El Picasso enamorado vuelve a M¨¢laga
La ciudad natal del pintor re¨²ne 100 de sus obras cl¨¢sicas m¨¢s representativas
Picasso regresaba al clasicismo cuando estaba enamorado. Esta afirmaci¨®n recorre la muestra que, con un centenar de obras, se inaugur¨® ayer en el Palacio Episcopal de M¨¢laga, ciudad natal del pintor, en presencia de familiares del artista, sus hijos Paloma y Claude, su nuera Christine y una nieta, hija de Mala Picasso. La exposici¨®n, organizada por la Junta de Andaluc¨ªa con un presupuesto de 200 millones de pesetas y con un seguro de 20.000 millones, termina el 11 de enero y demuestra c¨®mo Picasso utiliz¨® la cultura de Grecia y Roma, el Renacimiento y el barroco.
La belleza de Fernande Olivier, amante de Pablo Picasso (18811973), o la fascinaci¨®n del pintor por la bailarina Olga Koklova, que se convirti¨® en su primera esposa, o su pasi¨®n por Marie Th¨¦rese Walter o su tard¨ªo amor por Fran?oise Gillot est¨¢n presentes a lo largo de todo el recorrido de la muestra. Para Carmen Gim¨¦nez, conservadora de las colecciones del Museo Gu9genheim de Nueva York y organizadora de esta exposici¨®n junto con Gary Tinterow, conservador asociado del MOMA neoyorquino, "el clasicismo es una parte de la obra de Picasso poco estudiada, que desarroll¨® a lo largo de toda su vida, y que justamente esta exposici¨®n muestra de manera importante". "Picasso volv¨ªa al clasicismo cada vez que estaba enamorado y feliz para coger energ¨ªa y fuerza. Le acompa?a a lo largo de toda su vida, excepto en los momentos en los que realizaba una labor justo en contra de la tradici¨®n, como su ¨¦poca cubista o la de finales de la guerra, en las que se acerc¨® a temas m¨¢s radicales y menos cl¨¢sicos", se?ala Carmen Gim¨¦nez.Por la noche, la inauguraci¨®n oficial, a cargo del presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Manuel Chaves, fue un multitudinario acto con manadas y manadas de invitados invadiendo la sede del Palacio Episcopal, en el que los empujones y pisotones fueron lo de menos. La fama de Paloma Picasso, exultante de lunares, Id jug¨® una mala pasada, porque al convertirse en estrella de la noche s¨®lo pudo entrever alg¨²n que otro cuadro de la muestra -"me empujan por todas partes, pero realmente creo que es fant¨¢stica"- Por el contrario, Claude, mucho m¨¢s discreto, quiz¨¢ por ser menos conocido, pudo saborear algo m¨¢s tranquilo el clasicismo de su padre.
Los dos hermanos coincidieron en el escepticismo ante la explicaci¨®n de que Picasso volv¨ªa al clasicismo cuando estaba enamorado. -Siempre hay muchas explicaciones para todos", dijo Claude, "pero yo creo que lo que hizo fue un trabajo moderno y personal sobre el clasicismo, sin m¨¢s". La respuesta de Paloma fue: "En realidad nunca me hab¨ªa planteado este punto de vista, pero a partir de ahora lo estudiar¨¦". -Durante la presentaci¨®n, ayer por la ma?ana, de la exposici¨®n, tanto Gim¨¦nez como Tintbrow se?alaron las dificultades de la organizaci¨®n. "Nos hemos encontrado con que en M¨¢laga no hab¨ªa un lugar apropiado para una exposici¨®n de esta importancia, y ha habido que crear todo de nuevo, y, en este sentido, y se ha he cho un enorme esfuerzo de res taurar este Palacio Espiscopal. El otro inconveniente es que no tenemos grandes colecciones del siglo XX", se?al¨® Carmen Gim¨¦nez.El recorrido de la muestra se inicia con H¨¦rcules, en noviembre de 1890, y otras obras en que se evoca la belleza cl¨¢sica utilizando temas grecorromanos. Es en Desnudo con jarra (1 906j, del The Art Institute de Chicago, donde aparece ya el primer amor de Picasso, Fernande Olivier, para 10 a?os m¨¢s tarde rendir un nuevo homenaje a Olga Koklova, con el retrato de Olga Picasso con mantilla (1917). Fue con esta bailarina, Olga Kok1ova, con la que Picasso conoce Roma y con quin inaugurar¨¢ cinco intensos a?os cl¨¢sicos.
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