Un avi¨®n fantasma

Recientemente viaj¨¦ en el vuelo de Iberia Nueva York-Madrid. Ped¨ª un vaso de agua a una azafata y me respondi¨®, textualmente: "Ahora no puedo tra¨¦rselo, estoy haciendo otra cosa". Deb¨ªa tomar una pastilla para combatir el insomnio, pero la aeromoza no me lo permiti¨®. Una se?ora americana que viajaba junto a m¨ª recibi¨® una reprimenda porque no entend¨ªa a la azafata que le ofrec¨ªa algo de beber durante la cena. Un pasajero de segunda fila de turista tuvo que escuchar esto: "Si le atiendo a usted no puedo servir la cena. Elija".Una vez servido el deleznable men¨² y puesta la pel¨ªcula, gran parte de la tripulaci¨®n se meti¨® en el interior de una especie de dormitorio construido con cortinas laterales, situado en la clase preferente. Los pasajeros tocaban el timbre para pedir algo y no los atendieron durante una hora y media. Los con mis propios ojos. Los viajeros de turista se levantaban para servirse, ellos mismos, un vaso de agua en el galley delantero del avi¨®n. Parec¨ªa un avi¨®n fantasma, sin tripulaci¨®n auxiliar.

Las vejaciones que venimos soportando los pasajeros de turista en Iberia claman una soluci¨®n urgente. Se trata de una compa?¨ªa cuyos d¨¦ficit debemos pagar todos los espa?oles. Cuando reclamas, casi nunca contestan, por eso ya nadie se molesta en presentar sus quejas.- Andr¨¦s Chaves.