Ser 'golpista' en Guinea
Cuatro veh¨ªculos de desecho bastan para acusar de sedici¨®n a un empresario valenciano
Salvador Vilarrasa intentaba derrocar el r¨¦gimen de Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, seg¨²n repite incansable la radio oficial del pa¨ªs africano. Armado hasta los dientes con cuatro veh¨ªculos militares inservibles y varios uniformes de campa?a, desembarc¨® la pasada semana en Bata (Guinea) para destituir a Obiang. El detalle de que este empresario valenciano, residente en Guinea desde hace 15 a?os, pasara todos los controles aduaneros para esa importaci¨®n legal de material de desecho parece carecer de inter¨¦s.El moderno armamento hab¨ªa sido comprado, por 350.000 pesetas, en una subasta de material b¨¦lico de desguace celebrada en Holanda. Vilarrasa, de 44 a?os, fue detenido el pasado s¨¢bado en una calle de Bata y desde entonces permanece en la comisar¨ªa sin saber oficialmente de qu¨¦ se le acusa. A pesar del intento de golpe que le atribuyen los medios de comunicaci¨®n guineanos, Vilarrasa pudo ir a su casa, tras la detenci¨®n, para ducharse y cambiarse de ropa. Si no fuera por la grave condena prevista para el presunto delito que se le atribuye, afirma una familiar, "ser¨ªa como para echarse a re¨ªr".
El consulado espa?ol en Bata facilita la comida diariamente a Vilarrasa. Sus amigos pueden visitarle con regularidad y el trato hasta el momento ha sido exquisito, a pesar de los interrogatorios sin abogado. Para tratarse de un enemigo p¨²blico del presidente Obiang, este empresario -casado y con dos hijos- s¨®lo puede quejarse de su privaci¨®n de libertad. Por lo dem¨¢s, el trabajo de golpista en Guinea no destaca por la dureza.
Vilarrasa, dedicado a la exportaci¨®n e importaci¨®n de madera, hab¨ªa comprado el material b¨¦lico de desecho para utilizar las piezas como repuesto en la explotaci¨®n forestal que posee en Guinea con otros empresarios. Uno de sus socios, Santiago Hanna, de origen liban¨¦s, tambi¨¦n est¨¢ detenido, o "retenido", en el lenguaje de los polic¨ªas de Bata, una figura jur¨ªdica quiz¨¢ tambi¨¦n importada.
Adem¨¢s, ayer comenz¨® a sospecharse que dos miembros de la oposici¨®n han sido tambi¨¦n apresados con relaci¨®n al supuesto golpe. Hasta entonces, seg¨²n los medios de comunicaci¨®n del pa¨ªs centroafricano, la oposici¨®n "no hab¨ªa reaccionado". "?C¨®mo iba a reaccionar?", se pregunta una familiar, "si jam¨¢s se ha movido en esos ambientes". "Y eso que alguna vez le quisieron fichar", a?ade.
Vilarrasa march¨® a Guinea tras la quiebra de la importante empresa de maderas que su familia pose¨ªa en Valencia. Sus dos hijos, de 10 y 12 a?os, nacieron en esa ciudad mediterr¨¢nea, donde su mujer se traslad¨® para los partos, pero han vivido algunos a?os en el pa¨ªs centroafricano. Cuando los peque?os llegaron a la edad escolar, la esposa y los hijos se establecieron definitivamente en Valencia, ciudad que Salvador Vilarrasa visita con frecuencia.
Las autoridades guineanas permitieron ayer que el c¨®nsul de Espa?a en Bata, Diego S¨¢nchez Bustamante, est¨¦ presente en los interrogatorios de los dos empresarios detenidos.
Mientras tanto, la radio oficial guineana repite que en los veh¨ªculos importados por el detenido, comprados en una subasta de desechos, hasta se pod¨ªan "instalar metralletas". Lo cierto es que los uniformes ni siquiera inclu¨ªan el casco.
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