Gobierno y obispos ultiman el acuerdo sobre financiaci¨®n que pondr¨¢ fin al 'impuesto religioso'

El sistema de financiaci¨®n que acabar¨¢ con la asignaci¨®n tributaria, el llamado impuesto religioso, comenzar¨¢ a aplicarse, seg¨²n todos los indicios, en 1993. El Gobierno y la Conferencia Episcopal Espa?ola ultiman un acuerdo que sustituir¨¢ esta v¨ªa de sostenimiento econ¨®mico de la Iglesia cat¨®lica por las donaciones directas de los fieles, que gozar¨¢n de exenciones fiscales. Esta f¨®rmula afectar¨¢ tambi¨¦n a los contribuyentes de confesi¨®n musulmana, protestante o jud¨ªa, que no disfrutan de la asignaci¨®n tributaria pero tienen suscritos acuerdos con el Estado.

La nueva f¨®rmula de sostenimiento econ¨®mico de la Iglesia cat¨®lica fue propuesta por el Ejecutivo socialista a la jerarqu¨ªa espa?ola durante la pasada primavera. La propuesta contempla el mantenimiento del impuesto religioso y de la ayuda complementaria que el Estado aporta en virtud de los acuerdos suscritos con la Santa Sede en 1979 hasta que la Iglesia cat¨®lica alcance su independencia econ¨®mica a trav¨¦s de las donaciones directas de los fieles. En este ¨²ltimo momento, para el que la propuesta del Ejecutivo no establece un plazo, desaparecer¨¢n la asignaci¨®n tributaria y el complemento del Estado.

La Iglesia cat¨®lica obtuvo a trav¨¦s del denominado, impuesto religioso, y con cargo al ejercicio de 1990, 10.612 millones de pesetas. Esta cantidad, que unos cuatro millones de contribuyentes destinaron a la Iglesia a trav¨¦s de la declaraci¨®n de renta efectuada en 1991, fue completada por el Estado con 4.587 millones.

De esta forma, la Iglesia cat¨®lica obtiene unos ingresos anuales de 15.000 millones, cantidad que no es revisada desde 1990. Ese a?o concluy¨® el periodo de tres a?os establecido en los acuerdos con la Santa Sede para que la Iglesia alcanzara la autofinanciaci¨®n a partir de la entrada en vigor de la asignaci¨®n tributar¨ªa. La conclusi¨®n de un acuerdo comportar¨ªa la actualizaci¨®n de los 15.000 millones que por una u otra v¨ªa recibe la Iglesia.

Presupuestos

El director general de Asuntos Religiosos, Dionisio Llamazares, ha reconocido a este diario que "es posible" alcanzar un acuerdo sobre la financiaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica a trav¨¦s de las donaciones de sus fieles a la Iglesia cat¨®lica antes de que concluya este a?o. Tambi¨¦n ha se?alado que est¨¢ por definir si las desgravaciones de que disfrutar¨ªan estos contribuyentes ser¨¢n sobre la cuota l¨ªquida o sobre la base imponible y el porcentaje de exenci¨®n, que ser¨ªa superior al 10%.

Si Gobierno y obispos alcanzan un acuerdo durante este trimestre, quedar¨ªa reflejado en la Ley de los Presupuestos Generales para 1993. A partir de este ejercicio econ¨®mico, la Iglesia, como instituci¨®n, tendr¨ªa durante un periodo transitorio tres v¨ªas de financiaci¨®n: la aportaci¨®n del Estado, el impuesto religioso y las donaciones de los fieles. Los ingresos a trav¨¦s de las dos, primeras v¨ªas ir¨ªan disminuyendo hasta su desaparici¨®n a medida que aumentaran las cantidades aportadas por los fieles.

La aplicaci¨®n de esta nueva f¨®rmula no comportar¨ªa la desaparici¨®n de los beneficios fiscales de que disfrutan aquellos contribuyentes que hacen donaciones a entidades sin ¨¢nimo de lucro, como C¨¢ritas u otras entidades de car¨¢cter social que no dependen de la Iglesia.

Dudosa constitucionalidad

Estos contribuyentes, como ocurre actualmente, podr¨ªan desgravar un 10% de la c¨¢ntidad donada. El nuevo sistema acabar¨ªa con el denominado impuesto religioso, d¨¦ dudosa constitucionalidad porque puede entrar en colisi¨®n con la aconfesionalidad, del Estado y el principio de igualdad del gasto p¨²blico. Para el director general de Asuntos Religiosos, "Cuando nos planteamos la conveniencia de un nuevo sistema no lo hacemos por capricho. Lo estamos haciendo por que tenemos nuestras dudas de la constitucionalidad de la actual asignaci¨®n tributaria", informa Europa Press.

Para Llamazares, resulta dif¨ªcil concebir los ingresos que se pasan actualmente a la Iglesia y que suponen una deducci¨®n de los impuestos. "?Se concibe como una contribuci¨®n al gasto p¨²blico?", se pregunta el director general de Asuntos Religiosos. "En este caso, quiere decirse que la actividad de la. Iglesia cat¨®lica es actividad del Estado. Por lo tanto, estar¨ªamos en un r¨¦gimen de confesionalidad. Dif¨ªcilmente ser¨ªa componible con el principio de no confesionalidad", a?ade. "El ciudadano que decide que parte de sus impuestos vayan ahora a la Iglesia contribuye menos para escuelas, carreteras, etc¨¦tera, que aquel que no rellena la casilla", concluye Llamazares.