El miedo atenaza a los afectados por el 'caso Ardystil'
"Tengo miedo. S¨®lo quiero curarme", dice entre toses Rebeca, una alcoyana de 17 a?os que trabaj¨® seis meses en la empresa de aerografiado Ardystil, en Cocentaina (Alicante).Rebeca trabaj¨® con Yovana Gonz¨¢lez, fallecida en mayo v¨ªctima de una extra?a fibrosis pulmonar que se ha cobrado ya cinco vidas, mantiene hospitalizadas a cuatro personas y atrapados en la angustia a otros 50 afectados. Todos eran trabajadores del sector de la aerograf¨ªa textil en las comarcas alicantinas de L'Alcoi¨¤ y El Comtat, y todos ven su futuro amenazado por la triple inc¨®gnita de una enfermedad laboral, que no viene en los libros, para la que no hay, de momento, tratamiento resolutivo y de la que se desconocen sus causas y su evoluci¨®n.
Hasta hace una semana, la mayor¨ªa de los afectados por el denominado s¨ªndrome Ardystil no ten¨ªan excesivo miedo a la enfermedad. La ve¨ªan como algo lejano y apenas cre¨ªan que pudiera cobrarse m¨¢s v¨ªctimas.La muerte fulminante de Andr¨¦s M¨¦ndez y Milagros Lucas, el viernes y lunes pasado, respectivamente, ha cambiado radicalmente esta visi¨®n. "Conoc¨ªa a Andr¨¦s, era fuerte como una pica y no estaba entre los graves. Cuando supe lo que le ocurri¨® me entr¨® el p¨¢nico", se?ala Mercedes, afectada de 22 a?os, que ha trabajado, cuatro a?os en la aerograf¨ªa textil.
Los m¨¦dicos y las autoridades sanitarias no pueden ocultar su desconcierto, aunque evitan el pesimismo e insisten en que los afectados se encuentran en situaci¨®n estable. "Se trata de una enfermedad nueva, de la que no hay relaciones cl¨ªnicas anteriores y de la que se desconoce su evoluci¨®n", indica el director del ¨¢rea de Salud de Alcoy, Pepe Fenollar, uno de los m¨¦dicos m¨¢s implicados en el seguimiento de los enfermos. Los facultativos reconocen que la enfermedad tiene una fase silenciosa en la que no aparecen s¨ªntomas de gravedad. "Hay quien, sin explicaci¨®n aparente, ha evolucionado mal, hasta morir", dice Fenollar.
La viuda de Andr¨¦s M¨¦ndez, con l¨¢grimas en los ojos y voz iracunda, arremete contra los m¨¦dicos: "Todo me da igual; hemos escarmentado. Mi marido era un t¨ªo alto y fuerte. En el hospital me lo mataron en tres semanas". M¨¦ndez, empleado de Aerom¨¢n, es el ¨²nico fallecido que no trabaj¨® en Ardystil.
Ocho productos bajo sospecha
La causa de este mal, ¨²nico en el mundo, sigue sin aclararse. Las 30 sustancias empleadas en la aerograf¨ªa textil est¨¢n homologadas. Las investigaciones en curso apuntan a que la enfermedad se debe a la inhalaci¨®n de la mezcla de los productos empleados al pintar las telas, de ah¨ª que la afecci¨®n se cebe en los pulmones. El Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa ha reducido a ocho la cifra del sustancias supuestamente nocivas. "Hasta que no se detecte el agente causal no habr¨¢ tratamiento resolutivo", indic¨® Fenollar.
"Prefiero no hablar, prefiero no pensar en la enfermedad. Es que me pongo muy nerviosa y tengo mucho miedo", dice Eunice, de 19 a?os, desde su cama del hospital de Alicante. Eunice, presa del nerviosismo, est¨¢ pasando la revisi¨®n y, al igual que el resto de sus compa?eros de hospital, teme por su salud y conf¨ªa en los m¨¦dicos que la atienden.
"Confiamos en que el tratamiento permita sacar del peligro a los pacientes, pero esto es algo imprevisible, ya que la enfermedad ha sido causada por un producto desconocido", indica Fenollar. El consejero de Sanidad, Joaqu¨ªn Clomer, ha advertido a los afectados del peligro que entra?an las afecciones estacionales, como los catarros y gripes.
A falta de un tratamiento resolutivo, a los enfermos se les administra, en una primera fase, corticoides, un medicamento que reduce la inflamaci¨®n en los pulmones. "Cuando la enfermedad evoluciona desfavorablemente empleamos inmunosupresores", a?ade el m¨¦dico. Las tres personas hospitalizadas en Alicante respondieron, seg¨²n los m¨¦dicos, negativamente a la medicaci¨®n.
