Mitterrand habla
FRANCIA SE ha acostumbrado a escuchar cuando su presidente habla. El viejo estadista mantiene intacta la tradici¨®n de histrionismo inaugurada con galanura por el general De Gaulle hace, tres d¨¦cadas. Es un h¨¢bito que cuadra bien a la V Rep¨²blica. ?Y a una sexta tambi¨¦n? Eso, al menos, era lo que estaba impl¨ªcito en la entrevista que el presidente concedi¨® el pasado lunes a la televisi¨®n francesa: la trasformaci¨®n de la rep¨²blica mediante unos cambios en la Constituci¨®n de 1958 que modificar¨ªan el funcionamiento del Estado y que, acercando el poder a los ciudadanos, lo har¨ªan m¨¢s transparente y m¨¢s responsable.Las declaraciones de Mitterrand respond¨ªan a dos motivos diferentes. Por una parte, tras las angustias proporcionadas por el refer¨¦ndum sobre la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht y por el mal estado de salud del jefe del Estado, los franceses esperaban que ¨¦ste saliera a la palestra para- someterse a su escrutinio y reanudar el contacto en el que es tan h¨¢bil. El presidente no hab¨ªa hablado desde que, en v¨ªsperas del refer¨¦ndum, respondiera con brillantez a las preguntas de 10 franceses sobre Maastricht. Ganada la consulta, y superada la operaci¨®n de c¨¢ncer de pr¨®stata, se esperaba que en la comparecencia propondr¨ªa que el largo mandato presidencial sea reducido de siete a cinco a?os. Y que de paso tendr¨ªa la elegancia de anunciar su dimisi¨®n. Mitterrand ha dicho que vale lo de reducir el mandato presidencial, pero no el suyo.
La segunda raz¨®n por la que Mitterrand aparec¨ªa en televisi¨®n era para responder con propuestas firmes al, estado de desmoralizaci¨®n pol¨ªtica en que se encuentra Francia. Un esc¨¢ndalo detr¨¢s de otro de la clase pol¨ªtica, el desgaste de 10 a?os de poder -en los que el frente interior ha sido todo menos un camino de rosas- y la resaca de un refer¨¦ndum sobre Europa cuyos efectos divisorios han alcanzado de lleno al Partido Socialista, tienen a ¨¦ste y al Gobierno que sustenta contra las cuerdas. Se da por hecho que, en las elecciones legislativas del pr¨®ximo mes de marzo, la derecha barrer¨¢ a los socialistas del Gobierno, y ni siquiera la magia del presidente ser¨¢ capaz de deshacer el entuerto. As¨ª, la derecha heredar¨¢ la reforma constitucional que, por pura mec¨¢nica, no puede ser sometida a refer¨¦ndum antes de los comicios.
La ¨²ltima exhibici¨®n de cinismo de la clase pol¨ªtica ha sido el esc¨¢ndalo de la sangre contaminada de sida. Los antiguos miembros del Gobierno responsables en ¨²ltima instancia (el ex primer ministro Fabius, la ex ministra de Asuntos Sociales y el ex secretario de Estado de Sanidad) han salido hasta ahora indemnes del asunto. Frente al clamor popular por su castigo, Mitterrand sugiri¨® que en lo sucesivo la reforma constitucional facilitar¨ªa la acci¨®n de la jurisdicci¨®n ordinaria contra los aforados. Y mientras llega ofreci¨® a los diputados que voten para llevar a los responsables pol¨ªticos del asunto de la sangre contaminada a la alta corte prevista al efecto. Viejo zorro, se cuid¨® de recordar que el procedimiento es complicado y que jam¨¢s ha sido utilizado, y que, de todos modos, el Parlamento es un ¨®rgano conocido por su afici¨®n a perdonarse las faltas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.