El sitio de Sarajevo
La poblaci¨®n civil es la v¨ªctima del martirio que sufre la capital de Bosnia-Herzegovina desde el pasado mes de abril
He aqu¨ª la estrategia del s¨¢dico. Un hormiguero puede ser destruido bloqueando todas sus salidas y cortando todos los suministros. Para acabar con las hormigas se puede recurrir a una inundaci¨®n masiva, un bombardeo a¨¦reo o morteros indiscriminados y francotiradores. Esta ¨²ltima soluci¨®n es tan lenta como dolorosa. Las hormigas apenas tienen forma de defenderse contra el gigante que dispone de ellas a su antojo, salvo tratar de hacer que la vida en el hormiguero se acostumbre al ritmo establecido por los bombardeos mientras conf¨ªan en que otros gigantes menos crueles y otros hormigueros, tan humanos como el suyo, decidan tomar cartas en el asunto e impedir el exterminio. La batalla de Sarajevo, como se?al¨® un escritor franc¨¦s, es una suerte de sitio medieval con armamento moderno. Desde el punto de vista estrat¨¦gico, su objetivo es la propagaci¨®n del terror entre la poblaci¨®n civil.En buena lid, aterrorizar a la poblaci¨®n civil no deber¨ªa incluirse en los manuales de estrategia. Por eso, la batalla de Sarajevo no es, en puridad, una batalla: desde la ¨®rbita de los atacantes serbios (a quienes los ciudadanos de Sarajevo -musulmanes, serbios, jud¨ªos y croatasprefieren denominar chetniks, en homenaje a su extremismo), amparados en un potencial b¨¦lico disuasorio, acaso pretendieron una rendici¨®n tras fracasar en su primer intento de tomar la ciudad. Pero Sarajevo no se rinde.
Desde los parapetos y los cristales rotos de los sitiados, la ¨¦tica de la resistencia -basada en una inferioridad log¨ªstica que el embargo de armas internacional contra todos los contendientes en la antigua Yugoslavia ha consagrado- ha ido dando paso a una estrategia de la verdad. Sarajevo es bombardeada indiscriminadamente desde las colinas que la rodean. El 90% de los muertos de la batalla de Sarajevo se produce lejos del frente, en las calles de la ciudad.
La guerra comenz¨® oficialmente en Bosnia-Herzegovina el 4 de abril de 1992. Pero las cosas se ve¨ªan venir desde tiempo atr¨¢s, o as¨ª supieron verlo, por ejemplo, Mahir Zisko y su grupo paramilitar de boinas verdes, que, ante el cariz que tomaban las cosas en Sarajevo, decidieron asaltar las comisar¨ªas de polic¨ªa d¨ªas antes del inicio de la guerra para adelantarse a la estrategia serbia y proveerse de armas. Los chetniks planeaban dividir la ciudad en dos bloques y dejar a los musulmanes constre?idos al este de la ciudad, el casco viejo de Sarajevo. La l¨ªnea de demarcaci¨®n ven¨ªa establecida por los cuarteles del ex Ej¨¦rcito federal yugoslavo, enclavados en la avenida del Mariscal Tito.
El 4 de abril, las fuerzas chetniks toman posiciones en la ciudad, sit¨²an su cuartel general en el hotel Holiday Inn y levantan barricadas en los barrios de V¨ªaca y Grbavica, al sur, y en algunos puentes sobre el Miljacka.
Los francotiradores abren fuego sobre la muchedumbre concentrada ante la presidencia de la rep¨²blica: 10 personas mueren. A las 24 horas del inicio del conflicto, los chetniks tienen bajo su control Vraca, parte de la monta?a de Trebevic -al sureste de la ciudad-, Ilidza -v¨ªa natural de salida hacia el valle de Sarajevo, al oeste- y Vogosca, un importante enclave al noroeste. En las primeras horas, el Ej¨¦rcito federal yugoslavo no interviene. Pese a contempiar combates y muertos en sus calles, los habitantes de Sarajevo no quieren creer que lo que hab¨ªan visto suceder en Croacia va a desencadenarse en Bosnia-Herzegovina.
El tercer d¨ªa, los francotiradores empiezan a disparar desde el cuartel Mariscal Tito. Las fuerzas chetniks intentan fortalecer una primera l¨ªnea de corte entre Vraca, al otro lado del r¨ªo, y el cuartel, y prolongar despu¨¦s el desgarro hasta Pofalici, al norte de la ciudad, y Vogosca. Era la idea elaborada por el l¨ªder de la autoproclamada rep¨²blica serbia de Bosnia-Herzegovina, Radovan Karadzic: "Dividir Sarajevo en dos". En los primeros momentos, el presidente bosnio, Alia Izetbegovic, se encontraba en Lisboa. Cuando regresa a Sarajevo es detenido en el aeropuerto de la ciudad por las fuerzas rebeldes y llevado a su cuartel general, instalado al sur del Miljacka, en Lukavica.
