La campa?a antidroga de Hassan II no corta la venta de hach¨ªs en el Rif
Una semana despu¨¦s de que el rey Hassan II de Marruecos impartiese tajantes ¨®rdenes a altos responsables del Gobierno y el Ej¨¦rcito para combatir el tr¨¢fico ilegal de estupefacientes y de inmigrantes ilegales hacia Europa, la droga sigue vendi¨¦ndose en las calles de Ketama, en el coraz¨®n del Rif. En las costas del norte del pa¨ªs, sin embargo, helic¨®pteros de la Gendarmer¨ªa Real sobrevuelan ya el estrecho de Gibraltar, buscando pateras que transporten trabajadores clandestinos. El pasado fin de semana fueron devueltos a Marruecos desde Algeciras (C¨¢diz) 36 inmigrantes ilegales.
"Eh, amigo ... ?buscas hach¨ªs?". ?sta era la pregunta impertinente que los jovenzuelos de Ketama, la capital de la droga en el Rif, repet¨ªan el domingo sin cesar en la calle, escondiendo el rostro en los pliegues de las chilabas. Sin pudor alguno pregonaban su mercanc¨ªa ante el Gran Hotel o la Gendarmer¨ªa de la ciudad.Nadie en Ketama parec¨ªa haber escuchado las advertencias del rey Hassan II, efectuadas hace pocos d¨ªas, cuando orden¨® en una reuni¨®n extraordinaria de su Gabinete que se combatiera con toda firmeza el tr¨¢fico de drogas y la inmigraci¨®n ilegal. Nadie en Ketama parec¨ªa sentirse afectado por el proyecto que desde hace casi 30 a?os impulsa el Gobierno marroqu¨ª para erradicar el cultivo de marihuana en todo el Rif.
Este proyecto, bautizado con el nombre de Derro, ha supuesto en los ¨²ltimos a?os una inversi¨®n de 996 millones de dirhams -11.952 millones de pesetas-, que en gran parte han sido financiados por diversos organismos internacionales vinculados a Naciones Unidas y que se ha centrado b¨¢sicamente en algunos peque?os municipios de las provincias de Xauen y Al Hoceima.
El salario de un mes
Con este programa se pretende luchar contra la erosi¨®n del suelo, levantar instalaciones hidr¨¢ulicas, potenciar la red de carreteras, el pastoreo y la agricultura de frutales.Pero dif¨ªcilmente este esfuerzo, por s¨ª solo, podr¨¢ erradicar el cultivo del quif, cuando por la venta de un kilo de esta hierba, base del hach¨ªs, los campesinos logran un beneficio de 800 a 1.200 dirhams -9.000 a 14.000 pesetas-, lo que supone el salario de un mes de un trabajador medio en una ciudad industrial. Unas ganancias que se multiplican por cinco o seis cuando las mafias de Nador, T¨¢nger o Tetu¨¢n, colocan el producto en el mercado internacional.
"No se puede combatir la droga con discursos o frases y menos con la represi¨®n", aseguraba el domingo en las calles de Ketama, Mohamed Hammouch, candidato a concejal por la Uni¨®n Socialista de las Fuerzas Populares (USFP) en las pr¨®ximas elecciones municipales. Para este candidato, el cultivo del quif est¨¢ tan introducido en la regi¨®n que dif¨ªcilmente se puede erradicar de la noche a la ma?ana, sobre todo cuando de ¨¦l dependen para subsistir 300.000 personas.
Pero si la batalla del rey contra la droga a¨²n no ha comenzado, s¨ª lo ha hecho la lucha contra la inmigraci¨®n clandestina. El domingo, en el termino municipal de Tetu¨¢n, sobre la playa volaba el primer helic¨®ptero de las Fuerzas Reales encargado de la vigilancia de las pateras que transportan pasajeros clandestinos.
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