Un canal para unir Europa
Desde ayer, los barcos van de Rotterdam al mar Negro atravesando el continente
El pasado 31 de julio las excavadoras se llevaron el ¨²ltimo mont¨®n de tierra del ¨²ltimo segmento del nuevo canal entre el Meno -afluente del Rin- y el Danubio, entre los pueblos alemanes de Dietfurt y Beilngries. Ayer, en este ¨²ltimo lugar, se inauguraba oficialmente la v¨ªa de agua que permite viajar en barco desde el puerto holand¨¦s de Rotterdam, en el oceano Atl¨¢ntico, hasta el rumano de Constanza, en el mar Negro, a trav¨¦s de 3.500 kil¨®metros de numerosos canales.
Los trabajos han durado 71 a?os. Ya hace siglo y medio que Ludwig II de Baviera conect¨® las redes del Rin con las del Danubio, pero de su proyecto s¨®lo quedan vestigios aislados. Y si hay que creer a los historiadores, la realizaci¨®n de este sue?o europeo comenz¨® a gestarse hace 1.200 a?os, en tiempos de Carlomagno. Pero el proyecto que ahora es una realidad lo inici¨® en 1921 la compa?¨ªa b¨¢vara RMD y ha costado 7.800- millones de marcos (medio bill¨®n de pesetas).Nunca ha estado exento de, pol¨¦mica. La construcci¨®n propiamente dicha del primer tramo de 171 kil¨®metros entre Bamberg, en el Meno, y Nuremberg comenz¨® en 1960 y entr¨® en servicio 12 a?os despu¨¦s. Pero el inicio de las obras del segundo tramo, entre Nuremberg con Regensburg, ya en el Danubio, despert¨® las iras del movimiento ecologista, que consigui¨® 900.000 firmas contra el proyecto, forzando a la administraci¨®n socialdem¨®crata a cortar los fondos y a paralizar la construcci¨®n.
Las protestas se centraban, especialmente, en el tramo que atraviesa el valle de Altm¨¹hl, en el centro del mayor parque natural de Alemania. Adem¨¢s de los destrozos en el paisaje, los ecologistas argumentaban que el canal har¨ªa descender los niveles acu¨ªferos, destruyendo zonas h¨²medas y pantanosas.
Cr¨ªticas econ¨®micas
Pero en 1983, con los democristianos en el poder, el Gobierno de Bonn volvi¨® a dar luz verde al proyecto. El movimiento ecologista, sin embargo, consigui¨® forzar a RMD a tomar medidas mucho m¨¢s radicales para la conservaci¨®n del paisaje, pero no ha evitado el descenso de las aguas subterr¨¢neas.Los defensores del proyecto contraatacan diciendo que no ha sido hecho para ser cruzado de lado a lado, sino para conectar las dos redes, y que el tr¨¢fico de cierto tipo de bienes, en cantidades que no requieren un gran barco, es su cometido.
Pese a las cr¨ªticas, es una impresionante obra de ingenier¨ªa. Desde el puerto de Nuremberg, para llegar al valle de Altm¨¹hl, cruza el macizo del Jura Franc¨®n y alcanza una altura de 406 metros. Tiene 55 metros de ancho, cuatro de profundidad y 16 esclusas para superar los desniveles.
Una serie de puertos fluviales austr¨ªacos, entre ellos los de Linz y la propia Viena, as¨ª como el eslovaco de Bratislava, conf¨ªan, en que el nuevo canal suponga una nueva ¨¦poca de prosperidad. Otros dudan, por el contrario, que el transporte de contenedores, que podr¨ªa ser la actividad que aportara mayores beneficios, vaya a quedar totalmente garantizado debido a que el Danubio s¨®lo es plenamente navegable cien d¨ªas al a?o.
Algunos expertos argumentan, adem¨¢s, que el transporte mar¨ªtimo desde el Mar del Norte hasta el Mar Negro a trav¨¦s de Atl¨¢ntico y el Mediterr¨¢neo es mucho m¨¢s barato, pues los buques son m¨¢s r¨¢pidos y tienen un mayor tonelaje.
El ¨¦xito de esta nueva v¨ªa de transporte puede llegar de la mano del turismo. Ahora ser posible recorrer Europa en barco y visitar ciudades como Colonia Maguncia, Bamberg, Nuremberg, Passau, Viena, Bratislava o Budapest.
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