El lado rom¨¢ntico de la nueva psicodelia

El Rev¨®lver Club abri¨® sus puertas con el olor a pintura a¨²n fresca. Ha lavado su cara, arriesgando en un momento complicado y erigi¨¦ndose por m¨¦ritos propios en el templo madrile?o de la m¨²sica moderna. Su cartel no descansa ning¨²n d¨ªa y la variedad es su mejor apuesta.House of Love estuvo el pasado jueves sobre su escenario con un numeroso p¨²blico llenando la sala. Como telonero actu¨® el grupo Catherine Wheel, que jug¨® a la perfecci¨®n con su papel de caldear la noche. La protagonista de las dos actuaciones fue, sin duda, la guitarra. En ella se reflejaba un papel m¨¢s est¨¦tico de la m¨²sica que el de una postura vital. House of Love lleva desde 1986 en el circuito de m¨²sicos de "segunda l¨ªnea" o mejor dicho, independientes, pero que tiene adeptos ac¨¦rrimos que sustentan su carrera.

El cuarteto brit¨¢nico sali¨® al escenar¨ªo con un nuevo disco bajo el brazo y muchos a?os de experiencia en directo. House of Love se sustenta sobre sus cuatro m¨²sicos como cuatro pilares s¨®lidos. Cada uno de ellos conoce y juega con su instrumento con la facilidad del que mueve los dedos de una mano. El cambio de ritmo continuo que plantearon en cada uno de los temas, dej¨® vislumbrar una capacidad po¨¦tica que se materializaba en la voz de su solista. Plantearon un fundido perfecto de diferentes intensidades creando espectaci¨®n e inter¨¦s. La delicadeza con que trataron la agresividad- de algunos momentos del concierto, estuvo cargada de aciertos.

Concesi¨®n

Aunque hicieron alguna concesi¨®n con temas antiguos, basaron su concierto en los trabajos m¨¢s frescos: Fontana y el recientemente editado Babe rainbow. El tono predominante del concierto lo marcaron el ritmo y la melod¨ªa reencarnadas en la bater¨ªa de Pete Evans y en la guitarra de Simon Walker; pero la concentraci¨®n absoluta de la banda logr¨® impulsar la m¨²sica hacia momentos espl¨¦ndidos. House of Love, con Guy Chadwick como art¨ªfice de la identidad de la banda recurri¨®, en muchas ocasiones, a los efectos para terminar de demarcar su directo, anteponiendo las emociones musicales frente a cualquier otra intenci¨®n. El oscuro y mel¨®dico mundo, a veces opresivo, de la m¨²sica de House of Love encontr¨® su momento perfecto.Mientras el grupo londinense llegaba respaldado por un sonido espeso, el tambi¨¦n, brit¨¢nico Peter Hammill se presentaba en solitario, a piano y guitarra, en la sala Canciller. A sus 44 a?os, el antiguo l¨ªder de Van der Graaf Generator reafirm¨® su car¨¢cter de artista en libertad, ofreci¨® un recital con el inter¨¦s de lo ¨²nico y mostr¨® que la intensidad musical no es patrimonio de una generaci¨®n.