Rusia inicia la privatizaci¨®n de 7.000 empresas mediante la venta de bonos a sus ciudadanos

Rusia pone hoy en marcha su programa de privatizaci¨®n masiva de la industria. A partir de esta ma?ana y hasta el 31 de diciembre, cada uno de los 150 millones de ciudadanos de Rusia podr¨¢ recoger en 40.000,puntos de distribuci¨®n un Youcher o cheque de privatiza ci¨®n con un valor-nominal de 10.000 rublos (unos 40 d¨®lares). En esta primera fase dejar¨¢n de pertenecer al Estado entre 5.000 y 7.000 industrias, "m¨¢s de la mitad de las medianas y grandes empresas del pa¨ªs` susceptibles de ser privatizadas, seg¨²n Piotr Filippov, presidente del subcomit¨¦ de privatizaci¨®n del Parlamento.

Entre las industrias que se privatizar¨¢n no figuran ni las del sector energ¨¦tico ni las de producci¨®n de armas. Con los vouchers, los ciudadanos rusos podr¨¢n adquirir a partir del 1 de diciembre acciones de las empresas que. se ponen a la venta, ya sea directamente o atrav¨¦s de fondos de inversi¨®n. El 35% las acciones de todas y cada una de las sociedades est¨¢ reservado para su venta por esos vouchers. El resto se vender¨¢ en rublos al mejor postor.La tercera opci¨®n que tienen los ciudadanos es vender directamente el cheque a otro particular desde hoy mismo. "No hay ninguna traba legal que impida comerciar con los vouchers desde el primer momento, aunque recomendamos que no se tomen decisiones precipitada?, coment¨® ayer a este diario Maxim Boiko, miembro del comit¨¦ estatal de privatizaci¨®n.

El proceso es bastante complejo. Lo primero que han de hacer los trabajadores de cada una de las empresas que se ponen a la venta es decidir por cu¨¢l de los tres modelos de privatizaci¨®n previstos por la ley optan. La forma que m¨¢s apoyo est¨¢ teniendo en las asambleas es la compra por los propios trabajadores de hasta el 51% de su empresa. "La mitad ha optado por esta v¨ªa", asegur¨® ayer Filippov a EL PA?S. Para controlar su empresa, los trabajadores podr¨¢n adquirir su paquete mayoritario de acciones utilizando vouchers para la mitad (25%) y el resto deber¨¢n pagarlo en rublos. El restante 10% de acciones s¨®lo adquiribles mediante cheques ser¨¢ subastado, mientras que las acciones que deben comprarse en rublos se negociar¨¢n directamente en Bolsa.

Renuncia al control

Una segunda opci¨®n, elegida por un tercio de las asambleas, supone la renuncia de los trabajadores a controlar su empresa. En este caso, los empleados recibir¨¢n e1,25% de acciones de la sociedad de manera gratuita, pero esos valores no tendr¨¢n derecho a voto. Entre trabajadores y directivos, adem¨¢s, podr¨¢n adquirir con sus vouchers hasta el 15% de las acciones con voto.

Una tercera opci¨®n, que ha obtenido escaso apoyo, es aquella en que los trabajadores aceptan que la direcci¨®n de la empresa se haga con el control de la sociedad, aunque en este caso el 60% de las acciones salen a la venta libre, ya sea por vouchers o por rublos.

Los impulsores del programa plantean la privatizaci¨®n como una forma democr¨¢tica de restituir a la sociedad aquello que le ha sido sustra¨ªdo por el Estado durante d¨¦cadas. "La gente est¨¢ conmocionada" explica Filippov, "porque hasta ahora el Estado s¨®lo tomaba decisiones que supon¨ªan quitarle o prohibirle algo. Admito que ahora, tras tantos a?os de amarga experiencia, son muchos los que creen que les estamos tendiendo una trampa. Pero los m¨¢s perspicaces se han dado cuenta de que en realidad lo que va a suceder es que la riqueza va a ser redistribuida entre todos".

La oposici¨®n ha criticado ¨¢cidamente el programa no s¨®lo porque lo considera un gran enga?o, sino porque va a dar lugar a una sociedad tremendamente desigual. "La desigualdad" se defiende Boiko, "ya existe ahora, porque hay gente que tiene acceso a m¨¢s bienes que otros".