Los obispos y el aborto

Los se?ores obispos est¨¢n en su perfecto derecho de pronunciarse, una vez m¨¢s, en contra del aborto, pero con tal de que hagan las salvedades pertinentes: a) Ellos no pueden hablar en nombre de la mayor¨ªa de cat¨®licos, porque muchos de ellos, incluyendo destacados te¨®logos y moralistas, no comulgan con la postura episcopal. b) Cuando la pr¨¢ctica de este mal que siempre es el aborto est¨¢ tan generalizada en el mundo, y trat¨¢ndose de un tema tan dificil y discutible, a los obispos, en nombre de la m¨¢s elemental caridad cristiana, nada les da derecho a insultar a los abortistas con comparaciones ofensivas: equiparando las pr¨¢cticas abortivas al genocidio nazi (catecismo del episcopado sobre el aborto), o "con los asesinatos que se cometen en nombre de otras razones" (obispo Seti¨¦n). c) No se puede pretender que se imponga a toda la sociedad espa?ola lo que es una opini¨®n particular, por m¨¢s respetable que sea, del colectivo episcopal.Al reavivarse la pol¨¦mica sobre el aborto, los obispos acaban de lanzar un llamamiento a todos los ciudadanos, sean cat¨®licos o no, para que nieguen el voto a los socialistas. En realidad, pienso que, afortunadamente, la Iglesia cat¨®lica ya no tiene el prestigio ni la autoridad moral de anta?o, para que pueda desafiar al Gobierno y echar un pulso con ¨¦l, ni mucho menos arrebatar votos cat¨®licos al PSOE. Tal vez semejante actitud de desaf¨ªo, no exenta de cierta agresividad y violencia, sea una bravata que pone en evidencia precisamente la debilidad e impotencia del episcopado ante la opini¨®n p¨²blica.-