Los laboristas 'euroesc¨¦pticos' ofrecen un pacto a los conservadores contrarios a la Uni¨®n Europea
La cuesti¨®n europea est¨¢ convulsionando la pol¨ªtica brit¨¢nica. El l¨ªder de los eurorrebeldes laboristas, Bryan Gould, formul¨® ayer una ins¨®lita oferta de cooperaci¨®n a los eurosc¨¦pticos conservadores para unir fuerzas en la exigencia de un refer¨¦ndum sobre Maastricht, mientras el primer ministro, John Major, se preparaba a lanzar un ultim¨¢tum a su partido, "apoyadme o derribadme", en el congreso tory de la semana pr¨®xima. El Partido Laborista, cuya convenci¨®n anual comenz¨® ayer, cerr¨® filas con su l¨ªder, John Smith, e intent¨® mantener una imposible neutralidad sobre Maastricht.
La dimisi¨®n de Bryan Gould como miembro del Gobierno en la sombra laborista, horas antes de que se inaugurara la convenci¨®n, irrit¨® profundamente a John Smith y a los dirigentes sindicales que controlan el partido. La irritaci¨®n lleg¨® a su grado m¨¢ximo cuando Gould declar¨® que, dada la importancia del Tratado de Maastricht, estaba dispuesto a "mantener al menos un intercambio de informaci¨®n e ideas" con los diputados euroesc¨¦pticos del Partido Conservador."He adoptado esta posici¨®n porque creo que es la correcta, y creo que Maastricht est¨¢ por encima de partidismos y electoralismos", afirm¨® Gould, quien acus¨® a Major y Smith de "negar lo que es evidente: ambos partidos est¨¢n divididos, y s¨®lo cuando se reconozca la realidad de esta situaci¨®n podr¨¢ desarrollarse un debate abierto".
Bryan Gould, expulsado ayer del la ejecutiva del partido, est¨¢ condenado, al menos temporalmente, a una absoluta marginaci¨®n dentro del laborismo, Su desaf¨ªo a la mayor¨ªa, en un momento en que se pretend¨ªa ofrecer una imagen de unidad ante la opini¨®n p¨²blica, fue criticado incluso por quienes compart¨ªan sus recelos contra Europa. "Mientras se oiga mi voz, que, sin duda, ser¨¢ arrinconada muy r¨¢pidamente, me levantar¨¦ en inter¨¦s de las causas que considero importantes", declar¨® el cabecilla de los disidentes, que ya fue ampliamente derrotado por Smith en las elecciones para el liderazgo laborista tras el abandono de Neil Kinnock.
El congreso rechaz¨® una moci¨®n a favor del refer¨¦ndum y confirm¨® la fuerza de los criterios de Smith, europe¨ªstas pero cargados de ambig¨¹edad. Los sindicatos, alma del laborismo y due?os de la mayor¨ªa de los votos, se han declarado favorables a Maastricht.
Otro ambiente m¨¢s a tono con Gould parec¨ªa respirarse en el grupo parlamentario, el ¨²nico ¨®rgano del partido en el que los sindicatos carecen de influencia directa. 60 de los 272 diputados ya rompieron la disciplina de voto en la segunda lectura del tratado, antes del verano, y se pronunciaron contra Maastricht en lugar de abstenerse, como ordenaban los l¨¢tigos (jefes parlamentarios). Gould proclam¨® ayer que los diputados eurorebeldes ya son m¨¢s de 100, y que el mismo gobierno en la sombra est¨¢ dividido al 50% respecto a la cuesti¨®n europea. El abstencionismo que defiende Smith, con la excusa de que el Reino Unido queda fuera de la uni¨®n monetaria y la legislaci¨®n laboral comunitaria, es asumido con por ambos bandos, europe¨ªstas y eurorebeldes.
Major padece, ciertamente, graves problemas. Su Gobierno y su partido est¨¢n seriamente divididos, y necesita imponer con urgencia su liderazgo. El momento est¨¢ ya elegido: la conferencia conservadora, a celebrar la semana pr¨®xima. Para entonces se habr¨¢ reunido con el presidente de Francia y el primer ministro dan¨¦s, y habr¨¢ podido recomponer lo que queda de su pol¨ªtica europea. Su. idea parece consistir en jug¨¢rselo todo a una carta y pedir a su partido que le apoye sin reservas, o busque otro l¨ªder. Se trata de un envite arriesgado, pero cuenta por ahora con la ventaja de que nadie se ha atrevido a ofrecerse como alternativa a Major.
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