Tradiciones y s¨ªmbolos

Es dif¨ªcil imaginar que la reina Isabel de Inglaterra y el presidente alem¨¢n, Richard von Weizs?cker, hubieran podido darse la mano en p¨²blico y con m¨²sica solemne. La dificultad no tiene nada que ver con la diferencia entre la cat¨¢strofe de Dresde y la tragedia b¨¦lica de Verd¨²n, ni tampoco se debe a la falta de voluntad de reconciliaci¨®n de una u otra de las partes.Se trata m¨¢s bien de profundas diferencias de mentalidades, no de las personas implicadas, sino de esas mentalidades que arraigan en el inconsciente colectivo de los pueblos. Los alemanes tienen, como otros europeos del continente, una tendencia hacia lo simb¨®lico; los brit¨¢nicos, un sentido de la tradici¨®n. ?ste es un contraste que comporta dificultades de entendimiento dif¨ªcilmente superables. (...)

Tales disposiciones dejan tambi¨¦n su impronta en la pol¨ªtica. Los brit¨¢nicos siempre han reaccionado con escepticismo, y muchas veces con desconfianza, frente al simbolismo de la unificaci¨®n europea. (...) En parte, la actual desgracia del primer ministro brit¨¢nico, John Major, se debe a que con su f¨®rmula de que el Reino Unido quer¨ªa estar "en el coraz¨®n de Europa" no s¨®lo ha puesto en tela de juicio -al menos verbalmente- una de las bases tradicionales de la pol¨ªtica europea brit¨¢nica, sino que con este deslizamiento hacia lo simb¨®lico tambi¨¦n ha lesionado el sentido brit¨¢nico para el fr¨ªo c¨¢lculo de intereses. (...)

, 23 de octubre