El mensajero del cambio, a las puertas de la capital
Bill Clinton vincula su imagen al deseo de aires nuevos de parte de la sociedad de EE UU
La ma?ana del 3 de octubre de 1991, Bill Clinton cubri¨®, por primera vez, su sesi¨®n diaria de jogging rodeado de periodistas que sab¨ªan que unas horas despu¨¦s anunciar¨ªa formalmente su candidatura a la presidencia de Estados Unidos. Desde ese momento, el que entonces era un semidesconocido gobernador de un Estado insignificante no volvi¨® a correr tranquilo. Todas sus energ¨ªas quedaron concentradas en otra carrera, la m¨¢s importante de su vida: la de la Casa Blanca.
Durante 13 meses justos, Clinton ha ido venciendo obst¨¢culos, ganando admiraci¨®n, acumulando esperanzas, superando pesadumbres en la campa?a electoral m¨¢s larga y compleja del mundo. Cuando Clinton mencion¨® su deseo de participar en esa campa?a, George Bush parec¨ªa un rival imbatible. Los grandes l¨ªderes del Partido Dem¨®crata, atemorizados ante la imagen que proyectaba el presidente, hab¨ªan renunciado a jugarse el prestigio en lo que cre¨ªan una misi¨®n imposible. Los dem¨®cratas presentaban un equipo de reservas, entre los que la ¨²nica ventaja de Bill Clinton era que su carisma personal, su fotogenia, su parecido f¨ªsico con John Kennedy, su juventud, le permit¨ªan, al menos, caer simp¨¢tico.En su campa?a, Clinton sorprendi¨®. Demostr¨® consistencia y paciencia. Resisti¨® los m¨¢s duros ataques sobre su vida privada que haya tenido que superar ning¨²n otro candidato presidencial antes; supo encontrar los puntos d¨¦biles de Bush (la econom¨ªa), y fue capaz de vincular su imagen a los deseos de cambio de una parte de la sociedad.
El mayor ¨¦xito de Clinton ha sido convertir lo que se cre¨ªa un paseo militar republicano en lo que parece ser una de las elecciones m¨¢s apretadas de los ¨²ltimos a?os. Su mayor fracaso ha sido el de no haber vencido del todo las dudas sobre sus cualidades personales para ser presidente.
Los grandes momentos de su campa?a fueron los siguientes:
Gennifer Flowers. En enero de este a?o, una publicaci¨®n sensacionalista revel¨® que, a?os atr¨¢s, Clinton hab¨ªa tenido una larga relaci¨®n amorosa extramatrimonial. El candidato lo desminti¨®, aunque reconoci¨® que hab¨ªa conocido a Gennifer Flowers y que hab¨ªa habido momentos dif¨ªciles en su matrimonio.
Vietnam. En febrero, el diario The Wall Street Journal public¨® que Clinton hab¨ªa tratado de evitar el reclutamiento para la guerra de Vietnam en 1969. El periodista Ted Koppel, de la cadena ABC, hizo p¨²blica, unos d¨ªas despu¨¦s, una carta del propio Clinton, con fecha de ese a?o, que demuestra que el entonces estudiante en Oxford estaba preocupado por las consecuencias que podr¨ªa tener en su carrera pol¨ªtica su intenci¨®n de evitar ir a la guerra. M¨¢s tarde se supo que, durante sus a?os en Oxford, Clinton hab¨ªa participado -incluso organizado- actos de protesta contra la participaci¨®n norteamericana en ese conflicto.
Primarias de Hew Hampshire. Clinton lleg¨® a esas primarias, el 18 de febrero, muy debilitado por los dos esc¨¢ndalos anteriores. Perdi¨® frente a Paul Tsongas y a punto estuvo de verse obligado a abandonar la carrera electoral, pero sigui¨® adelante porque obtuvo un honorable segundo puesto, s¨®lo ocho puntos por detr¨¢s, un resultado mejor del esperado. Si Clinton gana ma?ana, ser¨¢ el primer candidato de la historia que llega a la Casa Blanca despu¨¦s de haber sido derrotado en New Hampshire.
Primarias de Nueva York. La credibilidad de Clinton estaba muy baja en la fecha de esas primarias, 7 de abril, a pesar de los ¨¦xitos anteriores del candidato dem¨®crata en los Estados del sur y del medio oeste. En las v¨ªsperas, un nuevo esc¨¢ndalo afect¨® a Clinton: en su juventud hab¨ªa fumado marihuana. Clinton explic¨®, torpemente, que hab¨ªa probado esa droga, pero sin inhalar. Aunque gan¨® las primarias, el hecho de que Tsongas, que ya se hab¨ªa retirado, obtuviese casi un 30% de los votos dej¨® muchas sombras sobre las posibilidades de Clinton.
Primarias de California. Fueron las elecciones que concedieron a Clinton el t¨ªtulo de candidato propuesto por el partido, pero no fue un momento glorioso para ¨¦l. Gan¨® por s¨®lo un 8% de ventaja sobre Jerry Brown; el millonario tejano Ross Perot hab¨ªa ya entrado en la campa?a y hab¨ªa captado toda la atenci¨®n de la prensa, lo que, unido a las dudas sobre Clinton, hizo que su victoria pasase casi inadvertida.
Convenci¨®n dem¨®crata. La reuni¨®n en el Madison Square Garden de Nueva York en julio fue, por fin, la oportunidad del ¨¦xito para Clinton. Consigui¨® el respaldo de todo el partido para su programa centrista. Su popularidad creci¨® tan vertiginosamente como crec¨ªa el descontento hacia Bush. Sorprendido por su ascenso, Perot abandon¨® la campa?a.
El apoyo de la prensa. A lo largo del mes de septiembre, la prensa se centr¨® en destacar las virtudes de Clinton, de quien se comenzaba a hablar como el probable pr¨®ximo presidente.
Los debates. El candidato dem¨®crata ray¨® a gran altura en los tres debates electorales, aunque en el ¨²ltimo de ellos dej¨® la iniciativa a Bush, que consigui¨® resucitar las dudas sobre la fiabilidad de Clinton.
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