El r¨¦gimen chino opta por la revoluci¨®n econ¨®mica y descarta la apertura pol¨ªtica

El secretario general del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin, anunci¨® ayer reformas econ¨®micas revolucionarias, pero descart¨® tajantemente cualquier delegaci¨®n de poder pol¨ªtico o aperturas democr¨¢ticas. Durante el discurso de inauguraci¨®n del XIV Congreso del partido, en Pek¨ªn, Jiang dijo que los cambios introducidos en la estructura pol¨ªtica persiguen una "democracia socialista con peculiaridades chinas, y en absoluto aplicar los sistemas pluripartidistas y parlamentarios de Occidente". Deng Xiaoping, de 88 a?os, citado en el informe como el indiscutible l¨ªder nacional, no asisti¨® al acto.

Una banda militar atac¨® la Internacional en los palcos del Gran Palacio del Pueblo, y los cerca de 2.000 delegados asistentes al encuentro partidista se pusieron de pie, alguno de ellos con la ayuda de enfermeros, y muy cerca de las camillas y equipos de reanimaci¨®n preparados en dependencias contiguas para atender el desfallecimiento de los octogenarios m¨¢s d¨¦biles. Pocos minutos despu¨¦s, y a lo largo de dos horas, el secretario general de los comunistas chinos entraba en colisi¨®n con la letra y el esp¨ªritu del revolucionario himno llamando m¨¢s a la movilizaci¨®n de los nuevos empresarios que a la rebeld¨ªa de los parias de la tierra. "Ni los organismos gubernamentales centrales ni los locales tienen derecho a retener los poderes que han de transferirse a las empresas", advirti¨®.Jiang Zemin, acompa?ado por la plana mayor del partido y del Estado, pronunci¨® un discurso de 66 folios donde se mezclaron las obligadas y ret¨®ricas invocaciones a la grandeza del pensamiento marxista-leninista con las constantes invitaciones al avance y ampliaci¨®n geogr¨¢fica, "sin ninguna vacilaci¨®n", de los mecanismos de la econom¨ªa de mercado.

Pragmatismo

El dirigente comunista reconoci¨® que la lentitud en su desarrollo acarrear¨ªa graves dificultades pol¨ªticas y podr¨ªa poner en peligro la estabilidad social en China, pero apenas dedic¨® m¨¢s de dos frases a recordar indirectamente la "sedici¨®n contrarrevolucionaria" del 4 de junio de 1989, en la plaza de Tiananmen, en Pek¨ªn. "Debemos emancipar a¨²n m¨¢s nuestra mente y acelerar la reforma y la apertura, sin dejarnos atar las manos por la pol¨¦mica abstracta sobre si tal o cual cosa, debe denominarse socialista o capitalista".Jiang dedic¨® la mayor parte de su intervenci¨®n a destacar el ¨¦xito de las reformas al proporcionar un mayor bienestar material a los 1.100 millones de chinos y a enumerar los pr¨®ximos pasos, que incluyen la venta o cesi¨®n de empresas estatales deficitarias a particulares o grupos. El objetivo es pasar de una subsistencia elemental a una vida modestamente acomodada. El jefe comunista inst¨® a la unidad del partido porque consider¨® que en ello le va la vida, y fue m¨¢s severo en la denuncia entre sus filas de la desviaci¨®n "izquierdista" que en la cr¨ªtica de los "derechistas" que cuestionan o niegan el ideario mao¨ªsta y el centralismo.

Los primeros temen, y coinciden en ese enfoque con la mayor¨ªa de los Gobiernos occidentales, que el creciente poder de las nuevas fuerzas econ¨®micas surgidas en las ciudades de Guandong, Shanghai o Pek¨ªn faciliten la evoluci¨®n pac¨ªfica hacia el capitalismo y signifiquen la desaparici¨®n del partido fundado en el a?o 1921. "El izquierdismo, con su barniz revolucionario", amonest¨® Jiang, "amedrenta a la gente al amenazar con endilgar sambenitos y tambi¨¦n actuando como si mayor izquierdismo significara mayor esp¨ªritu revolucionario".