El papel de China
EL PARTIDO Comunista de China (PCCh) va a celebrar su XIV Congreso en un momento en que crece considerablemente el papel internacional de dicho pa¨ªs. Ello tiene lugar en medio de una transformaci¨®n profunda de las estructuras y de los modos de pensar que predominaban en Asia en el periodo de la guerra fr¨ªa: los viejos enemigos se reconcilian, y se anudan alianzas y amistades impensables ayer. El nuevo reparto de las cartas pol¨ªticas est¨¢ lleno de sorpresas y da pie a serios interrogantes sobre el futuro.En ese orden, la reciente visita a Pek¨ªn del presidente de Corea del Sur, Roh Tae Woo, ha sido un ejemplo significativo. Los voluntarios chinos fueron el principal apoyo del norte comunista en la guerra de Corea, y, en los 40 a?os transcurridos desde el armisticio, Pek¨ªn ha sido el principal sost¨¦n del r¨¦gimen de Pyong Yang. ?C¨®mo han cambiado las cosas! El presidente Roh, acompa?ado de numerosos empresarios, ha sentado las bases para una cooperaci¨®n econ¨®mica y tecnol¨®gica de amplias proporciones. El intercambio comercial entre los dos pa¨ªses crece r¨¢pidamente: de unos 6.000 millones de d¨®lares en 1991 a 10.000 millones en el a?o en curso. A la vez, y en el terreno pol¨ªtico, ambos Gobiernos van a cooperar para facilitar un proceso gradual de unificaci¨®n de Corea. Teniendo en cuenta que el r¨¦gimen de Kim II Sung est¨¢ atravesando por una grave crisis interna, las presiones chinas pueden ser importantes para que abandone sus planes de armamento nuclear e incluso para fomentar las tendencias m¨¢s modernizadoras.
?Es casual que el viaje de Roh haya precedido en pocas semanas a la visita hist¨®rica que el emperador Akihito va a realizar a China a finales de octubre? Nadie puede discutir el papel decisivo que Jap¨®n -primera potencia econ¨®mica mundial- puede desempe?ar en el escenario asi¨¢tico. Pero pa¨ªses como China y Corea del Sur -que tienen recelos hist¨®ricos comunes ante un excesivo poder¨ªo de Jap¨®n- necesitan asumir en esta coyuntura, una doble pol¨ªtica no carente de contradicci¨®n: buscar por un lado la mayor cooperaci¨®n con Jap¨®n, pero demostrar a la vez que pueden desarrollarse por s¨ª mismas y que el futuro no depende de sus relaciones con ese gran centro de poder que es hoy Tokio.
Es sintom¨¢tico que la extrema derecha nipona se oponga al viaje imperial por temor a que sea interpretado como un arrepentimiento por los cr¨ªmenes cometidos por las tropas japonesas durante largos a?os de guerra y ocupaci¨®n. La visita va a representar el inicio de una etapa de mayor cooperaci¨®n entre los dos gigantes del este asi¨¢tico. Con el emperador ir¨¢n los empresarios: en un momento en que la econom¨ªa china tiene una gran expansi¨®n, las inversiones japonesas y el comercio entre los dos pa¨ªses recibir¨¢n un gran impulso.
En medio de los cambios de la pol¨ªtica asi¨¢tica ha sido notable la pasividad de Rusia en una zona que tanta importancia reviste para ella. No ha logrado desbloquear sus relaciones con Jap¨®n. Es m¨¢s, la anulaci¨®n del viaje de Yeltsin a Tokio ha sido un retroceso serio. Debido a diversas causas: error de c¨¢lculo de los nipones sobre la disponibilidad rusa a devolver las Kuriles, ola nacionalista rusa que presiona sobre Yeltsin y su Gobierno... En cambio -y ello refuerza la tendencia indicada anteriormente-, el presidente ruso va a realizar en breve plazo visitas a Se¨²l y a Pek¨ªn.
El clima de distensi¨®n en las relaciones exteriores de China puede ser una ayuda para los sectores que, dentro del PCCh, esperan que el XIV Congreso marque un avance hacia una doble renovaci¨®n: nuevos pasos en el desarrollo de la econom¨ªa de mercado y un rejuvenecimiento del equipo dirigente, lo que exigir¨ªa una mayor apertura pol¨ªtica e ideol¨®gica.
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