Fabius, resignado a probar su "inocencia" ante el Alto Tribunal por las transfusiones con sida
"Soy inocente y, puesto que me veo obligado a probar que lo soy, no tengo otra soluci¨®n que comparecer ante el Alto Tribunal de Justicia". Con estas palabras, Laurent Fabius, primer ministro socialista de Francia en 1984 y 1985, arroj¨® anoche la toalla y acept¨® ser juzgado por su presunta responsabilidad en el esc¨¢ndalo de la contaminaci¨®n con el virus del sida de millares de hemof¨ªlicos. Un drama, dijo Fabius, que tambi¨¦n se registr¨® a mediados de los ochenta en pa¨ªses como Espa?a o Alemania, sin que los dirigentes pol¨ªticos de estos pa¨ªses se hayan visto en la picota como ¨¦l.
Pese a que horas antes el comit¨¦ director del Partido Socialista (PS) le hubiera expresado su solidaridad, Fabius presentaba un aspecto muy abatido al responder anoche, ante las c¨¢maras del canal televisivo TF-1, a las preguntas de la popular periodista Anne Sinclair. "Soy inocente, pero, por incre¨ªble que parezca, tengo que probar mi inocencia", repiti¨® Fabius.Fabius, el rico, el culto, el joven, el brillante dirigente socialista que fue primer ministro de Fran?ois Mitterrand a mediados de los a?os ochenta y ejerce hoy la direcci¨®n del PS, confes¨® en un momento de la entrevista: "?ste es el momento m¨¢s amargo de mi existencia".
El martes, la oposici¨®n de derechas presentar¨¢ en el Senado una petici¨®n formal de que Fabius y los que fueron los responsables del ministerio de Sanidad en su Gobierno, Georgina Dufoix y Edmond Herv¨¦, sean juzgados por el Alto Tribunal de Justicia, un ¨®rgano de excepci¨®n que nunca se ha reunido en los casi siete lustros de existencia de la V Rep¨²blica francesa. Seg¨²n la Constituci¨®n francesa, s¨®lo este tribunal, compuesto por 24 parlamentarios, puede juzgar a los ministros y ex ministros por hechos relacionados con el ejercicio de sus cargos.
El texto que la derecha presentar¨¢ en el Senado afirma que existen indicios suficientes de que Fabius, Dufoix. y Herv¨¦ pueden ser responsables de los delitos de "homicidio involuntario" y "no asistencia a persona en peligro", por no haber impedido que en 1984 y 1985 la Sanidad p¨²blica francesa efectuara transfusiones masivas con sangre contaminada con el virus del sida.
"No pienso dimitir de mi puesto en el PS porque eso ser¨ªa aceptar que soy culpable y no lo soy dijo anoche Fabius. "Yo quiero someterme a la misma justicia que todo el mundo, pero mientras no cambie la Constituci¨®n no puedo hacer lo". Y a?adi¨®: "El Alto Tribunal es un un tribunal pol¨ªtico creado para juzgar los casos de traici¨®n en tiempo de guerra. Ser juzgado por ese organismo es ya una cosa infamante, y ser lo por 24 parlamentarios es correr el riesgo de ser condenado no por los hechos en cuesti¨®n, sino por tu actitud pol¨ªtica".
Apoyo del Partido Socialista
Hechas estas declaraciones de principios, Fabius se resigno: "Como no me queda otro modo de probar mi inocencia, exijo comparecer ante ese tribunal, pero no en los t¨¦rminos planteados por la moci¨®n que va a presentar la derecha".En su reuni¨®n de la ma?ana de ayer, el comit¨¦ director del PS aprob¨® la estrategia de Fabius: comparecer ante el Alto Tribunal, pero nunca en la forma en que la derecha lo plantea. "Comprendo la sed de justicia de la opini¨®n p¨²blica francesa en el esc¨¢ndalo de las transfusiones con sida, pero a Fabius lo est¨¢n linchando la oposici¨®n y los medios de comunicaci¨®n, y eso es una barbaridad", dijo el disidente Jean-Pierre Chevenement.. "Defiendo a Fabius no porque sea socialista, sino porque es inocente", afirm¨® el presidenciable Michel Rocard.
Fabius sigui¨® explicando: "Cuando supe lo que estaba ocurriendo [las transfusiones a hemof¨ªlicos de productos sangu¨ªneos contaminados con el sida], tom¨¦ las medidas oportunas. Desde el mismo 19 de junio de 1985, d¨ªa en que las pruebas del sida fueron homologadas, orden¨¦ que fueran obligatorias para todos los donantes de sangre. Francia fue uno de los primeros pa¨ªses que estableci¨® esa obligatoriedad, y yo fui acusado de pederasta por ocuparme de la lucha contra el sida".
Seg¨²n Fabius, "el drama de la contaminaci¨®n se produjo en varios pa¨ªses, pero s¨®lo en Francia la oposici¨®n lo ha explotado para hacer un esc¨¢ndalo". "Alemania, el Reino Unido y Espa?a aprobaron la obligatoriedad de las pruebas despu¨¦s que Francia", dijo. "Pese a que tambi¨¦n en esos pa¨ªses ha habido contaminaci¨®n de hemofilicos, nadie ha pedido juzgar a sus presidentes".
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