El Madr¨ªd sube su cotizaci¨®n en Treviso
Suben las acciones blancas en la bolsa de valores europeos. El Real Madrid present¨® su candi datura de una forma m¨¢s practica que brillante, pero hay escenarios donde el pico y la pala son m¨¢s ¨²tiles que los trabajos lucidos. Rescatando del ba¨²l de los recuerdos un juego coherente y s¨®lido, limitando los efectos de su habitual incontinencia a la hora de regalar balones (esta vez fueron 15) y con una inteligente direcci¨®n desde la banda, los madrile?os se lleva ron los puntos y sobre todo la seguridad que siempre da un triunfo en Italia.El Madrid se movi¨® siempre con un norte impuesto desde el banquillo, donde Clifford Luyk hizo de avispado corredor bols¨ªstico (una de sus aficiones) colocando sus opciones en lugares y momentos donde pudiesen dar el m¨¢ximo rendimiento. La mayor¨ªa de sus movimientos fueron provechosos, terminando por llevarse el premio gordo, la victoria.
El potencial del Benetton se basa en dos jugadores, Kukoc y Teagle. El primer intento para su limitaci¨®n consisti¨® en invertir las leyes f¨ªsicas y poner al alto (Cargol) con el bajo (Teagle) y viceversa (Santos con Kukoc). No sali¨® bien, pero el reajuste provocado por la salida de Biriukov puso las cosas en su sitio. El juego era espeso como la lava, a punto ambos conjuntos del colapso ofensivo total (14-12, minuto 10).
Luyk fue el encargado de fundir los plomos a sus rivales antes de caer en la propia ce guera con una zona que apag¨® las luces del Benetton durante cinco minutos y centro definitivamente a sus jugadores. El mando y ritmo del partido fue blanco desde ese momento hasta el final del partido, a excepci¨®n de los primeros diez minutos del segundo tiempo, cuando Kukoc decidi¨® tomar el mando del encuentro.Y lo hizo al estilo NBA, o lo que es lo mismo, al estilo de los grandes como Magic, Jordan o Pippen. Se colocaba en la posici¨®n de base, reclamaba el bal¨®n, sus compa?eros le dejaban espacio y ¨¦l hac¨ªa de su capa un sayo. Ahora la meto yo, ahora se la doy a Rusconi para que machaque, ahora veo que est¨¢ desmarcado Teagle y se la regalo para que la meta. Sus mejores momentos coincidieron con la cuarta falta de Brown, la tercera de Sabonis y el tambaleo de la estructura blanca (56-55, minuto 34), mantenida a duras penas gracias a varios contragolpes rematados espectacularmente por un Cargol en un buen d¨ªa.
Luyk volvi¨® a echar cemento antes del derrumbe de su equipo. Devolvi¨® a Brown a la cancha despu¨¦s de unos minutos de reflexi¨®n, puso tres bajos en el exterior (Ant¨²nez, Biriukov y Santos) y retorn¨® a la zona. Sin dejarse llevar por la amenaza de quiebra, el bal¨®n circul¨® con sentido, Sabonis hizo de v¨¦rtice, Brown reapareci¨® con dos providenciales canastas y Biriukov puso la necesaria valent¨ªa en los momentos oportunos.Sin errores
Esta vez no hubo errores salvo un pase de Ant¨²nez que estuvo a punto de provocar un infarto en el banquillo madridista. Los dos ¨²ltimos uno m¨¢s uno (Biriukov y Sabonis) fueron cuatro puntos, e incluso evitaron que los desesperados jugadores de Peter Skansi les hiciesen falta personal en los ¨²ltimos segundos, ya con el marcador definitivo (65-66). Tama?a demostraci¨®n para un equipo que no suele gozar de un buen raciocinio en lo instantes supremos merec¨ªa el premio conseguido en la complicada visita a Italia.Segunda victoria del Real Madrid, que no decide nada pero supone cargar las baterias para futuros compromisos. Si la prestancia y saber estar mostrados en Treviso se convierten en una costumbre, sus acciones conseguir¨¢n una cualidad de la que han adolecido en sus ¨²ltimos tiempos: estabilidad. Los a?os de experiencia de Clyfford Luyk con el Wall Street Journal en la mano est¨¢n empezando a surtir efecto.
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