?D¨®nde est¨¢ Baker?
Escasa participaci¨®n del ex secretario de Estado en la campa?a de Bush
Olv¨ªdense de d¨®nde est¨¢ Waldo, dice un peri¨®dico norteamericano; el juego de moda en Estados Unidos es: ?D¨®nde est¨¢ Baker? La deseada participaci¨®n del ex secretario de Estado James Baker en la campa?a del presidente George Bush ha tenido hasta ahora muy poco reflejo. Lleg¨® en agosto, inmediatamente despu¨¦s de la convenci¨®n republicana, cuando Bush hab¨ªa reducido la ventaja de su rival dem¨®crata a tan s¨®lo cinco puntos, y hoy, cuando Bill Clinton mantiene una c¨®moda diferencia en torno a los 12 puntos, los republicanos esperan todav¨ªa al hombre-milagro.Desde que pas¨® a ocupar el puesto de jefe de Gabinete de la Casa Blanca la fotograf¨ªa de James Baker no ha vuelto a aparecer en los peri¨®dicos ni ha concedido entrevistas. No ha hecho nada sustantivo porque no hay nada que se pueda hacer en esta ocasi¨®n para salvar a George Bush, seg¨²n . creen la mayor¨ªa de los analistas.
Todo el mundo reconoce que la campa?a de Bush ha ganado en coherencia y orden desde que Baker se puso a dirigir los esfuerzos para la reelecci¨®n del presidente. Su mano se ha visto tambi¨¦n en el ¨²ltimo mes en algunas de las actuaciones de Bush. Pero lo que James Baker no ha podido solucionar son problemas -algunos de ellos originados antes de su llegada a la Casa Blanca- que amenazan las posibilidades de victoria electoral de Bush:
- La convenci¨®n republicana, controlada por los ultraconservadores, present¨® a Bush como un candidato que alentaba la divisi¨®n del pa¨ªs entre clases, razas y sexos.
- La campa?a de Bush perdi¨® varias semanas insistiendo en ataques contra Hillary Clinton, la esposa del candidato dem¨®crata, y en defensa de los llamados valores familiares, que han demostrado tener muy poca rentabilidad electoral.
- Las sospechas de, que Bush minti¨® sobre su papel en el esc¨¢ndalo Ir¨¢n-contra y el recuerdo de la promesa rota por el presidente en 1988 de que no subir¨ªa los impuestos impiden a los republicanos jugar a fondo la principal baza que quer¨ªan en esta campana: un candidato en el que se puede confiar.
- El electorado est¨¢ cansado del asunto de las maniobras de Clinton para evitar la guerra de Vietnam, que ha sido explotado por los republicanos en la campa?a hasta la saciedad.
- Bush empez¨® la campa?a en mangas de camisa, intentando vender una imagen de cambio, pero ha tenido que abandonar ya ese papel. El cambio se asimila a Clinton.
- La campana republicana intenta rescatar argumentos de 1988 para relacionar a Clinton con la idea de un Gobierno que gastar¨ªa m¨¢s dinero y cobrar¨ªa m¨¢s impuestos. Esto funciona, pero no tanto como en 1988. Clinton se presenta como un nuevo modelo de dem¨®crata.
-El retraso en organizar una pol¨ªtica sobre c¨®mo debatir con Bill Clinton provoc¨® que durante varios d¨ªas George Bush fuese caricaturizado como. una gallina que le tiene miedo a encontrarse cara a cara con su rival.
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