La burocracia tambi¨¦n mata en Sarajevo
Decenas de civiles heridos o enfermos no pueden ser evacuados por culpa del papeleo
El vuelo dura hora y media y a bordo del avi¨®n militar norteamericano que despega de Sarajevo vac¨ªo es imposible no pensar en lo incompleta que resulta la ayuda humanitaria para la rep¨²blica de Bosnia-Herzegovina. En los aviones que despegan de su capital tras descargar alimentos podr¨ªan salir docenas de civiles heridos, enfermos, ni?os atrapados en la guerra. Se quedan. Son prisioneros del papeleo, la indiferencia y la falta de coraje.
Adri¨¢n Muharemovic es un estudiante de Veterinaria de 24 a?os que, como toda la gente de Sarajevo, corre el riesgo de morir dentro de poco. No de un disparo ni de un mortero. Este joven ojeroso y de tez amarillenta le teme m¨¢s al invierno. Es tuberculoso.Se pasa el d¨ªa a las puertas del cuartel general de las Fuerzas de Protecci¨®n de las Naciones Unidas (Unprofor). Quisiera entrar a implorar ayuda, pero las ¨®rdenes de los centinelas franceses son estrictas. De un sobre de pl¨¢stico, Muharemovic extrae unos papeles. Uno es el permiso para salir. Los otros son certificados de la cl¨ªnica Hrastovi firmados por su director, el doctor H. Hemzagic, el 21 de septiembre, el d¨ªa que le dieron de alta porque faltaban camas. "Tengo que salir a curarme", dice. Su tos es tan real como la lluvia que empapa su abrigo. "No quiero morir", dice. "Se?or, ay¨²deme, por favor, ay¨²deme".
La Unicef, sin mandato
Bahra Hredic puede considerarse un poco m¨¢s afortunada. Por lo menos, su caso ha entrado hasta el peque?o despacho del doctor Nedim Jaganjac, uno de los responsables del Unicef dentro del cuartel de las Unprofor. Hredic tiene c¨¢ncer en el pecho y, como apenas queda combustible para el generador el¨¦ctrico del hospital Kosevo, el equipo de quimioterapia ha sido desconectado. Hredic es una enfermera de 50 a?os. El doctor Jaganjic se encoge de hombros. Unicef, sencillamente, no tiene mandato para evacuar enfermos, dice con tristeza.
Gracias a una serie de influencias, el caso de Mahir Sokolija, de 22 a?os, ha llegado supuestamente m¨¢s arriba, nada menos que hasta la mesa del director de Asuntos Civiles de Unprofor, Cedric Thornberry, en Zagreb. El fax tiene la fecha del pasado 5 de octubre. Sokolija tiene el vientre destrozado por la bala de un francotirador. Fue herido el 3 de agosto y desde entonces su familia est¨¢ tratando de llevarlo al Universitatsspital de Zurich. Incluso se ha abierto una cuenta bancaria en Suiza para pagar las operaciones que requerir¨¢ el intento de reconstruirle los intestinos. La familia del joven dice que todav¨ªa no ha recibido res puesta de Zagreb.
Tres casos que ilustran la situaci¨®n de centenares de heridos y enfermos de Sarajevo S¨®lo en el hospital Kosevo hay cerca de 200 pacientes que necesitan ser evacuados. Seg¨²n los m¨¦dicos, 30 son ni?os.
En la capital bosnia, bajo implacable asedio serbio desde hace seis meses, las posibilidades de salvaci¨®n son remotas Lo que es peor, se ahogan en una sopa de letras. La evacuaci¨®n de enfermos y heridos es imposible.
Primero se necesita que m¨¦dicos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), la oficina especializada de la ONU con sede en Washington, certifiquen individualmente los casos de vida o muerte. La evacuaci¨®n en s¨ª es tarea del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR). La trampa est¨¢ en que ninguna de las dos organizaciones tiene representantes en Sarajevo. Los pocos enfermos y heridos que han logrado salir lo han hecho en operaciones improvisadas emprendidas por Unicef y la Alta Comisar¨ªa de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Mik Magnusson, portavoz y principal funcionario pol¨ªtico de las Unprofor en Sarajevo, define la situaci¨®n en cuatro palabras: "Es una aut¨¦ntica verg¨¹enza" Y no hay ni una sola se?al alentadora.
Retirada de la Cruz Roja
Seg¨²n Unprofor, la OMS no tiene fecha para enviar una delegaci¨®n a Sarajevo. El CICR se retir¨® en mayo pasado tras la muerte de Maurice Frederick, un voluntario de 40 a?os asesinado por un francotirador.
En Unprofor ya se ha perdido la cuenta del n¨²mero de solicitudes de evacuaci¨®n. Son millares. "Necesitamos desesperadamente la presencia del CICR y la OMS", dice Magnusson. "Los necesitamos con urgencia para lidiar con la cuesti¨®n del canje de prisioneros de guerra y para que se haga algo, lo que sea, por los heridos y enfermos", insiste con indignaci¨®n.
Al menos siete aviones parten de la asediada capital bosnia cada d¨ªa. Siempre vac¨ªos. Los hospitales, en cambio, se siguen llenando.
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