Epidemia de poliomielitis en el oeste de Holanda
La inspecci¨®n del ministerio holand¨¦s de Sanidad y los servicios m¨¦dicos p¨²blicos en la provincia de Holanda del Sur, al oeste del pa¨ªs, han anunciado la presencia de una epidemia de poliomielitis (par¨¢lisis infantil) en Streefkerk y en Alblasserwaard, una localidad y un p¨®lder (tierra ganada al mar) de la zona. El ¨¢rea de riesgo incluye ciudades como Rotterdam y Delft y otras dos regiones pr¨®ximas, norte de Zelanda y oeste de Gelderland. En ellas viven comunidades protestantes ortodoxas y calvinistas que rechazan cualquier tipo de vacuna por motivos religiosos. En 1956, una gran epidemia de polio dej¨® paral¨ªticos. a 1.784 de los 2.206 afectados. En 1978, un beb¨¦ muri¨® y 25 personas sufrieron graves secuelas. Como ha sucedido ahora, en ambos casos la enfermedad surgi¨® entre los miembros de dichas confesiones.
Reservas religiosas
Los grupos que se niegan a vacunarse aducen que los medicamentos destinados a prevenir una enfermedad contradicen los designios de la providencia divina. S¨ª pueden aceptar un tratamiento cuando el mal ha hecho su aparici¨®n. Algunos matrimonios j¨®venes deciden proteger a sus hijos y ello provoca conflictos con sus mayores.En esta ocasi¨®n, el ¨²nico enfermo con s¨ªntomas de par¨¢lisis es por ahora un muchacho de 14 a?os, alumno de un colegio calvinista en Rotterdam. En su poblaci¨®n natal, Streefkerk, cercana a la ciudad portuaria, han sido descubiertos "varias decenas de casos de infecci¨®n en personas que no han desarrollado la poliomielitis", seg¨²n Sanidad.
La campa?a de vacunaci¨®n ha sido restringida por el momento a las tres provincias de riesgo. El eco obtenido entre la poblaci¨®n ha sido enorme incluso fuera de ¨¦stas provincias. Tanto que Sanidad ha debido comprar nuevas dosis a pa¨ªses como Canad¨¢ y establecer un calendario de prioridades para atender a todos. Algunos epidemi¨®logos holandeses han se?alado que la campa?a de protecci¨®n se ha exagerado. Para ellos, los riesgos de infecci¨®n fuera de las comunidades religiosas son inexistentes, como se ha demostrado en anteriores epidemias.
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