Diez d¨ªas. Desde Belgrado, el general Milutin Kukanjac, jefe, del Ej¨¦rcito federal yugoslavo en Bosnia-Herzegovina, recibe la orden de tomar Sarajevo. Al mismo tiempo, gracias a la mediaci¨®n del general Lewis McKenzie, jefe de Unprofor (fuerza de protecci¨®n de las Naciones Unidas) en la capital de Bosnia, Izetbegovic es liberado.. El Ej¨¦rcito yugoslavo emplea todo su potencial contra la ciudad, provoca pavor y destrucci¨®n, pero no logra su prop¨®sito de tomar la presidencia ni controlar Sarajevo. Los tranv¨ªas, por primera vez desde que empezaron a circular, el 1 de mayo de 1895, se detienen. Dos d¨ªas despu¨¦s, los combates se generalizan. El Ej¨¦rcito yugoslavo desata ataques desde sus cuarteles en Nedarici, Viktor Bubaj y Mariscal Tito.
Al cabo de 25 d¨ªas, los bosnios se hacen con el mando en la ciudad de Sarajevo, desde la zona vieja, Stari Grad, al este, al barrio de Stup, al oeste. Los chetniks, por su parte, se han hecho fuertes en Ilidza, la v¨ªa principal de entrada a Sarajevo, el aeropuerto y Lukavica, y mantienen su frente interno, la para los bosnios espina estrat¨¦gica de los cuarteles del Ej¨¦rcito federal. A mediados de mes, los serbios han logrado asegurar sus posiciones. La l¨ªnea m¨¢s fortificada e irreductible por la especial configuraci¨®n geol¨®gica est¨¢ situada al noreste, donde una cadena monta?osa cierra la salida de la ciudad: es una especie de embudo coronado por fortines de bater¨ªas serbias, que se pueden contemplar desde las laderas de Trebevic, al sureste.
El 5 de junio, las tropas del Ej¨¦rcito federal yugoslavo son autorizadas a abandonar la ciudad. Se llevan todo el armamento ligero que pueden e intentan inutilizar el que dejan. Pero, mientras tanto, a-sus posiciones en Lukavica, Ilidza, Vogosca y el aeropuerto, los agresores han logrado agregar el- barrio de Grbavica, al sur del Miljacka, y combaten ferozmente por el control de Dobrinja, la zona m¨¢s machacada de la ciudad, y dominan Nedarici, desde donde pueden lanzar granadas de mortero sobre el nuevo Sarajevo.
Un mortero de Nedarici provoc¨® hace unas semanas una matanza en el mercado de Alipasino Po1je. Los chetniks tienen las mejores posiciones sobre la ciudad y controlan todas las salidas. Dominan entre el 10% y el 15% del casco urbano de Sarajevo.
Seg¨²n el mayor Mustaf¨¢ Hajrulahovic, El Italiano, la estrategia chetnik "es diab¨®lica, pero hasta un idiota podr¨ªa haberla concebido". Al fracasar en su intento de controlar la ciudad en seis d¨ªas, puesto que no esperaban una resistencia tan fuerte, decidieron tomar las colinas, emplazar bater¨ªas en lugares fortificados y bombardear la ciudad. De ah¨ª que m¨¢s que una batalla es, seg¨²n El Italiano, "un ataque contra los civiles". Tras fracasar en su pretensi¨®n de cortar transversalmente la ciudad intentaron un corte longitudinal, convirtiendo el r¨ªo Miljacka en zona verde que dividiera la ciudad en musulmanal en la margen derecha, y chetnik, en la izquierda.
