªa convertido para Lejarreta en la carrera m¨¢s importante de su vida. El ciclista de B¨¦rriz no ha oculta do nunca su pasi¨®n por la bicicleta, muy superior a la ambici¨®n de ganar. El ciclismo profesional ha sido casi una coartada para satisfacer su vocaci¨®n de cicloturista. En La Rioja estaba en juego ese futuro y El Junco de B¨¦rriz dio el primer paso. "Lo mejor ha sido la llegada", declaraba con sorna en la meta de Alfaro, "aunque la verdad es que no ha resultado complicado. Me he encontrado como esperaba". Incluso en algunos momentos Marino Lejarreta figur¨® en la cabeza del pelot¨®n; nunca lo hizo a cola, como era su costumbre: "Si voy en la cola, igual me quedo, y aunque he ido en cabeza algunas veces, no cre¨¢is que he estado tirando. Eso s¨ª que no".
Consciente del car¨¢cter emblem¨¢tico de la carrera, el pelot¨®n le homenaje¨® con un desarrollo lento y tranquilo y un final feliz para la ONCE, con el triunfo de Melcior Mauri, que, en su af¨¢n de preparar el sprint a su compa?ero Kenneth Weltz, acab¨® imponi¨¦ndose en la meta. La prueba era una an¨¦cdota, una coartada para que un ciclista de 35 a?os, 14 de ellos de profesional, borrase de su memoria aquella curva de Autzagane que le cobr¨® una v¨¦rtebra y ocho costillas, poniendo en riesgo primero su vida y despu¨¦s su pasi¨®n.
A Marino le esperan otras dos etapas ("conf¨ªo en que la monta?a no se me atragante demasiado"), y despu¨¦s, la cl¨¢sica RCN de Colombia y alguna carrera en Italia, antes de poner fin a su vida profesional en la subida al Chicharro (Vizcaya), acto l¨²dico con el que los ciclistas vascos ponen fin a la temporada a finales de octubre. No va m¨¢s. "Entonces me retiro, s¨®lo quiero borrar de mi memoria y de la de la gente la imagen de aquella ca¨ªda". Ayer, en Logro?o, la fotograf¨ªa del accidente comenz¨® a amarillear.
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