El s¨ªntoma m¨¢s com¨²n de esta patolog¨ªa es la tos. En una fase posterior aparece la disnea (dificultad en la respiraci¨®n). "Es la sintomatolog¨ªa propia de cualquier fibrosis pulmonar, la diferencia es que el empeoramiento puede ser repentino", afirma Federico Villagrasa, coordinador de los centros de salud comunitaria del ¨¢rea de Alcoy y Cocentaina, donde se ha registrado la totalidad de los casos. Ninguno de los 50 afectados que permanecen en sus casas ha logrado el alta. "El desgaste moral es irresistible. La evoluci¨®n de algunos pacientes desmoraliza a los m¨¦dicos", reconoce Villagrasa.
La Consejer¨ªa de Sanidad se ha volcado en investigar y tratar esta nueva enfermedad. Doscientas treinta y una personas relacionadas con el sector de la areograf¨ªa textil han sido minuciosa mente examinadas. Los afectados, que cuentan con una red de apoyo psicol¨®gico y psiqui¨¢trico, pasan peri¨®dicamente revisiones de dos d¨ªas en el,hospital de referencia de Alicante.
Pero el origen de la infecci¨®n va m¨¢s all¨¢ de la qu¨ªmica. Uno de los factores asociados a la enfermedad reside en el propio contexto laboral en que se desarrolla: un escaparate de la econom¨ªa sumergida. "A m¨ª me tuvieron un a?o trabajando en Aerom¨¢n sin contrato. As¨ª est¨¢bamos muchas compa?eras", relata Mercedes, de 22 a?os. En la comarca de L'Alcoi¨¤, el ¨ªndice de desempleo es superior en dos puntos a la media espa?ola.
"A m¨ª me despidieron despu¨¦s de que viniesen los sindica tos y nos explicasen cu¨¢les eran nuestros derechos. Nosotras pe dimos las medidas de higiene. El jefe empez¨® tirando a los que no ten¨ªan contrato y luego a los eventuales", recuerda una de las afectadas.
"El ambiente de las f¨¢bricas estaba cargado y produc¨ªa ahogos. Nosotras ¨ªbamos al m¨¦dico y nos dec¨ªan que ten¨ªamos dolores de cabeza o que fum¨¢bamos mucho. Jam¨¢s pensamos que fuese tan grave", explica Maite Vidal, de 24 a?os, empleada de Aerotex y Ardystil.
"No es casual que la mayor¨ªa de los afectados sean muchachas j¨®venes. Son las que m¨¢s dedicaci¨®n pon¨ªan. Al depender de la demanda, a veces ten¨ªan que trabajar hasta 16 horas seguidas. En esas condiciones, la gente, por comodidad, se quitaba la mascarilla", se?ala el consejero de Sanidad de la Generalitat valenciana.
"Para m¨ª, la culpa de todo esto la tienen los empresarios y la Administraci¨®n. No han mirado por nosotros", sentencia Mercedes, que, como el resto de afectados, no ver¨¢ la luz en el horizonte "hasta que [los m¨¦dicos] descubran la causa de la enfermedad".
Empresas submarino
Caso, s¨ªndrome o enfermedad. Acompa?ada de estas palabras, la peque?a f¨¢brica de Cocentaina ha conseguido que su nombre, Ardystil, alcance la fama. Cuatro de los cinco fallecidos por la enfermedad trabajaron en ella. Y de los 58 empleados que sudaron bajo su techo, 22 est¨¢n afectados por el extra?o mal. Una concentraci¨®n que la Administraci¨®n achaca al p¨¦simo estado de sus instalaciones. All¨ª, recuerdan las afectadas, la rutina de estampar, fijar y secar las telas, se convert¨ªa en una tarea insana. "Era asfixiante", rememora una de las enfermas. Pero Ardystil no surgi¨® de la nada., Junto a ella se api?an otras siete empresas con trabajadores afectados.Responden a un tipo de econom¨ªa sumergida que ha triunfado en ciertas comarcas de la Comunidad Valenciana: las empresas submarino. Firmas atomizadas, con poco capital social y baja inversi¨®n en infraestructuras, que sobreviven con encargos de empresas mayores. Los contratos eventuales y el paro galopante, disuad¨ªan al trabajador de presentar denuncias. En este contexto, la mano de obra era fundamentalmente femenina y joven.
Los productos de estas f¨¢bricas ten¨ªan gran aceptaci¨®n en el mercado. La precisi¨®n manual no es alcanzable por las m¨¢quinas. Estampados finos para textiles del hogar. Beneficio r¨¢pido. Esta era la mayor parte de su producci¨®n. Y su precio, dec¨ªan, no era excesivo.
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