La fiscal¨ªa brasile?a pide el procesamiento de Collor
El fiscal general de la Rep¨²blica, Ar¨ªstides Junqueira Alvarenga, se dispon¨ªa ayer a pedir al Supremo Tribunal Federal de Brasil el procesamiento del presidente Fernando Collor de Mello por los delitos de soborno, cohecho, prevaricaci¨®n y, probablemente, asociaci¨®n para delinquir. Junqueira acusar¨¢ a otras nueve personas, entre ellas el empresario Paulo C¨¦sar Far¨ªas y el ex secretario particular del presidente, el abogado Claudio Vieira.
Este procedimiento penal se abre cuando el mandatario brasile?o lleva suspendido de sus funciones desde el 9 de septiembre, ya que debe responder tambi¨¦n a un juicio pol¨ªtico por corrupci¨®n.En su alegato, el fiscal, bas¨¢ndose en los resultados de una exhaustiva investigaci¨®n policial, acusa al presidente suspendido de estar estrechamente vinculado a la organizaci¨®n clandestina montada por Far¨ªas para la pr¨¢ctica de cohecho, soborno, extorsi¨®n a empresarios y evasi¨®n de divisas.
La documentaci¨®n que Junqueira env¨ªa al Supremo Tribunal Federal incluye tambi¨¦n lo que la prensa local llam¨® un "corruptograma", un diagrama que ilustra el flujo de millones de d¨®lares desde 25 empresas, muchas de ellas contratistas de obras p¨²blicas, hacia los bolsillos del presidente de la Rep¨²blica, previo paso por la organizaci¨®n de Far¨ªas.
Una vez la acusaci¨®n entre en el Supremo Tribunal Federal, su, presidente, Sidney S¨¢nchez, deber¨¢ pedir a la C¨¢mara de Diputados una autorizaci¨®n para procesar al mandatario, quien, a pesar de estar separado de su cargo, mantiene el derecho de responder ante un fuero especial.
El juicio pol¨ªtico por corrupci¨®n contin¨²a desarroll¨¢ndose en el Senado, donde la posici¨®n de Collor es cada vez m¨¢s fr¨¢gil. En los medios pol¨ªticos de Brasilia se considera inevitable la destituci¨®n del mandatario. Fuentes parlamentarias se?alan que Collor de Mello cuenta apenas con el apoyo de cuatro o cinco de los 81 senadores, y consideran que el juicio pol¨ªtico terminar¨¢, probablemente, a finales del mes de diciembre.
Mientras tanto, el presidente interino, Itamar Franco -con fama de pol¨ªtico intachable, pero gris-, parece dispuesto a dar una abrupta marcha atr¨¢s en la pol¨ªtica de liberalismo econ¨®mico que hab¨ªa adoptado Collor de Mello, y prestar m¨¢s atenci¨®n en su gesti¨®n a los problemas sociales de Brasil. Franco, que considera que el pa¨ªs est¨¢ "al borde de una convulsi¨®n social", ha criticado la prolongada estrategia recesiva de Collor, empe?ado en el combate contra la inflaci¨®n, y ha advertido sobre sus consecuencias en materia de desempleo, que ha aumentado sin cesar, durante los ¨²ltimos a?os. "El tejido social puede sufrir problemas grav¨ªsimos, puede estallar", advirti¨® recientemente el presidente interino.
Amplia base parlamentaria
Franco cuenta con la ventaja inicial de una base parlamentaria de amplitud sin precedentes en Brasil, forjada durante la investigaci¨®n legislativa que condujo al juicio pol¨ªtico de Fernando Collor de Mello.El mandatario provisional form¨® su Gobierno con pol¨ªticos de todos los partidos importantes, desde el banquero conservador Jos¨¦ Eduardo de Andrade Vieira, ministro de Industria y Comercio, hasta el ex candidato comunista a la presidencia de Brasil, Roberto Freire quien hoy es el jefe del grupo parlamentario gubernamental en la C¨¢mara de Diputados.
El nuevo Gobierno intenta, aprovechar este amplio apoyo para poner en marcha una reforma tributaria que le permitir¨ªa enjugar el d¨¦ficit cr¨®nico de las cuentas p¨²blicas brasile?as. Quiere tambi¨¦n acabar con la inflaci¨®n, que llega al 25% al mes, y poner en marcha nuevos programas sociales. La reforma tributaria, que ya ha suscitado algunas escaramuzas en el seno del Gabinete, consiste b¨¢sicamente en la adopci¨®n de un impuesto a las transacciones financieras, que gravar¨ªa todas las operaciones con choques y permitir¨ªa recaudar unos 16.000 millones de d¨®lares (alrededor de 1,7 billones de pesetas) al a?o.
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