Al principio de la guerra, seg¨²n el mando bosnio, los serbios ten¨ªan emplazados alrededor de Sarajevo 580 piezas de artiller¨ªa pesada, 125 tanques y unos 22.000 hombres. Ahora mantienen el cerco la mitad de artiller¨ªa y de hombres, aunque siguen teniendo capacidad para destruir la ciudad. Los chetniks no han empleado la aviaci¨®n contra Sarajevo, a diferencia de lo que hicieron en Vukovar u Osijek. Sin embargo, algunas fuentes militares contabilizan hasta 350 bombardeos en toda la comarca y en las afueras de la ciudad. La artiller¨ªa pesada serbia est¨¢ emplazada sobre todo en Kromolj, Mrkovice, Po1jine y Radava, al norte; Hvesa y Barjak, al este, y Trebevic, al sureste. Morteros, lanzagranadas y tanques y artiller¨ªa mecanizada ocupan toda la l¨ªnea del frente chetnik: Ilidza, al oeste; Zuc, al norte; Trebevic, al sureste, y Nedarici, Dobrinja, Grbavica, Lukavica y Vraca, al sur. La l¨ªnea del frente tiene una longitud de 40 kil¨®metros.
Frente a los serbios, el objetivo estrat¨¦gico bosnio ha consistido en romper el cerco por su parte m¨¢s accesible: Ilidza y Vogosca. Los mandos bosnios se quejan del flaco apoyo de los croatas situados en la retaguardia serbia -el pueblo de Kiseljak es un buen ejemplo de ello- A la resistencia serbia hay que a?adir la actitud de buena parte del Consejo de la Defensa Croata (HVO), presidido por Velimir Maric, que controla el barrio de Stup, colindante con Ilidza, donde, merced a las especiales relaciones con los serbios, despunta un floreciente mercado negro.
En estos momentos, fuerzas bosnias est¨¢n tomando posiciones en Zenica y en las cercan¨ªas de Vogosca para intentar coger a los chetniks entre dos fuegos. Tras la cesi¨®n del aeropuerto a las Naciones Unidas a principios de julio, la presi¨®n bosnia desde Hrasnica, al sur, y Butinir ha logrado ablandar el corredor chetnik que un¨ªa Pale, la capital de la autoproclamada Rep¨²blica Serbia de Bosnia-Herzegovina, Ilidza y Belgrado, por la que los serbios recib¨ªan vituallas y municiones. Sin embargo, aunque logren romper las l¨ªneas serbias, hay escepticismo respecto al levantamiento final del sitio.
Los bosnios han basado su combate en una t¨¢ctica ofensiva-defensiva, con la pretensi¨®n de causar los mayores da?os sufriendo las menores p¨¦rdidas. De acuerdo con la configuraci¨®n miliciana del Ej¨¦rcito, formado en menos de cinco meses, la guerra de guerrillas ha sido su forma preferida de lucha, pero ha sido tambi¨¦n su principal debilidad. Frente a un Ej¨¦rcito que no entra en el cuerpo a cuerpo y recurre sobre todo a la artiller¨ªa, las bajas bosnias han sido numerosas.
La parte bosnia desconf¨ªa de los renovados anuncios de Karadzic de concentrar su armamento pesado bajo supervisi¨®n de las Naciones Unidas y reclama que si la comunidad internacional no interviene decididamente para poner fin al martirio de la ciudad, por lo menos les permita proveerse de armas.
Las fuerzas bosnias se componen b¨¢sicamente de hombres. Seg¨²n el jefe del Estado Mayor, Sefer Halilovic, su Ej¨¦rcito cuenta con 150.000 soldados en Bosnia-Herzegovia y con 30.000 en Sarajevo. De esos 30.000, el 90% son voluntarios, y el 5%, mujeres. Parte de esas fuerzas pertenecen al HVO, que no reconoce a Halilovic como su jefe. Disponen de otros 20.000 hombres en la capital bosma, pero sin armas. Es su mayor problema: la falta de armamento ligero y pesado. Hay un fusil para cada tres hombres y una ametralladora para cada cinco.
El n¨²mero de muertos por la parte bosnia era, a principios de este mes, de 3.037, y el de heridos rondaba los 12.000 graves y 14.000 leves. La cifra de desaparecidos ronda los 6.600. El 90% de los muertos y heridos son civiles o soldados que se encontraban en el centro de la ciudad, lejos del frente de batalla.
El mando bosnio confiesa a media voz que tras la guerra contra Serbia, que controla m¨¢s de dos terceras partes de la rep¨²blica, queda por resolver la cuesti¨®n de los croatas de Bosnia. El temor a una cantonalizaci¨®n del pa¨ªs planea sobre los hombros de los musulmanes. Muchos serbios y croatas no ven ninguna raz¨®n para que exista un Estado bosnio independiente. Tras la batalla de Sarajevo, la batalla por Bosnia-Herzegovina dibuja un horizonte lleno de sombras y nuevos sufrimientos. Los grandes perdedores van a ser, sin duda, los musulmanes de Bosnia-Herzegovina.
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