Contra la droga
LA LLAMADA Operaci¨®n Green Ice (Hielo Verde) contra la mafia internacional de la droga ha sido presentada como un gran ¨¦xito de la cooperaci¨®n entre los Estados. "Los resultados llenan de satisfacci¨®n", declar¨® el ministro espa?ol de Interior, Jos¨¦ Luis Corcuera. Los inmediatos son obvios e importantes: ha funcionado la coordinaci¨®n judicial y policial entre los seis pa¨ªses implicados en la operaci¨®n (EE UU, Canad¨¢, Costa Rica, Espa?a, Reino Unido e Italia); han sido detenidas 200 personas, de las que 15 lo fue ron en Espa?a; han sido requisados 682 kilogramos de coca¨ªna; se han intervenido 5.000 millones de pese tas, de los que 1.000 millones corresponden a Espa?a, y se han desmantelado importantes redes de distribuci¨®n de droga y de blanqueo de beneficios que los carteles colombianos hab¨ªan establecido en Europa. Todo un ¨¦xito, sin duda.Pero la cuesti¨®n es saber cu¨¢nto tiempo tardar¨¢n en recomponerse las redes ahora desmanteladas dada la fuerza de un negocio que mueve al a?o entre 300.000 y 500.000 millones de d¨®lares, seg¨²n la ONU o la Interpol, y que en 1989 representaba el 9% del comercio internacional, es decir, el doble de las transacciones petroleras en el mundo. Aparte de la satisfacci¨®n con que la sociedad acoge cada golpe asestado al narcotr¨¢fico, y el consiguiente reconocimento a los jueces, fiscales y polic¨ªas que lo hicieron posible, es l¨®gico interrogarse por la eficacia real de estas operaciones policiales en el normal trasiego de la droga. Y es que el narcotr¨¢fico, fuertemente asentado en el marco prohibitivo que lo potencia y en los ingentes beneficios que genera, se reproduce y se rehace con igual o superior fuerza despu¨¦s de cada golpe que se le asesta. En Espa?a, por no ir m¨¢s lejos, hemos visto c¨®mo las redes gallegas de introducci¨®n de droga del cartel de Medell¨ªn, desmanteladas en la llamada Operacion N¨¦cora, se han recompuesto al punto de provocar dos a?os despu¨¦s una nueva intervenci¨®n policial de factura semejante con la llamada Operaci¨®n Santino. Desgraciadamente, y al margen del ¨¦xito inmediato, la actuaci¨®n meramente represiva de los Estados contra el narcotr¨¢fico se revela como una desesperanzada tarea de tejer y destejer.
En todo caso, el modelo de lucha contra la droga propugnado por EE UU, y asumido por la ONU en su convenci¨®n sobre el narcotr¨¢fico de 1989, todav¨ªa tiene aspectos por desarrollar. Sobre todo en lo que respecta al control legal de las transferencias bancarias internacionales del dinero negro generado por dicho comercio. Sin duda se ha avanzado mucho en los ¨²ltimos a?os (en Espa?a, el C¨®digo Penal contempla el decomiso de los bienes patrimoniales de los narcotraficantes, aunque la fiscal¨ªa antidroga insiste en la insuficiencia de la medida), pero siguen levant¨¢ndose fuertes resistencias a la total transparencia de tales movimientos. Los Estados de Occidente, y EE UU a la cabeza, se oponen al control exhaustivo de las operaciones de blanqueo del dinero del narcotr¨¢fico por las repercusiones negativas que pudiera producir en el funcionamiento del sistema financiero internacional. Tal control implicar¨ªa, entre otras cosas, una armonizaci¨®n penal internacional en la persecuci¨®n de las distintas modalidades de blanqueo, as¨ª como una legislaci¨®n unitaria sobre el secreto bancario.
La Operaci¨®n Green Ice ha sido importante sobre todo porque ha permitido seguir por primera vez todo el proceso de distribuci¨®n de droga y de lavado de beneficios: se han identificado los medios de transporte de fondos, los mecanismos de blanqueo y las cuentas bancarias donde iban a parar. Hay que insistir en que mientras los Estados se opongan a la legalizaci¨®n a escala mundial de la venta de drogas o a su suministro controlado, acabando de una vez con la enorme rentabilidad que otorga a este negocio su car¨¢cter clandestino, la l¨®gica prohibicionista exige impedir que sus beneficios se reciclen en los circuitos del sistema financiero internacional. Mientras esto no se consiga -y la Operaci¨®n Green Ice es un precedente que invita al optimismo- no habr¨¢ forma de evitar que el criminal negocio de la droga siga expendiendo dolor y corrupci¨®n en el mundo entero.
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