Triunfo un¨¢nime de la pel¨ªcula argentina 'Un lugar en el mundo', de Adolfo Aristarain
Correcci¨®n en la lista de los restantes premios, salvo en el disparatado a la mejor direcci¨®n
Tal como estaba previsto, la pel¨ªcula argentina Un lugar en el mundo, dirigida por Adolfo Aristarain, gan¨® ayer la Concha de Oro, m¨¢ximo galard¨®n de cuantos concede cada a?o el festival donostiarra. El resto del reparto de premios puede considerarse discutible, pero correcto, con la excepci¨®n del que distingue con la mejor direcci¨®n a la pel¨ªcula francobosnia Tito y yo, ostensiblemente mal dirigida por Goran Markovic, un veterano del cine yugoslavo que en esta ocasi¨®n destruye, con su falta de sentido de la graduaci¨®n y el ritmo -es decir, con su mala direcci¨®n-, un buen gui¨®n.
Tito y yo naufraga hacia la mitad del metraje. La historia que cuenta interesa desde el principio al final, pero el espectador se desorienta ante la incapacidad de su director de mantener hacia arriba y en la imagen ese inter¨¦s. La pel¨ªcula se le va de las manos y al final sube un poco gracias a la fuerza de la mirada del ni?o protagonista -llamado Dmitri Vojnov, al que se le ha concedido una concha de plata especial, con justicia-, pero no debido al pulso de quien le dirige, que a estas alturas no sabe por d¨®nde se anda. Y un jurado de solventes profesionales del cine premia como mejor direcci¨®n a un trabajo que contiene literalmente errores garrafales de direcci¨®n. No se entiende, salvo si se recuerda que, con rara frecuencia, los que tienen vista excelente para hacer sus pel¨ªculas son gente parad¨®jicamente miope a la hora de verlas, sobre todo cuando son ajenas.Este solvente jurado estaba compuesto por el actor y director ruso Nikita Mijaljov, la actriz espa?ola Assumpta Serna, el director italiano Francesco Maselli, el fot¨®grafo espa?ol Javier Aguirresarobe, el productor canadiense Rock, Demers, el escritor uruguayo Ed¨²ardo Galeano, el director turco Serif G¨®ren y el director argentino Luis Puenzo. El resto de su reparto de premios fue el siguiente: Concha de Plata a la mejor interpretaci¨®n masculina a Roberto Sosa, protagonista de la pel¨ªcula mexicana El patrullero, dirigida por Alex Cox; Concha de Plata a la mejor interpretaci¨®n femenina a Krystir¨ªa Janda, protagonista de la pel¨ªcula Falsa salida, dirigida por Waldemar Krysztof, que se llev¨® el premio especial del jurado.
Un lugar en el mundo gan¨® adem¨¢s de la Concha de Oro, el Premio de la Oficina Cat¨®lica Internacional del Cine (OCIC) y la pel¨ªcula polaca. Falsa salida, conjuntamente con la austriaca El vecino, obtuvo el de la Cr¨ªtica Internacional, FIPRESCI. Son estos los dos premios extraoficiales que m¨¢s resonancia alcanzan en este tipo de encuentros cinematogr¨¢ficos.
Pol¨¦mico Mijalkov
El presidente del jurado, Nikita Mijalkov, coment¨®, tras la lectura de los premios, que "se sent¨ªa orgulloso de haber participado en este festival" y que es uno de los mejores a que ha asistido, que no estaba de acuerdo con el rechazo de la cr¨ªtica acreditada a los criterios de selecci¨®n de pel¨ªculas por sus organizadores y desminti¨® el rumor de que ¨¦l se hab¨ªa marchado de, la proyecci¨®n de la pel¨ªcula italiana El jard¨ªn de los cerezos. A?adi¨® que hay una gran crisis de creatividad en el cine mundial y que esta crisis se refleja en todos los festivales y no ¨²nicamente en el de San Sebasti¨¢n.
La declaraci¨®n de Mijalkov parece leg¨ªtima en todos sus aspectos, pero imprecisa en uno. Hay, en efecto, una grave crisis de creatividad en el cine actual. Quienes, como este comentarista, siguen desde hace muchos a?os y uno tras otro todos los festivales de entidad, y asisten en ellos a incontables proyecciones de lo que se considera lo m¨¢s selecto de la masa amor¨ªa de la avalancha audiovisual- que hoy sobrecarga la oferta de cine, no lo ignoramos. Desde Venecia, hace tres semanas, quien esto escribe public¨® un en¨¦simo comentario donde testific¨® la existencia de esa crisis creativa a.que alude Mijalkov. Pero ni en Venecia, ni en Cannes o Berl¨ªn ha tenido ocasi¨®n de asistir a proyecciones de pel¨ªculas situadas bajo m¨ªnimos profesionales, realizadas por analfabetos en el oficio de filmar; mientras que aqu¨ª, en San Sebast¨¢n, durante los pasados nueve d¨ªas asisti¨® a tres proyecciones de obras de este tipo: la italiana El jard¨ªn de los cerezos, la rusa Mosc¨² Parade y la h¨²ngara Variaciones Goldberg, que no alcanzan a ser cine malo, porque no son cine.
Y esto podr¨ªa ampliarse a parte del metraje de otras pel¨ªculas del concurso, incluida una de las premiadas: Tito y yo. De ah¨ª el fracaso insalvable que lleva dentro esta edici¨®n del festival donostiarra: s¨®lo con criterios incompetentes se puede considerar cine a lo que no llega a serlo.
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