Un tobog¨¢n entre el olvido y la gloria
Los sondeos de opini¨®n se han convertido en el term¨®metro pol¨ªtico m¨¢s observado en un a?o electoral. Los candidatos suben y bajan en las encuestas como en un tobog¨¢n que les precipita al olvido o les eleva hacia la gloria, mientras los analistas despliegan todo tipo de sutiles argumentos para explicar una s¨²bita ca¨ªda o justificar un arrollador avance. Los cr¨ªticos dicen que la gente cree tanto en los sondeos, convertidos en noticia, que ¨¦stos, m¨¢s que reflejar la opini¨®n, la cambian, sobre todo en una campa?a electoral tan larga como la de Estados Unidos, que dura cerca de nueve meses.El gr¨¢fico de los sondeos de las elecciones presidenciales norteamericanas refleja una trayectoria descendente para el presidente George Bush que pas¨¦, en los cuatro meses que van de abril a agosto, de ser un c¨®modo l¨ªder a encontrarse a m¨¢s de 15 puntos de su rival dem¨®crata. Su descenso en los sondeos coincide con la opini¨®n generalizada de que es incapaz de mejorar la gesti¨®n econ¨®mica y con el hecho de sufrir los ataques del Partido Dem¨®crata, del ala derecha de su partido y del independiente Ross Perot. Bush consigui¨® detener su ca¨ªda en agosto, tras ser confirmado como candidato por la convenci¨®n republicana. A partir de ah¨ª sube en los sondeos, pero el impulso es breve y vuelve a desfallecer en octubre. La proximidad de la derrota da nuevas fuerzas a su campa?a y le acerca, en los ¨²ltimos d¨ªas, al candidato dem¨®crata.
Bill Clinton, que tuvo que pasar la selecci¨®n de las elecciones primarias entre los candidatos dem¨®cratas, era en febrero, al comienzo de campa?a, un candidato sin demasiado peso. Su lanzamiento ante la opini¨®n p¨²blica norteamericana coincide con la convenci¨®n del Partido Dem¨®crata que lo catapulta, junto a su candidato a la vicepresidencia, Al Gore, al estrellato pol¨ªtico y lo sit¨²a a la cabeza de todos los sondeos de opini¨®n. Desde julio, Clinton no ha abandonado la primera posici¨®n en los sondeos, aunque en los ¨²ltimos d¨ªas la agresiva campana republicana consigui¨® acortar distancias.
El caso del independiente Ross Perot, el multimillonario tejano, es m¨¢s at¨ªpico. Perot, sin partido pol¨ªtico que lo respalde, irrumpe en la pol¨ªtica norteamericana y consigue unos resultados espectaculares en los sondeos de opini¨®n, donde llega a estar en cabeza a finales de junio. Su estrella, sin embargo, se apaga de repente cuando anuncia inesperadamente, el 16 de julio, que se retira de la carrera electoral. A su regreso, el 1 de octubre, su apoyo se ha reducido a la tercera parte, pero su comportamiento en los debates presidenciales y su masiva campa?a de televisi¨®n le llevan a alcanzar un 20% de intenci¨®n de voto a dos semanas del final. Su imagen se deteriora, sin embargo, en la ¨²ltima semana, y queda con una intenci¨®n de voto en torno al 15%.
La situaci¨®n final se presenta abierta seg¨²n los sondeos, que conceden una diferencia de entre 3 y 6 puntos a Bill Clinton sobre George Bush. Ello pone a cubierto a las empresas de sondeos frente a la victoria de cualquiera de los dos, ya que el margen de error de los sondeos es de un 3%. Salvo en el caso de una victoria de Ross Perot, siempre habr¨¢ una explicaci¨®n cient¨ªfica para el resultado, sea ¨¦ste una victoria dem¨®crata o republicana.
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