Regreso bald¨ªo
Dicen los aficionados a la m¨²sica amparada bajo el misterioso t¨¦rmino fusi¨®n, que no debe ser enjuiciada con los mismos criterios que el jazz. Por otra parte, las hojas de promoci¨®n que acompanan al disco Return of the Brecker Brother, proclaman con sospechoso triunfalismo que la esperada reuni¨®n de los herinanos Brecker promete ser el evento jazz¨ªstico del. a?o. No queda claro si la fusion aspira a ser rama del jazz o matorral aparte, y parece que el caso es despistar y camuflarse para eludir la comparaci¨®n. Con callarlo est¨¢ dicho: la fusi¨®n y el jazz son modos de entender la m¨²sica separados, no s¨®lo por el resultado final, sino por los prop¨®sitos iniciales. Hay Jazz malo y hay jazz bueno, como tambi¨¦n hay buena fusi¨®n y fusi¨®n deleznable. Pero el jazz se sustenta en piedras, que la fusi¨®n arroja lejos, sobre todo si le suponen alguna merma en sus intereses particulares.Los hermanos Brecker, viejos abanderados de la fusi¨®n han vuelto cuando se cumplen los d¨¦cimos aniversarios de su separaci¨®n y de la fundaci¨®n del sello que les ha grabado su disco de reencuentro. Han elegido el momento y, ante la coyuntura, se encuentran con que no tienen nada nuevo que decir. Por separado, Randy ha participado en multitud de iniciativas de toda ¨ªndole sin terminar de sacudirse la fama de solista insulso, y Michael, piropeado por ciertos sectores, como el saxofonista tenor m¨¢s influyente desde John Coltrane, se ha embarcado en giras mastod¨®nticas junto a Paul Simon, en las que seg¨²n cuenta, ha aprendido mucho de los m¨²sicos africanos.
The Breeker Brother's Band
Michael Brecker (saxo tenor y EWI), Randy Brecker (trompeta), Michael Stem (guitarra), George Whitty (teclados), James Genus (bajo) y Dennis Chambers (bater¨ªa). Carpa de Conde Duque. Madrid, 4 de noviembre.
Ahora sabe distinguir la m¨²sica de Senegal de la de Carner¨²n, lo que no es ¨®bice para que toque el saxof¨®n tenor igual que con enorme fluidez, gran dominio arm¨®nico, taca?er¨ªa mel¨®dica y pertinaz tendencia a ponerlo estridente a la menor insinuaci¨®n. Maneja tambi¨¦n con soltura el c¨¦lebre EWI, un juguete impersonal que, a parte de no hacer nada que no pueda hacer mejor un teclado, elimina de un plumazo todo el m¨¢gico misterio que encierran los saxofones tradicionales. Randy es m¨¢s primitivo, aunque ha desarrollado un sofisticado sistema para construir largos solos sobre la nada absoluta.
M¨¢s interesante que los dos hermanos juntos resulta Michael Stern guitarrista escogido por Miles Davis para su ¨²ltimo regreso y especie de cruce entre Pat Metheny, John Scofield y los incisivos punteadores psicod¨¦licos. Su mayor habilidad consiste en acabar los solos muchas millas m¨¢s all¨¢ del cl¨ªmax, aunque hallan empezado en un puro susurro. Un teclista poco imaginativo, un bajista correcto y un bater¨ªa todo energ¨ªa, ayudan a los Brecker a insistir en la f¨®rmula trasnochada que ya frecuentaban antes de separarse. Entonces ?por qu¨¦ la reuni¨®n?
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