"Le har¨ªa lo mismo que el hizo a mi hija", dice el padre de Marichu
"Si yo le hubiera pillado, posiblemente le habr¨ªa hecho lo mismo que ¨¦l hizo a otras ni?as", declar¨® Ernesto Rivas, padre de la peque?a Mar¨ªa del Carmen Rivas, Marichu, tras enterarse de la detenci¨®n del presunto homicida. Rivas pidi¨® a la justicia "que haga lo que tenga que hacer", informa Efe. Ana L¨®pez, prima de la ni?a, coment¨® que "si hubiera justicia, ese hombre a¨²n permanecer¨ªa en la c¨¢rcel", y agreg¨® que si estuviera en su mano, "no lo matar¨ªa en el momento, porque mi prima era inocente y ¨¦l no lo es".Jos¨¦ Mar¨ªa Real L¨®pez, el presunto asesino, figur¨® desde el primer momento en la lista de sospechosos elaborada por la Guardia Civil cuando los responsables de la investigaci¨®n apenas ten¨ªan pistas para tratar de identificar al agresor de Mar¨ªa del Carmen Rivas. Este vecino de Fingoi, un barrio de Lugo poblado de viviendas sindicales, reun¨ªa todas las caracter¨ªsticas para ser objeto de la atenci¨®n policial: se trataba de un individuo de personalidad psicop¨¢tica, que hab¨ªa salido en libertad condicional hace apenas tres meses, despu¨¦s de pasar seis a?os en la c¨¢rcel por la violaci¨®n de otra ni?a.
Hijo ¨²nico de un camionero y de una ama de casa bien considerados por sus vecinos, Real ya fue condenado por robo cuando ten¨ªa apenas 19 a?os. El 23 de noviembre de 1985, dos a?os despu¨¦s, asalt¨® a una ni?a de 11 a?os y la viol¨® en un descampado de Lugo. El juez le impuso una condena de 13 a?os de prisi¨®n menor e ingres¨® en la c¨¢rcel provincial de Bonxe.
La sentencia judicial admit¨ªa que la personalidad de Real "est¨¢ alterada por una psicopat¨ªa que le resta posibilidades de comportarse normalmente". En el fallo tambi¨¦n se alud¨ªa a que el condenado hab¨ªa padecido tiempo atr¨¢s "crisis convulsivas que ten¨ªan su origen en una epilepsia central generalizada".
Buena conducta
En la c¨¢rcel, Real observ¨® buena conducta y en julio pasado, seis a?os despu¨¦s de su encarcelamiento, obtuvo la libertad condicional. Volvi¨® al domicilio paterno, donde los vecinos le vieron en las ¨²ltimas semanas ayudando a su padre a pintar la fachada de la casa y lavando el cami¨®n.
Nadie volvi¨® a verlo en Fingoi despu¨¦s de la desaparici¨®n de Marichu. Ese d¨ªa Real volvi¨® a casa, le dijo a su madre que ten¨ªa que irse porque lo persegu¨ªan unos delincuentes, le pidi¨® una maleta y desapareci¨®.
La brutalidad del crimen sorprendi¨® incluso a los propios forenses y reforz¨® la tesis de los investigadores de que ¨²nicamente un psic¨®pata pod¨ªa haberlo cometido. Mar¨ªa del Carmen estaba irreconocible tras haber recibido 11 golpes con un hacha o un cuchillo de grandes dimensiones.
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