Almuerzo en Las Ventas
Unos 30.000 socialistas se re¨²nen en Madrid para aclamar a "Felipe y Alfonso"
S¨®lo el palco de Las Ventas se qued¨® ayer vac¨ªo, porque el presidente, el del Gobierno, se hab¨ªa echado a los medios para verse rodeado de sus incondicionales, que reventaban los costuras del coso. Unos 30.000 militantes socialistas (seg¨²n los empleados de la plaza) confluyeron en el ruedo de Madrid para ver y o¨ªr a "Felipe y Alfonso". La mayor¨ªa se hab¨ªa dado un madrug¨®n y una paliza de viaje para pasar el d¨ªa con sus l¨ªderes. A Felisa, una jubilada de Barcelona, todav¨ªa le dol¨ªa la espalda tras 10 horas de viaje, cinco de deambular por Madrid y tres sentada en las gradas del coso. A¨²n le quedaban otras 10 de vuelta a Barcelona, pero s¨®lo se quejaba de una cosa: de la mala calidad del bocadillo de jam¨®n.
Felisa hab¨ªa salido en autob¨²s desde Barcelona a las ocho de la tarde del s¨¢bado. "Si me llaman los mejores, Alfonso y Felipe, y no voy, ?ad¨®nde voy a ir?". Lleg¨® a las seis de la ma?ana, pero a¨²n quedaban cinco horas para que abrieran Las Ventas. "Por la calle de Alcal¨¢ y por los alrededores de la plaza nos encontramos a muchos compa?eros socialistas con sus pancartas y las bolsas de comida", comentaba.Ya con el sol en la calle lleg¨® la banda Chupinazo, encabezada con viento y percusi¨®n por la agrupaci¨®n de Vall d'Uixo (Castell¨®n). Ven¨ªan de la M-30, donde los autobuses quedaron aparcados en fila. "Habr¨¢ unos 200", comentaba un polic¨ªa municipal con los brazos como aspas.
Al mediod¨ªa empezaron los nervios. En la plaza la gente ya empezaba a colocarse mientra la orquesta de salsa alegraba la espera. Cada cual ataba su pancarta como pod¨ªa, para dejar constancia de que all¨ª estaba su agrupaci¨®n: Antas, Orense-Noroeste, Vigo, Benet¨²sser, Benimadet-Mestalla, Ponferrada...
Pantal¨®n de pana
Las 12.45. La orquesta termina con Hay un largo camino par a la libertad y la Joventut Socialista de Catalunya inicia una ola circular. De repente todos los de dos disparan al cielo entre murmullos. "Felipe, r¨ªndete" flamea una pancarta con el s¨ªmbolo de Rumasa arrastrada por un avi¨®n. El aparato da dos pasadas. La tercera la da un helic¨®ptero de la polic¨ªa. Otro revuelo. "Mira, mira, es Alfonso Guerra Oye, lleva pantal¨®n de pana", comenta el militante Antonio L¨®pez. "He cogido el primer AVE pa v¨¦ a Felipe", explica. Antonio es de Sevilla y pide silencio a la una en punto, cuando Te¨®filo Serrano, secretario general de la FSM, sube a la tribuna para dar la bienvenida. Hay un r¨¢pido mutis. Le sigue en el escenario Ram¨®n Rubial, presidente del PSOE. Una creciente bronca levanta en toda la plaza el mismo comentario: "?Qu¨¦ pasa?". Rubial lo, explica: "Los compa?eros de detr¨¢s del escenario piden que se desmonte este mamotreto para poder ver". El mamotreto es un decorado de madera con el lema de la celebraci¨®n de los 10 a?os de Gobierno socialista: La fuerza del futuro. Antonio protesta: "No me gusta nada. Esa ca¨ªda es un s¨ªmbolo"
Las 13.30. Rubial abandona el ecenario y suena m¨²sica de apoteosis. Alfonso Guerra sube y da una vuelta al ruedo sobre el tablao. "Dales ca?a, Alfonso", le espetan. "No, que se ponen nerviosos", replica, pero al final les incendia con su verbo. De nuevo suena la m¨²sica y entra Gonz¨¢lez. Guerra le espera para darle un abrazo cort¨¦s y el presidente empieza su pausado hablar de 64 minutos. Dan las tres de la tarde y la gente decide comer y las aclamaciones bajan durante el almuerzo colectivo. Ven al presidente algo serio, y comentan: "Felipe es como Butrague?o; es un genio y tiene formas, pero se ha hecho mayor y es m¨¢s serio. Al Gobierno le pasa como al Real Madrid. Hace falta que vuelva Guerra para que juegue mejor, Como ha pasado con Mart¨ªn V¨¢zquez". El p¨²blico cant¨® el Cumplea?os feliz a Rubial al anunciar Gonz¨¢lez que el 28 de octubre, cuando se cumplen 10 a?os de Gobierno, el presidente del PSOE cumplir¨¢ 86 a?os. Y a cada duda de Gonz¨¢lez, una respuesta rotunda: "No te vayas", "qu¨¦date" o incluso, como exclam¨® una asistente: "Dar¨ªa la vida por ti". Y en eso acab¨® el mitin. Gonz¨¢lez sali¨® entre el fervor del p¨²blico, que se agolp¨® en una puerta para ver c¨®mo se sub¨ªa en el coche. Al rato, un polic¨ªa comenta: "El presidente ya estar¨¢ en Moncloa". Y Felisa regresa a Barcelona. Le quedaba un viaje hasta la madrugada.
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