Bach, visto por Jordi Savall
El Festival de Oto?o present¨® el a?o pasado a Jordi Savall al frente de la Capella Reial y Le Concert des Nations, en la ¨®pera de Mart¨ªn Soler y Soler, Una cosa rara.Ayer actu¨® en el Monumental, para el actual festival de Madrid la segunda agrupaci¨®n citada, dirigida por Savall para interpretar las cuatro oberturas-suites, de Juan Sebasti¨¢n Bach.
Quien fuera y es un violista de gamba, absolutamente fuera de serie, ha ido ampliando el campo de sus actividades en el estudio, revitalizaci¨®n y difusi¨®n de las m¨²sicas pret¨¦ritas, y hoy, en pa¨ªses como Francia, Savall constituye una especie de mito.
No importa la parte que pueda jugar en tal consideraci¨®n la promoci¨®n de las productoras discogr¨¢ficas, pues como dice la antigua conseja, "de donde no hay no se puede sacar". Y de Jordi Savall se consiguen muchas cosas, pues es m¨²sico de instinto y de saberes y posee una personalidad interesante, activa y polifac¨¦tica.
Le Concert des Nations
Director: J. Savall. Obras de Bach. Festival de Oto?o. Teatro Monumental. Madrid, 19 de octubre.
Ya hace tiempo que el artista catal¨¢n inici¨® su carrera al frente de formaciones especializadas en m¨²sica antigua, pues la creaci¨®n del grupo Hesperi¨®n XX, data de 1974.
Desde entonces, la hoja de servicios de Savall y sus fundaciones supone muchos cap¨ªtulos en favor del conocimiento vivo de nuestra m¨²sica, desde Cabez¨®n, los canciones renacentistas y los grandes polifonistas, hasta los autores del siglo XVIII. Por si todo esto fuera poco, el triunfo de la m¨²sica para el film Todas las ma?anas del mundo, ha a?adido popularidad al prestigio de Jordi Savall.
Aborda ahora las cuatro oberturas escritas por Juan Sebasti¨¢n Bach durante el periodo de K?then, que no son otra cosa sino suites o partitas para orquesta y constituyen un cap¨ªtulo extraordinariamente original dentro de la obra del Cantor de Santo Tom¨¢s, por cuanto en ¨¦l sintetiz¨® no pocos rasgos de la herencia europea y de modo particular del gusto franc¨¦s, a trav¨¦s de una diversidad de matices que van desde la pompa solemne de las extensas, oberturas al decorativismo o el esp¨ªritu de los aires de danza, seleccionados y manejados con gran libertad y sin sujecci¨®n a los patrones inmediatamente anteriores y contempor¨¢neos.
Hay tambi¨¦n una presencia de lo expresivo y algo poco usual en Juan Sebasti¨¢n Bach: una verdadera personalidad t¨ªmbrica y colorista. Todo ello lo traduce Jordi Savall y su estupendo Concert des Nations desde un doble enfoque: m¨¢xima fidelidad inicial al estilo hist¨®rico y consideraci¨®n de la imposibilidad de entender esa m¨²sica como si no fu¨¦ramos hombres del siglo XX, con lo que cualquier empe?o historicista al pie de la letra se torna pura utop¨ªa.
Cierto que este segundo enfoque abre las puertas a una libertad interpretativa que puede llegar a entrar en colisi¨®n con la voluntad radical de fidelidad estil¨ªstica. As¨ª, por ejemplo, algunos tiempos se me antojaron excesivos y, en lo que se refiere al plan din¨¢mico, unas veces se pec¨® de monoton¨ªa y otras de demasiado contraste.
Serenidad
En cualquier caso, creo que las versiones de Savall, intr¨ªnsecamente interesantes y evidentemente bellas, han de serenarse para adquirir todo el valor que encierran. Por el momento, falta un poco de aire y respiraci¨®n. Magn¨ªfico el flautista Marc Hanta? en su parte protagonista de la Suite en si menor.Y habr¨ªa que citar m¨¢s nombres, pero los programas de mano son de una pobreza impresentable y no permiten trasladar al lector mayor lujo de detalles.
Es un aspecto secundario si se quiere, pero capaz de deslucir el tono de una tarde de tan buena m¨²sica basada en Bach como la que ofrecieron Jordi Savall y su grupo Concert des Nations.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.