Bush cuestiona el patriotismo de Clinton
La oposici¨®n de Bill Clinton a la guerra de Vietnam, sus maniobras para evitar ser reclutado y enviado al frente, su participaci¨®n en manifestaciones pacifistas mientras estudiaba en la Universidad brit¨¢nica de Oxford y su viaje a Mosc¨² y Praga en 1970 son los mimbres elegidos por el presidente George Bush para trenzar una campana contra su rival, al que presenta como mal patriota y qui¨¦n sabe si como un comunista emboscado. Bush, que intenta por todos los medios minar la credibilidad del candidato dem¨®crata, que le aventaja en los sondeos de opini¨®n, resucita as¨ª el viejo fantasma de la guerra de Vietnam, que dividi¨® profundamente a la sociedad norteamericana.
El ataque de Bush puede hacer mella en la imagen que le gusta cultivar a Clinton: la de un pol¨ªtico pragm¨¢tico, centrista, alejado de cualquier doctrinarismo. En varias ocasiones ha explicado que su viaje a Mosc¨² en 1970 formaba parte de una gira por el norte de Europa cuando era estudiante en Oxford. Pero los republicanos insisten en que Clinton era un activista que organizaba manifestaciones contra la guerra de Vietnam durante su estancia en Oxford y que su viaje a Mosc¨² hay que verlo, seg¨²n los expertos del partido republicano, en ese contexto.Es evidente que Clinton se siente inc¨®modo cuando se le recuerda su pasado pacifista y anti-Vietnam. Su campa?a electoral est¨¢ dirigida al amplio espectro de la clase media. norteamericana, que se encuentra resentida con Bush no por motivos idel¨®gicos, sino por sus dificultades econ¨®micas. La llamada de Bush al voto del miedo -Clinton es un lobo-radical con piel de cordero-centrista- puede llegar a tener ¨¦xito en el electorado menos formado, precisamente el que est¨¢ m¨¢s castigado por la crisis econ¨®mica. Sin embargo, los excesos de alg¨²n miembro del equipo republicano, que lleg¨® a sugerir que el viaje de Clinton pudiera haber sido organizado por el KGB, pueden arruinar la eventual eficacia de una campa?a de este tipo.
Ataques pat¨¦ticos
Los asesores de Bill Clinton consideran "pat¨¦ticos" estos ataques del candidato republicano, formulados, el pasado mi¨¦rcoles, en una nueva charla con Larry King en su programa de la CNN. George Stephanopoulos, director de comunicaciones de Clinton, asegur¨® que el Partido Republicano est¨¢ buscando desesperadamente el fen¨®meno John Major, que a principios de este a?o gan¨®, al frente del Partido Conservador, las elecciones al Partido Laborista contra todos los pron¨®sticos de los sondeos de opini¨®n. El asesor dem¨®crata record¨® la campa?a de rumores desatada por la prensa conservadora brit¨¢nica contra el candidato laborista Neil Kinnock, al que se presentaba tambi¨¦n como un criptocomunista.
Curiosamente, el Partido Republicano ha confirmado esta impresi¨®n al reconocer que ha recurrido al consejo de los asesores de imagen del Partido Conservador brit¨¢nico que dise?aron la campa?a de John Major. Varios asesores brit¨¢nicos viajaron a Washington la pasada semana para intercambiar puntos de vista con los asesores electorales del presidente Bush, que se hallan preocupados por la evoluci¨®n de las encuestas de opini¨®n. Todo parece indicar, por tanto, que la estrategia de los republicanos, en este final de campana, ser¨¢ machacar sobre el pasado liberal de Clinton cuando era estudiante en Londres.
El tal¨®n de Aquiles de Bush
Pero si el candidato dem¨®crata deber¨¢ defenderse de las acusaciones republicanas sobre su ¨¦poca estudiantil, el presidente Bush deber¨¢ hacer otro tanto con un asunto mucho m¨¢s pr¨®ximo en el tiempo: el esc¨¢ndalo Irakgate, que se complica d¨ªa a d¨ªa. El asunto estall¨® durante la investigaci¨®n del fraude bancario cometido en la sucursal de Atlanta del banco p¨²blico italiano Banca Nazionale del Lavoro, que prest¨® miles de millones de d¨®lares al r¨¦gimen de Sadam Husein en los a?os anteriores a la invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait.
Tanto la Administraci¨®n italiana como la norteamericana hab¨ªan mantenido ante el juez federal que ignoraban la conducta del director de la sucursal de Atlanta, al que hac¨ªan responsable ¨²nico de la concesi¨®n de los cr¨¦ditos ilegales.
Sin embargo, la CIA, bajo presi¨®n de los comit¨¦s de control del Congreso, se ha visto obligada a reconocer que no facilit¨® al juez federal que investiga el esc¨¢ndalo toda la informaci¨®n que pose¨ªa sobre el caso. La declaraci¨®n del servicio de espionaje norteamericano, que aparentemente quiere alejarse del esc¨¢ndalo pol¨ªtico que se avecina, va a poner en serios apuros a la Administraci¨®n de Bush, que deber¨¢ explicar ahora, en un p¨¦simo momento pol¨ªtico, por qu¨¦ permiti¨® que el dictador iraqu¨ª recibiera miles de millones de d¨®lares -desde Estados Unidos y a trav¨¦s de un banco p¨²blico italiano- que le permitieron pertrecharse de armas y alimentos para preparar la invasi¨®n de Kuwait.
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