V¨ªa r¨¢pida, hacia el fascismo

Europa occidental se enfrenta a la amenaza de una recesi¨®n econ¨®mica, cada vez m¨¢s parecida a la Gran Depresi¨®n, que la mayor¨ªa de la gente pensaba que no iba a conocer sino en los libros de historia. El desempleo, a escala desconocida desde los a?os treinta, amenaza a una regi¨®n que tan s¨®lo hace unos a?os era sin¨®nimo de prosperidad.Existe el temor creciente de que el fracaso de la clase pol¨ªtica europea en resolver esta crisis alimentar¨¢ los extremismos, como ocurri¨® hace 60 a?os. La cola del paro es la mejor forma del fascismo para reclutar. (...) Las nuevas democracias son d¨¦biles; Italia, pr¨¢cticamente ingobernable; en Francia, el Frente Nacional de Le Pen gana apoyos, y en Alemania, los ataques brutales a inmigrantes constituyen un recuerdo s¨®rdido del pasado nazi.

Esto no significa que Europa se tenga que enfrentar necesariamente a un futuro de intolerancia y violencia. ( ... ) Pero el fascismo puede convertirse en una potente fuerza pol¨ªtica si los dirigentes europeos olvidan la lecci¨®n de los a?os treinta y no act¨²an de consuno para revitalizar sus econom¨ªas enfermas. Los ministros de finanzas de la Comunidad Europea, que controlan las econom¨ªas m¨¢s pr¨®speras del mundo, deben comprometerse a llevar a cabo una reducci¨®n planificada de los tipos de inter¨¦s y una estrategia de crecimiento. ( ... ) Si los pol¨ªticos no quieren entenderlo, los ciudadanos europeos deben obligarles a ello.

22 de octubre