10,000 alemanes protestan contra la violencia xen¨®foba ante un, campo de concentrac¨ª¨®n nazi
La manifestaci¨®n celebrada ayer frente al antiguo campo de concentraci¨®n hitieriano de Saclisenhausen, al norte de Berl¨ªn, contra el racismo y la xenofobia atrajo a 10.000 personas. Podr¨ªa significar el comienzo de una reacci¨®n popular contra la marea neonazi que vive Alemania. El Gobierno, a juzgar por. el. discurso del ministro de la Canciller¨ªa, Friedrich Bolil, parece incapaz de salirse de la vieja teor¨ªa de "los extremismos de derecha y de izquierdas".
Saclisenhausen, en las afueras del pueblo de Oranienburg, en Brandeburgo, fue un campo de concentraci¨®n en el que murieron m¨¢s de 100.000 personas durante el r¨¦gimen nazi, 10.000 de ellas jud¨ªos. Fue tambi¨¦n la tumba de un n¨²mero similar de alemanes, unos 100.000, tras ser utilizado con el mismo fin por las tropas de ocupaci¨®n sovi¨¦ticas durante. los primeros a?os de la posguerra. Completamente cerrado hasta la unificaci¨®n alemana, se ha convertido recientemente en macabra noticia: se han descubierto numerosas fosas comunes en las que fueron enterrados los opositores al r¨¦gimen comunista.La semana pasada uno de los barracones, que se hab¨ªa convertido en un peque?o museo-homenaje a los jud¨ªos v¨ªctimas del holocausto, fue incendiado, presumiblemente, por elementos neonazis.
El ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Klaus Kinkel, ya acudi¨® el jueves a un acto de desagravio, pero ayer la convocatoria era m¨¢s general; se ped¨ªa al pueblo alem¨¢n que se pronunciara p¨²blicamente contra la violencia neonazi, que asola el pa¨ªs.
Entre las autoridades presentes se encontraba el alcalde de Berl¨ªn, el democristiano Eberhard Diepgen; el ministro presidente del land de Brandeburgo, el socialdem¨®crata Manfred Stolpe; y la ministra israel¨ª de Educaci¨®n y Cultura, Shul¨¢mit Aloni, as¨ª como numerosas personalidades de la cultura y del mundo del espect¨¢culo. Todos los pol¨ªticos pronunciaron algunas palabras, pero el ¨²nico que fue abucheado fue el representante del Gobierno de Bonn, el democristiano Friedrich Bolil que ley¨® un discurso de Helmut Kohl.
"No debe haber tolerancia para la intolerancia", dijo, "los extremistas violentos s¨®lo pueden ser desactivados persigui¨¦ndolos implacablemente y someti¨¦ndolos a la total severidad de la ley. Este incendio y la continua violencia contra los extranjeros peticionarios de asilo son actos de barbarie, tan malos como los ataques de los terroristas de izquierdas".
Silbidos
Fue en este punto cuando una ola de protestas y silbidos impidi¨® a Bohl continuar. Comparar la reciente ola neonazi con el pr¨¢cticamente inexistente terrorismo de izquierdas, no deja de ser rid¨ªculo, y pone en evidencia la total falta de sensibilidad y comprensi¨®n del Gobierno del canciller Kohl ante el renacimiento del espectro del nazismo. Para muchos esta es la clave del constante fracaso -de la actuaci¨®n policial contra estos grupos de cabezas rapadas y tambi¨¦n de las leves sentencias impuestas por la judicatura.
Para Aloni, la ministra israel¨ª, el ataque contra Saclisenihausen significa que. "ning¨²n alem¨¢n puede ahora decir que no sab¨ªa nada sobre el antisemitismo y la violencia xen¨®foba como aseguraban durante el III Reich". Hablando en hebreo, Aloni pidi¨® que "nunca m¨¢s haya odio de los extranjeros o de la gente que piensa diferente".
El escritor Amos Oz, tambi¨¦n israel¨ª, y al que se le otorg¨® ayer el premio de la Feria del Libro de Francfort, se refiri¨® en su discurso al, incendio de Sachsenhausen. "El fuego contra el -barrac¨®n- dijo, "puede haber sido encendido con la intenci¨®n de borrar el terrible pasado de Alemania, pero no es el pasado lo que se queniaen Sachsenhausen, sino el presente y el futuro de Alemania que est¨¢n a punto de arder".
Saludos nazis prohibidos
M¨¢s de un lector se habr¨¢ sorprendido viendo las im¨¢genes del extra?o saludo con tres dedos -pulgar, ¨ªndice y medio- que realizaban los energ¨²menos uniformados que desfilaron el s¨¢bado por Dresde y Armstadt. El asunto tiene sus ribetes c¨®micos, si no fuera por lo siniestro del contexto y, adem¨¢s, no es nada nuevo. Se trata del ya viejo sistema de los grup¨²sculos neonazis de regatear la regla constitucional que convierte en delito el saludo nazi, a la romana, las cruces gamadas y otros artilugios de este siniestro pasado.Sucede que, desde que se inici¨® esta ola masiva de violencia neonazi, sus protagonistas, algunos de ellos demasiados j¨®venes y otros totalmente incultos, ni siquiera saben que est¨¢ prohibido este saludo. Por ello la televisi¨®n y los peri¨®dicos se han hartado de mostrar a estos individuos saludando a la romana. Otro tanto sucede con las cruces gamadas. Para sustituirlas los militantes utilizan toda la simbolog¨ªa imperial prusiana, que no est¨¢ prohibida.
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